Adrián está a punto de cumplir año y medio de noviazgo junto a su querido Damián, pero últimamente han sucedido varios hechos que le preocupan de su novio, cómo el cambio repentino de su comportamiento y aspecto físico. Como esa vez que lo besó con...
Solo faltan seis meses para que Adrián cumpla un año y medio de noviazgo junto a su querido Damián, una fecha muy especial donde otorgara como regalo de aniversario su primera vez. Sin embargo, existe algo que tiene preocupado a Adrián, el cambió frecuente de su comportamiento, y cuando dice que es frecuente, es porque así se dio lugar en los hechos. En varias ocasiones llegó a pensar que su novio sufre de algún problema mental, como el trastorno múltiple debido a que sus acciones no son las más comunes como recuerda. Un ejemplo bien claro seria aquella vez en que Damián lo besó con inmensa pasión a la salida de la universidad, pero nunca antes lo había hecho. Sus besos claramente se basaban en piquitos, porque se lo había pedido. Además, estaba el sospechoso color de ojos, que de ser un hermoso color miel, cambiaron a un bellísimo tono azul como el cielo en pleno verano, con la excusa de que eran lentes de contacto, y que ahora, los usaría más a menudo.
El caso más extraño fue sin lugar a duda su marca de nacimiento en el abdomen y que ahora ya no se hallaba. ¿Cómo puede algo así, desaparecer de la nada? O sus tiernos apodos de osito, cambiar a unos más atrevidos, Nene, Bombón, entre otros que con el tiempo le llegaron a gustar. Incluso su extraño acento en ocasiones, hasta que dejo de hacerlo. Damián decía que era bueno aprender el español de otros países, y por ello, estaba recibiendo clases de español uruguayo, porque deseaba formar parte del equipo de fútbol en ese país. Era absurdo, o fue así, hasta que la mayoría de palabras significaban lo contrario en España. No mentía ¡REALMENTE SIGNIFICABAN LO OPUESTO! También estaba su forma de actuar tan caliente, tomando a favor esa peculiar característica aprovechaba la oportunidad y simplemente se arriesgaba a tocar y besar su piel, como si un fuego intenso estuviera consumiendo en su interior.
Para ocasionar más incertidumbres, jamás se imaginó que justo el día en que se entregaría por completo, descubriría que su novio no era nada más que Daymán, el hermano gemelo, y de quién no era conocedor de tan deslumbrante existencia.
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