NARRADOR OMNISCIENTE
Adrián reposa en su asiento, con la cabeza apoyada en la pared, piernas arriba rodeadas con sus brazos y su mirada perdida en algún punto de aquella sala de espera. El pasillo se veía tan sombrío y desolado, una nostalgia profunda albergaba allí en la clínica. Se mantuvo, en esa posición por al menos una hora. Fue terco y necio no queriendo moverse de allí, hasta poder ver a su pareja. Verlo por lo menos unos minutos no mataría a nadie, pero le dijeron que era mejor esperar a que despertara.
Peter, le dijo que había algo muy importante que debía saber. Eso le asustaba, el que su novio tuviera una enfermedad grave o insuperable le hacía querer llorar. Entonces, sabría cuan dolido se hallaba, porque en ningún momento supo de aquellos ataques que invadían a su pareja. Se lo dijo cuándo ingreso a sala de espera y lo dejó pensando en la posibilidad de que tan grave era el asunto.
Del uno al diez su preocupación sobrepasó el límite. Peter se veía tan sereno o al menos eso mostraba, no debía dejarse engañar por las apariencias. Era un hermano preocupado, rígido, frío y con el rostro neutral. Se imaginó la soledad como su compañera y lo triste que sería su vida sin alguien que esté a su lado. Nada más pensar en ese estilo de vida, sin ocupar un poco de amor en su corazón, se preguntaba si lograría alcanzar la felicidad plena.
Actuar con dicha faceta sombría alejaba a las personas de su alrededor, tal vez conserva el corazón vacío... Y necesitaba alguien que le ayude a ver ese lado tan brillante, una luz que ilumine su camino. Por lo que, ese alguien podía ser Sergio. Un jovencito universitario con una imparable energía, que a veces sofoca. Sin duda una persona única. Alguien a quien no podrían encontrar un doble.
Bueno al menos eso le contó Daymán a Adrián. Peter era reacio al chico, pero no ignorante. Además, lo mantenía vigilado como al resto de ellos. Ambos esperaban que esa relación diera frutos, todos merecen ser felices en esta vida y en las próximas.
No quiso alterarlo con el listado de preguntas que tenía sobre su novio, porque le daba temor el tono en que le respondería. Aún se sorprendía que el supuesto Damián lo admiraba, Peter debe ser un buen hombre si era el hermano favorito de su novio y se alegraba que hallan aclarado las cosas, así la unión familiar sería progresiva y continua, como estar presentes en las reuniones familiares, celebrando días festivos, hasta una salida de hermandad.
La presencia de Peter llegó a él, cuando se sentó a su lado, sosteniendo una almohada y unas mantas que a pocas ganas recibió.
—Como sé que no te irás. Te quedarás en la habitación de mi hermano, siempre y cuando no te desveles, ya tenemos un enfermero y médico personal, está vez sin ningún vínculo familiar.
—Gracias.
Tomó lo ofrecido aún perturbado por la situación. Nadie le había aclarado que era exactamente lo que pasaba, pero sabía que no fue un simple jodido ataque de ansiedad.
—¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué es lo que le sucede?
—No voy a mentir más —suspira acomodando su postura—. Estuvo bien por un tiempo, pero creo que está mentira se expandió, demasiado. Ese pequeño diablillo tiene el trastorno de bipolaridad. Por eso sus desenfrenados ataques de emoción, la más dolorosa es la tristeza, no es muy difícil distinguir entre ellas. Pero cada emoción es fuerte.
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Él O Él, No Hallo La Diferencia
RomanceAdrián está a punto de cumplir año y medio de noviazgo junto a su querido Damián, pero últimamente han sucedido varios hechos que le preocupan de su novio, cómo el cambio repentino de su comportamiento y aspecto físico. Como esa vez que lo besó con...