APEGO

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DAYMÁN

El hospital me dio de alta, tengo un brazo que rehabilitar y lesiones en el cuerpo que descansar. Mis amigos han ido por mí al hospital y me trajeron a mi habitación de la universidad. Les di las gracias y ellos se retiraron dejando algunas cosas listas para yo simplemente hacer uso de ellas. Lo complicado sería vestirme, pero he vivido tanto tiempo solo que hallaré la manera de solucionarlo. Solo. No sé porque sigo diciendo eso sí tengo varias personas que me brindan su ayuda alrededor ¿Será que solo me siento así desde... ¿Siempre?

Me sentí más aliviado al estar fuera del hospital y sin estorbar a mis amigos, pero todo se complicó cuando a mi puerta tres toques fueron ejercidos y tuve abrir para ver quién hacia su presencia. Con una mueca me levanté y abrí la puerta encontrándome con Adrián. El ingresó sin que yo se lo permitiera y se ubicó sobre mi cama.

—¿Qué haces aquí Adrián?

—Vine ayudarte, sé que no podrías con el brazo lastimado.

—Solo serán tres días más y me lo quitarán, puedo sobrevivir por mi cuenta —quería que se fuera, porque su presencia me hace daño. Me hace recordar cuanto lo herí y la culpa, esa maldita culpa regresa a mí y me siento una presión en el pecho—. No es necesario que te preocupes por mí.

—Pero yo quiero ayudarte, olvida como terminaron las cosas yo solo quiero cuidar de ti en lo que pueda —sus ojos se ven esperanzados en dejar que se quede, pero sé que no es lo correcto. Adrián tiene que superar está etapa y no será con mi ayuda.

—No, no puedes. Por favor entiende que solo te haces daño si sigues junto a mí.

—Tu no decides por mí. Soy responsable de lo que hago y si yo quiero hacerlo lo hago y se acabó. No tienes que preocuparte por nada, yo estoy tratando de sobrellevar las cosas con calma. Por favor déjame ayudarte.

No podía decirle que no si mira con esos ojos brillantes y humedecidos. Sabía que cometía un error y lo pagué caro.

Con el tiempo las cosas fueron pasando, Adrián no se iba de mi lado que recibía las llamadas de un angustiado Timmy. Nico lo recogía, ellos estaban enterados de lo que me pasó, pero no de lo que hice a Adrián. Al menos eso creí, porque no recibí la visita de Nico para matarme, entonces Adri me contó que solo se lo dijo a Timmy, y de seguro debe estar odiándome. Pero si Nico se enteraba me haría cavar mi propia tumba, mientras me desangraba por los golpes que recibiría y luego, luego me enterraría vivo. Asustado es poco, pero son las consecuencias que me gano por involucrarme en el plan de mi hermano, que a pesar de que nos detestamos me uní porque me divertiría. Al final terminé enamorado y herido.

Pero estos días, con Adrián a mi lado de alguna manera me sentí mejor, a pesar de la culpa y demás sentimientos, me generaba una tranquilidad saber que solo éramos él y yo. Fue como si nunca hubiéramos pasado por toda esa situación conflictiva, en cambio, se sintió agradable tener a Adrián acurrucado entre mis brazos, acariciando su cabello, palpando su rostro y tomando su mano. Me enamoré otra vez.

A veces se quedaba a dormir y llamaba a Timmy para decirle que se quedaría en casa de su amigo, Jaime. Ahora Adrián tomaba más libertad de sus decisiones, el alzó su voz para que su familia no lo siga viendo como un chiquillo que necesita de protección. Se lo dieron en su momento y allí quedo. En estos tiempos ya se consideraba una sobreprotección y hasta Adrián se dio cuenta, por eso decide si hacer una cosa o la otra, y sin importar que se equivoqué o no él es dueño de sus decisiones y su familia lo apoyó. Claro que a Nico le costaba más, porque era su único hermano y Timmy, que reprimía ese sentir dejó que lo manejara a su modo, era su único cuñado y lo trataba más como a un pequeño hermano.

Él O Él, No Hallo La DiferenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora