NARRADOR OMNISCIENTE
—¡De verdad estás loco!
Daymán recibió el regaño más cruel de su amigo, y pues, no le quedó de otra más que morderse la lengua y protestar luego. Lui tendía a ser directo, mucho en realidad, pero a él le convenía saber si estaba haciendo lo correcto en su vida o no. Ese amigo que conoció en la universidad fuera de España —también nadador— le ayudó bastante. Sin embargo, esta vez, no lo estaba haciendo. Cuando estuvo por contradecir que no era nada del otro mundo viajar con Adrián solo una noche juntos y alejados de los problemas. Lui se le adelantó.
—¡Un picnic en la noche, es algo que nadie hace amigo! —reclamó disgustado por el móvil.
Lui pensó en la descabellada idea de su amigo, era obvio que ni siquiera lo había pensado, solo lanzó la propuesta o peor aún, seguro arrastró al chico hasta allí sin escuchar su opinión o queja. Para Lui el comportamiento de Daymán era normal, porque fue así en Uruguay. Al poco tiempo esa conducta fue regularizando, podría hasta decir que normalizando. El problema es que nuevamente estaba ocurriendo y lo descubre todo con una simple llamada. Tiempo atrás sacó a Daymán de varias disputas, fue afortunado de no terminar en prisión. Bueno... si lo hicieron, pero no fue tan grave, solo un escándalo provocado por el gemelo mayor y unos tipos que se burlaban de follar con hombres sumisos. La ira se desató y atacó, fue algo inevitable para su poca paciencia, y para nada controlado temperamento.
—¡Piensa lo que estás haciendo, porque jamás en tu vida has llevado a tus ligues de viaje solo para fornicar lejos y sin impedimento alguno de parientes!
Trata de hacer que entre en razón, pero he aquí el hecho. Es muy difícil lograr que Daymán cambie de parecer. Es un don que le dieron, más bien un defecto que provoca altercados consigo mismo y con los demás.
Daymán es una persona inestable, emocionalmente hablando.
Siempre se dejó llevar por sus emociones, verlo tan tranquilo sería un milagro, incluso verlo actuar como una persona "normal" era mucho peor. La tranquilidad no era su fuerte. Era un ser humano sentimental, como si fuera bipolar. No exageraba. Él creyó eso al principio, después lo pensó mejor y se dio cuenta que todos tenían sus días de estar mal, sentir tristeza o deprimirse. Simplemente porqué se les dio la gana sentirse así. El tiempo transcurrió, las aguas se calmaron y todo procedió con buen sentido del ritmo, Daymán se convirtió en un hombre hormonal con ganas de sexo y ganas de disfrutar su libertad... Qué podía decir, eran jóvenes. No se quejaba, disfrutaba tener un compañero de juerga. Así una amistad floreció y se fortaleció.
—¡Oye, que no es un viaje!, solo es una salida —se defendió—. Con respecto a lo otro, sigue siendo un picnic normal, además, ¡Qué importa si es de día, tarde, noche o la maldita madrugada! ¡Es un picnic como cualquier otro! —protestó, es que era absurdo. A cualquiera se le podía dar la reverenda gana de salir de casa, que mejor compañía que la de un joven precioso que nunca estuvo expuesto a la oscuridad de la noche. Él quería darle un poco de soltura al rubio. En cierto modo, se sentía identificado con ese lado, por eso un poco de adrenalina no le vendría nada mal al pequeño Adrián. Y decía pequeño, porque realmente lo era... De altura.
—Tu amigo, estás loco. Loco por ese chico que conociste hace poco y te ha gustado —reveló con obviedad.
—Serás imbécil —masculló—. Y sí, estoy loco por mi chico, no lo puedo negar —ríe como un tonto por su broma—. Es que quiero comérmelo de un bocado.
—Es el chico de tu hermano —negó con énfasis. En realidad, todo ese plan de esos gemelos era absurdo—. Y debes dejar las cosas por separado hombre.
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Él O Él, No Hallo La Diferencia
RomanceAdrián está a punto de cumplir año y medio de noviazgo junto a su querido Damián, pero últimamente han sucedido varios hechos que le preocupan de su novio, cómo el cambio repentino de su comportamiento y aspecto físico. Como esa vez que lo besó con...