EPÍLOGO: Ha llegado la hora de partir (Adrián)

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Adrián

No podía creerlo, al fin terminaba el año y recibía mi diploma declarando que soy Licenciado en lengua y literatura. Grité entusiasmado de lograr graduarme, lancé mi birrete, abracé a mis amigos, nos tomamos fotos, fui con mi hermano y cuñado para recibir sus flores. Era el mejor día de todos por cumplir este sueño, aún me quedan más por cumplir, pero ya era un inicio y no me detendré hasta conseguir todos. Me enfocaré en escribir mis próximos libros y trabajar en una editorial. Esa sería una oportunidad grandiosa, así como lo fue vivir cada episodio de mi vida. Todo lo que ocurrió es por algo y me veo en la necesidad de preservar todos esos momentos que viví, a pesar de ser tristes, dolorosos, alegres o felices. Algunos que no estaban en mis planes, pero gracias a eso conocí grandiosas personas y otras no tanto, también se revelaron las caretas, conocí el lado oscuro de la verdad. Y que no todos pueden ser tan buenas personas como creí. Viví en un mundo distinto, una burbuja protectora que explotó cuando conocí a Daymán.

Como dije antes, mi vida estuvo planificada... ¿Desde cuándo? Podría decir desde que inicié la universidad, era un joven soñador, centrado en mis estudios, que apenas salía con sus amigos, sobre todo tímido. Y de un momento a otro mis planes se vieron interferidos por la llegada de Diego, llegó justo cuando estaba demasiado enfocado en vivir estudiando, el tiempo pasó y sentimientos surgieron, sí, son cosas que a uno le toca experimentar, y pues me enamoré del tipo incorrecto. Entonces apareció él y todo mi mundo se derrumbó. Él hizo explotar la burbuja en que vivía.

¡Ah! Pero que sorpresas te trae la vida, me enamoré de unos gemelos. Quién se imaginaría que tu novio jugaría de una forma tan descarada y despreciable, haciendo pasar a su hermano gemelo como si fuera él. Espero que otras parejas no pasen lo mismo que yo, sería trágico sentir la mentira y la traición.

Aunque no todo fue malo, viví momentos maravillosos y me llevaré esos recuerdos conmigo hasta una próxima vez.

—¡Felicidades Adrián! ¡Cuñadito estoy orgulloso de ti!

Es allí cuando me pregunto por qué el orgullo se ve relacionado con tener algo que priorice el futuro en el sentido monetario o profesionalidad, y porqué la familia debe sentirse aún más agradecida porque uno eligiera estudiar y culminar una carrera. Me imagino cuántos no tuvieron la oportunidad de darles esa satisfacción a sus familiares y salieron decepcionados porque no estaba entre sus deseos o posibilidades. Mientras otros decidieron que esa no era su especialidad y recurrieron a otros caminos que ejercer para sentir su propio orgullo.

El orgullo para mi es ser yo mismo, valerme de mis capacidades, de todo lo que adquirí y transmití en otras personas, el que haya dejado un pedacito de mí en ellos me hace sentir orgulloso, el haber compartido mis experiencias y aprendizajes fortaleció mi esencia. De eso estoy orgulloso, de mi verdadero yo, de mi potencial y todo lo que tengo para dar. Por lo más mínimo o máximo que haya aportado, debo sentirme confiado y seguro de que yo lo hice, con mi propio esfuerzo y el apoyo de los demás, si, no hay que ser desagradecidos. Como tampoco desvalorizar nuestro potencial, nuestro granito de arena fue un poquito de lo abundante que hay dentro de cada uno. Así mi esencia prevalecerá.

—¿Solo por tener un título? —bromeo.

—Claro que no ¡Siempre estaré orgulloso de ti! Hasta de que llegues temprano a alguna reunión.

—Ya sé que soy tardón para algunas cosas Timmy.

—Sabes lo que quise decir.

—Y te agradezco.

—Tranquilo, yo siempre estaré orgulloso de cada pequeña cosa que te propongas.

Lo aprieto fuertemente de un lado a otro y nos separamos con una gran sonrisa. Veo a mi hermano y extiendo mis brazos lo más que puedo y exclamó:

Él O Él, No Hallo La DiferenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora