CAPÍTULO 4

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(Kate)

¿Rojo o negro?

Miro a Dana esperando una respuesta, pero solo hace que mover la cola de un lado a otro, suelto un bufido y vuelvo a mirarme al espejo.

El negro, decidido.

Le envió un mensaje a Papá de que bajaré en unos 15 minutos, no quiero hacerle esperar para su cena de trabajo y es la primera vez que me invita, no pienso defraudarlo.

"Vendrá su hijo, tiene la misma edad de que tú, es un buen chico y parece que tiene ganas de conocerte" recuerdo las palabras de papá de ayer por la noche y me ofrecí encantada de ir, ahora que Ginger me ha vuelto a dar la espalda y llevo llorando 3 días por lo mismo, no tengo ganas de ir de fiesta y si puedo ayudar a papá para hacer la venta más fácil no tiene ni que pedírmelo dos veces, además, el chico no estaba nada mal jejejeje.

Me coloco el vestido con bastante facilidad, se ciñe desde la cintura hasta medio muslo, que es donde acaba, no tiene mucho escote y me cubre hasta los codos, tenía demasiadas ganas de ponérmelo y creo que esta es la ocasión perfecta.

Decido dejarme el pelo suelto, que me llega un poquito por debajo de los hombros y en las puntas se forman unas ondas que siempre me han encantado, me pongo un poco de rímel y me pinto los labios con un rosa suave.

Al ver que quedan menos de 5 minutos corro hacia la habitación con Dana pisándome los talones, que quiere que le dé de comer antes de que vaya.

Que lista la tía.

Escojo unos tacones con poca punta que combinan con el vestido y los pendientes que me regaló mamá por mi cumpleaños, de un color dorado que resalta mi cabellera oscura y mi piel morena.

Cojo el bolso con el móvil dentro, le doy de comer a Dana y salgo por la puerta donde el Mercedes de papá me espera en la acera de al lado, con él dentro saludándome con una sonrisa.

Me acerco al vehículo y me entro por la puerta del copiloto.
-estas preciosa- me halaga papa antes de arrancar el coche, le devuelvo el cumplido con una sonrisa mientras avanzamos por la oscura carretera, dejo la ventanilla abierta para que el aire me de en la cara, hace una noche preciosa de verano.


Disfruto del trayecto conversando con papa y con buena música, no tardamos más de 15 minutos en llegar al aparcamiento del restaurante, donde dejamos el coche y noa adentramos en el iluminado edificio.


-Buenos dias señor Mell-saluda el recepcionista de siempre, la mayoría del personal conoce a papa por la cantidad de veces que ha venido, es su restaurante favorito y no lleva aquí a cualquier cliente, solo los importantes, como el de hoy.


Nos asignan una mesa un poco apartada mientras esperamos a nuestros invitados, se escucha un leve murmullo de los clientes vecinos que se mezcla con la suave música del pianista que se encuentra unos metros más allá, me quedo observándolo un momento, me fascina su capacidad de producir un sonido tan bonito de una manera tan natural.


-....se llama Alex- explica papá, centro la mirada en él, me había quedado tan concentrada mirando los ágiles dedos del pianista que no me había dado cuenta. Cono suele pasarme a veces, papá capta mi confusión y suelta un suspiro antes de repetir:
-el cliente se llama John y su hijo se llama Alex, aunque es mejor que te dirijas al padre como señor Colem- asiento con la cabeza antes de captar un movimiento a mi alrededor, un señor bastante alto con traje y corbata se nos ha acercado, al igual que un joven un poco más alto que él, con el pelo rubio y los ojos claros, con un traje color azul oscuro que le queda como un guante. Papá al verlos se levanta rápidamente claramente nervioso y les estrecha la mano, yo hago lo mismo con un poco más de suavidad.


-¿tu debes ser Kate?-pregunta el que supongo que es el señor Colem, sonrío antes de pronunciar un "sí" y me dirijo a su hijo, que tiene que ser Alex.
Madre mía es más guapo de cerca y todo.
-Encantada-lo saludo con una sonrisa un poco menos falsa que la anterior.
-Igualmente-responde dándome un beso en la mano, me sorprende su acto ¿estamos en la época victoriana o cómo? Pero lo dejo pasar, no quiero empezar la noche con mal pie, y viendo a papá, el traje que lleva acabará como si se hubiera duchado con él de lo que está sudando, y mira que llevamos menos de 5 minutos, le dirijo una mirada tranquila y nos sentamos de tal manera que tengo a Alex delante y papa a mi Izquierda.


Unos minutos después una camarera muy amable nos trae la carta y empiezo a ojearla curiosa, si hay 3 nombres de platos que me sé es un logro, no tengo ni idea de que pedir.
Seguro que si pido un nombre extraño me van a traer testículo de toro o algo así.


Intento no hacer el ridículo y pido un tartar de salmón y aguacate, Alex pide unos tallarines de sepia con ternera y yaki soba o algo así.
Lo mío es mejor ¿fideos de sepia combinados con carne? Que tío más raro.

No llego a escuchar lo que piden papá y el señor Colem porque me suena un mensaje, Alex me mira con curiosidad mientras saco el móvil y miro quién es, es un mensaje de Instagram, lo ignoro y vuelvo a apagar el teléfono que esta vez dejo sobre la mesa.

-Nada importante-informo a Alex que me sigue mirando, él asiente con la cabeza sin dejar de sonreír y me sirve una copa de vino.




El famoso y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora