CAPÍTULO 29

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(Drake)

Reacciono unos segundos después.

Tania me está besando.

Joder.

Me aparto bruscamente mientras busco su mirada, supongo que para encontrar una explicación, Tania tiene las mejillas rojas y se queda unos segundos con los labios entreabiertos: exhausta.

-Lo lo....lo siento mucho-se disculpa apartando la mirada-yo pensaba que...que..

-No-la corto antes de que pueda continuar, no quiero oírla, es más, no puedo oírla, me levanto para dejar distancias y pensar con claridad.

-Lo siento, todo lo que he dicho es verdad-clavo mi mirada en la suya, ahora solo veo a una chica indefensa, rota y dolida-pero no podemos Tania, es imposible.

-No quiero aprovecharme de ti ni mucho menos, de verdad me gustas mucho-confiesa con las mejillas encendidas, y yo solo puedo mirarla sorprendido, cuanto llevamos juntos, ¿3 días? No quiero hacerle daño, es más, ella está aquí porque mi objetivo es ayudarla, no provocarle más dolores de cabeza, ¿pero qué hago?, ¿le miento?

Céntrate.

-Tania, siento decepcionarte, pero no siento lo mismo-el brillo de antes acaba de desaparecer aunque forma una sonrisa triste que me parte un poquito más el corazón-No estoy preparado para una relación, no puedo darte lo que necesitas ni lo que te mereces.

Técnicamente, es verdad, ¿puedo darle lo que necesita? No estoy enamorado de ella, eso lo sé completamente, no me pone nervioso su presencia, no me hace sentir esas mariposas en el estómago ni me imagino un futuro con ella. Con ella no.

-¿Podemos ser amigos?-pregunta unos segundos después

-Claro que sí

Acabamos fundido en un abrazo, donde me promete venir a la fiesta y disfrutar al máximo. Mientras estoy entre sus brazos, me doy cuenta de que el tiempo ha pasado volando, y que tan solo quedan 4 días para que todo esto acabe, para que no vuelva a ver a muchos de los concursantes que han formado parte de este gran proyecto para mí. 

(Kate)

Ahora empiezo a entender un poco el dolor que deben sentir los seres queridos de una persona al ver a su asesino, la impotencia, el no poder hacer nada y no tirar atrás.

-¿Entramos?-pregunta Liv en la puerta de la habitación de Tania, hemos quedado para arreglarnos juntas y aunque hace tan solo dos horas me parecía una idea buenísima, ahora mismo quiero salir corriendo y preguntar a Drake porque ¿por qué ella? ¿Desde cuándo?. Cierro los ojos unos segundos de más para alejar esos pensamientos, no somos nada, no seremos nada nunca, no me quiere, ni me aprecia, es una relación profesional, mi objetivo aquí es ganar el concurso. Pero antes parecia tan...

-Vamos-digo un poco más brusco de lo que me gustaría, gracias a dios Liv ignora mi tono y entramos en la habitación, donde está Tania rebuscando entre sus cajones.

-¡Hola chicas!-saluda entusiasmada, yo fuerzo una sonrisa y rezo para que mis ojos no transmitan lo que siento, Tania me abraza y la envuelvo suavemente con mis brazos.

Las siguientes dos horas son lo que yo llamaría "una tarde de chicas", maquillaje, ropa y cotilleos forman el ambiente. Me he puesto uno de mis muchos vestidos, negro, ajustado y de tirantes, de una tela luminosa y con un escote con pliegues debido a la fina textura.

Me encargo del maquillaje de todas las chicas, Tania confiesa la poca práctica que tiene y me ofrezco a poner en práctica mis dotes de maquilladora.

-No sé como podéis hacer esto todos los días-confiesa mientras le pinto los párpados de un verde pistacho, parecido a de su top con solo una manga, que la verdad es que le queda genial.

-Práctica-respondo simplemente. Aunque eso despierta muchos recuerdos, el tener que taparme las cicatrices con corrector durante varios meses, el estar minutos frotando para que el rímel corrido de las largas lágrimas del día anterior se fuera, el tapar las ojeras para poder seguir fingiendo que todo estaba bien, cuando en realidad no.

Y son en estos típicos momentos donde me pregunto si todo el mundo está bien o solo soy yo la que vivo en esta pesadilla constante. Si todos necesitan que les digan que todo va a salir bien para que se lo crean, o no necesitan fingir que son la mar de felices para que las otras personas los quieran tal y como son, ¿por qué quien quiere una chica infeliz en su vida? 

Aprieto unos segundos los ojos para no dejar escapar las lágrimas y recojo el bolso dispuesta a bajar para abajo, junto a los otros concursantes, para pasar una noche de puta madre.

(Drake)

Si no fuera psicólogo podría pensar que estamos en una situación normal, gente esperando a otra gente para salir de fiesta, pero como he pasado 4 años de mi vida estudiando él cerebro humano hay que joderse.

El primero en bajar es Liam, que puede ser con la persona que menos movidas puedo tener de aquí, por lo que le regalo una sonrisa y miro el reloj: las 20:28.

Después de 5 minutos, como veo que esto va para largo, decido sentarme en una de las sillas del comedor, aprovechando para contestar a Tom e ignorar a mi hermana, que sigue insistiendo en lo de buscar pareja. El olor a tabaco llega a mis fosas nasales y no tardo en darme cuenta de que Kendall ha bajado las escaleras, camiseta negra, pantalones tejanos y unas airforce son su vestimenta, no tan diferente a la mía. Me mira con indiferencia, sin ninguna emoción intensa, ni felicidad, ni odio, por lo que me sorprende su broma después de un minuto de silencio.

-Habrá que llamar a las lentorras-no me da tiempo a contestar cuando empieza a subir las escaleras de dos en dos, escuche unas voces a la lejanía que se convierten en muchos pasos que hacen crujir la madera y me encuentro una mirada muy familiar, cargada de vergüenza, nerviosismo, y en el fondo, emoción. Lleva un top color verde y unos tejanos negros ceñidos, por detrás va Liv, que se ha decidido por un vestido de manga corta con un escote de forma de U, que realza su figura y su larga estatura. Podría mentirte, podría decirte que el primer sentimiento que he percibido ha sido aburrimiento, indiferencia o desinterés, pero mis pensamientos no pueden mentir.

Madremia.

Kate es la última en bajar, yo ya sabía que era guapa, se ve desde kilómetros, pero con ese vestido de tirantes, su pelo suelto con esas ondas tan naturales y el ligero maquillaje que realza sus labios gruesos y sus ojos oscuros casi me cae el móvil de las manos. Ella me mira una milésima de segundo, y atrapo su mirada, pero el dolor y el odio que transmiten me quema la piel, ¿qué le he hecho ahora?

Paseo la mirada en los otros concursantes para intentar centrar mi atención en otra cosa, y para que la erección que se ha formado decida desaparecer. Percibo la mirada atenta de Kendall y veo como mira a Kate, esta le devuelve la mirada con una pequeña sonrisa y ya no me parece tan divertido el hecho de salir juntos de fiesta.








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