CAPÍTULO 20

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(Kate)

"El sonido de las cadenas resuena por todo el pasillo, recto, sin ninguna ventana por la que se puede ver el sol, la niña camina asustada, mirando de un lado a orto aterrorizada, apretando el peluche en forma de panda contra su pecho.

-Todo va a ir bien Kate, ¿solo van a ser un par de preguntar vale?-tranquiliza la señora que había en la puerta a la niña, ella asiente con la cabeza, aunque el terror que se refleja en sus ojos en imposible de ocultar.

La mayoría de las celdas se encuentran vacías, y en las otras algún que otro hombre tirado en su cama, durmiendo o leyendo, sin embargo, cuando ven a la niña, se la quedan mirando fijamente.

-Ven niñita que te doy un abrazo-la llama un señor bastante gordo, con el pelo desaliñado y una barba de hace pocos días, nadie le contesta, pero Kate siente su mirada todo el rato hasta llegar a una sala completamente blanca, y allí está él, intenta salir corriendo, pero el miedo le ata los pies al suelo como si grandes raíces la agarraran para que no pueda moverse nunca más."

Me despierto agitada, y lo primero que encuentro son los rayos de sol entrando desde el balcón, una fina capa de sudor me recubre la frente y tardo unos minutos en controlar mi respiración.

El despertador todavía no ha sonado, pero volver a dormir no es una opción, por lo que decido estrenar la ducha.

En poco más de 20 minutos empiezo a vestirme, todavía con el pelo húmedo y el vapor recubriendo el espejo, hoy es mi oportunidad de impresionar a la gente, a los cámaras, por lo que utilizo el neceser de maquillaje que tan poco acostumbro a usar.

Cuando estoy lista le envió un par de mensajes a Álex, que me escribió mientras estábamos en nuestra sesión de películas, al final Liv nos convenció para ver la primera de Harry Potter, Liam y Tania también se unieron, fue una noche bastante divertida.

Me miro al espejo una última vez antes de bajar las escaleras, me he decidido por un top azul eléctrico que solo tiene una manga, con el cuello ligeramente alto que me encanta, unos pantalones blancos de campana y las converse negras, mis favoritas. Me repaso el pintalabios y el rímel, y me dejo el pelo suelto con las pequeñas ondas que me llegan un poco más abajo de los hombros.

Cuando ya estoy lista, me dirijo a la cocina, buscando algo de comer, ayer solamente me alimenté de palomitas dulces y Aquarius, ah y bueno, el plato de pasta de Drake, lo único más o menos saludable.

Hablando del rey de Roma.

Justo cuando acabo de bajar las escaleras, me encuentro a un Drake en traje, sentado en la isla de la cocina, mirando el ordenador, y lo más importante, con gafas, CON GAFAS, mira que no me iban las gafas, pero con el pelo revuelto castaño claro, esos ojos marrones y la mandíbula marcada le quedan de muerte.

Sacudo la cabeza para alejar esos pensamientos, Kate, céntrate, es un capullo, el que dirige el concurso y él que no te para de criticar, no te conviene y te interesa menos.

Con ese pensamiento en mente, me doy la vuelta decidida a comerme los lacasitos que he puesto en la maleta, total, ¿cuándo no es buen momento para comer lacasitos?

-Kate sé que estás allí

¿Me ha visto? ¡Pero si ni siquiera he bajado del todo!

Me vuelvo hacia la dirección de la que proviene la voz, y efectivamente, tengo a un Drake mirándome con mala cara como si fuera un vómito andante.

No sé ni como lo veía atractivo.

-¡Pero si ni siquiera he bajado!-suelto en voz alta mis pensamientos.

-Se te escucha a 20 metros de distancia y tengo un detector de pesados-me explica como si me hubiera dado la hora, ¿me acaba de decir pesada? ¡Pero si no he hecho nada!.

Kate, calma.

-Porque eres el que escoge el ganador si no te mandaba a la mierda-escupo molesta, él ni se inmuta.

(Drake)

Estaba a punto de decirle "Porque realizas la autoflagelacion si no te mandaba a la mierda", pero me he contenido, no es que me caiga mal, pero aparece siempre en el peor momento.

Vuelvo a poner atención a la pantalla del ordenador, me esfuerzo demasiado para no poner los ojos en blanco, ¿en serio estoy mirando Tinder?, paso y paso chicas, mi hermana está empeñada en que encuentre pareja, dice que estoy muy solo, que dependo de Pluto bla bla bla...

Por ese mismo motivo, me ha llamado hoy, despertándome, amenazándome que si no encontraba una cita para su presentación en 3 semanas me la encontraría ella, y a eso sí que me negaba rotundamente, no puedo contar ni con los dedos de una mano las citas que me ha planeado y he acabado rechazando para la segunda.

Ignoro a la concursante que tengo molesta, mientras me fijo en un perfil de una tal Mackenzie, no sé si tiene 30 o 50 años, rechazo su solicitud y sigo mirando aburridamente 5 más, Carla, 25 años, amante del vo...

-¿Qué haces?-por poco salgo disparado de la silla, Kate se ríe, y con ganas, por lo que me dan ganas de taparle la boca con un trapo.

-Nada que te importe-le contesto cuando me recupero del susto, bastante molesto.

-¿ESTÁS MIRANDO TINDER?

-No

-A ver si tendremos que ir juntos al oftalmólogo

-Mi vista está bien, a ver si captas con mi mirada que quiero que te pires

-Nadie te va a querer si eres tan amargado

-Y tú tan pesada-suelto poniendo los ojos en blanco, ella se queda mirando a mi pantalla, a la tal Carla esa que no me parece atractiva, pero tampoco fea, creo que esto me ha lavado el cerebro.

-Tú no eres el típico pringado que busca en Tinder-opina-a ver qué sí que eres un pringado, pero no que busca en Tinder-le clavo una mirada que refleja odio, pero sigue hablando con normalidad-a que si no me mientas y dime por qué carajos estás buscando pareja.

¿Drake tienes algo mejor que hacer que hablar con la concursante más pesada que tienes? No.

-Mi hermana me obliga

-Me cae bien tu hermana

-A mí en estos momentos no

-Vale, ahora el chisme.

Le enarco una ceja, ¿se piensa que me puede dar órdenes o cómo?, ella me sonríe inocentemente como si no me hubiera traído más complicaciones que las citas de mi hermana, con lo que supongo que me está pidiendo perdón o burlándose de mí.

-Mi hermana quiere que busque pareja para su presentación de arte para de aquí 3 semanas-le confieso.

Me levanto de la isla y empiezo a buscar cosas con las que cocinar algo para desayunar, que se espabile Kate si quiere hablar, además, puede ayudarme esto para conocerla mejor, o mejor dicho, sus miedos e inseguridades.

-¿Y por qué Tinder?-pregunta con una mueca de desagrado.

-Solo te voy a contestar si tú me contestas a mí una pregunta-pongo como condición, ella se encoge de hombros como si le fuera a preguntar su color favorito.

-¿por qué te has despertado tan temprano?-ella se queda unos segundos en silencio, mirándome fijamente, he dado en el clavo, no pensaba que ella podía tener este tipo de problemas, insomnio, pesadillas, entre otras, aunque puede ser que me equivoque, pero mi instinto nunca falla y su cara es demasiado fácil de descifrar.

-El sol me ha despertado, se me olvidó poner las cortinas-dice después de unos segundos, su cara de miedo ha desaparecido, ahora tiene una leve sonrisa, con la que puede engañar a mucha gente, pero no a mí, sin embargo, decido cambiar de tema, no pienso cambiarle el ánimo a primera hora de la mañana, hoy hay demasiadas cosas con las que tiene que disfrutar.
-Ahora me tocan a mi todas las preguntas-sonríe inocentemente.
-Calla y ayúdame con esto
Si tengo una Kate pesada como mínimo que me sirva para algo.

El famoso y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora