Narrador.
En una isla en el Mar del Norte se sentía el frío y la penumbra en el aire. Y en el centro de aquella península se alzaba una edificación de paredes oscuras rodeadas de criaturas que hasta el más osado le tendría su merecido respeto.
Dentro se ese lúgubre lugar en una de las celdas de contención de las salas más altas se encontraba un perro negro de gran tamaño acurrucado en sí mismo temblando sutilmente.
El canino levantó la vista cuando las pesadas emociones y los recuerdos negativos se desvanecieron. El perro, se sacudió y se arrastró acurrucándose en su delgada manta.
Antes era un hombre de porte muy atractivo a palabras suyas, él tenía un nombre no era un simple animal, era un mago de un antiguo linaje y un bromista. Sirius Orión Black.
Sirius paso 11 años en Azkaban por un cargo que no había cometido, mirando alrededor aprendió a convivir con los magos en las mismas condiciones que él, entendió que no era el único que fue encerrado siendo inocente.
Aunque sabe que son Mortífagos, siguen siendo personas, seres humanos de gran poder reducidos a ser alimento de Dementor como él. Y puede que peleara con muchos de ellos en la guerra, pero durante estos años encarcelado les tomó mucho cariño, hasta pudo fortalecer su relación con su loca prima.
Debido a eso él tomó una decisión, no quería que esos magos se perdieran en la locura de Azkaban y a la semana después les enseño a los cercanos a su celda, con los que compartió batallas y duelos, porque no había nada más arriesgado y fabuloso que los duelos que tuvo con todos ellos en batalla y ser capaz de volver a enfrentarse una y otra vez.
Sirius no tardó mucho, ya que tenían una muy buena base. ¿Qué les enseñó? Convertirse en un Animago, es un arte complejo y que muy pocos tienen la habilidad, pero todos accedieron a correr el riesgo de transformarse sin una poción con el propósito de sobrevivir a los Dementores.
De esa forma Sirius en pocas semanas logro que el Circulo Interno de Voldemort tuviera su forma de Animago, aún le tenía mucho resentimiento y odio a ese mago que le arrebató a sus mejores amigos. Sin embargo, estaban en guerra tarde o temprano alguien iba a morir, claro que todo su odio y furia no iba dirigido a ese mago sino a Peter quien fue el responsable de la muerte de sus amigos.
Después de todos estos años la furia contra Peter y el dolor de la muerte lo mantuvo cuerdo junto con querer ver a su hijo y pareja.
-Oye hermano ¿Sigues vivo? Odiaría que murieras cuando nos ayudaste tanto -Llegó una voz ronca a sus oídos.
-Rabastan, cariño, pensé que me querías ¿Solo te preocupas por mí porque te enseñé?
-¿Viste lo que hiciste Basty? -Llamó una voz a unos metros- Heriste los sentimientos del pulgoso.
-¡Disculpa! -Se levantó yendo a su puerta para mirar con una pequeña sonrisa- ¡No tengo pulgas!
-¿Seguro Siri? -Se asomó Antonin- Esta misma mañana te vi rascarte.
-¡Fue solo una comezón! -Se defendió, aunque había un rubor en sus mejillas.
-¡Oh Siri! ¡Primito no te avergüences! ¡Todos sabemos que Fenrir tiene pulgas!
-¡¿Acaso se lo quieres decir a todo Azkaban loca?! -Gritó indignado el lobo.
-Si quieres lo intento~
La mayoría se rio de las locuras de Bella, Sirius sonrió con cariño a su trastornada prima, a pesar de todo él la quería bastante. A veces pensaba que sería de todos ellos sin que él les hubiera enseñado Animagia, bueno, Fenrir se negó por su lobo, cosas de criaturas de esa clase y estaba en su derecho de negarse.
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Mi Alma Gemela
FanfictionTodo comenzó cuando Harry Potter vagando por los pasillos del castillo se encontró en un baño cierto diario de tapa negra. Atraído a el se acerca no siendo muy consciente o cuestionando la ubicación en la que esta, lo unico en su mente es el pequeño...