Mi Alma Gemela

Capítulo 31

Narrador

Tom dispuesto a inscribirse para los TIMOs e irse tan rápido como fuera posible, aceleró el paso casi aliviado de que la cantidad de magos y brujas disminuyeran permitiéndole mejor movilidad.

Todo su esfuerzo, claramente fue en vano cuando sintió algo que hace tantos años no sentía. Casi lo derribo de la sorpresa paralizado a medio paso dando un jadeo ahogado. Lucius no podía hacerle eso.

Se estremeció de pies a cabeza, hace tantos años que no sentía esto que...era demasiado abrumador, tanto...sentía tanto. Su magia cantó y quiso reaccionar a lo que recibía, olas y olas de gratitud, de compromiso, pertenencia y lealtad.

Casi gruñó de gozo cuando Lucius estaba usando la marca para enviarle todos esos sentimientos, podía sentir la magia Veela Oscura de Malfoy llamar su atención, como a través de la marca lo incitaba a acercarse, hacer lo que deseaba desde que vio a Severus. Reclamar a todos y cada uno de sus seguidores.

Lucius por su parte se arriesgó a todo para tocar su brazo izquierdo por sobre la ropa y enviar todas las emociones que sentía en este momento por su señor, por Marvolo. Se sintió dichoso al ver como "Alex" se detenía en seco y temblaba levemente en su lugar, su criatura y magia rugieron en su interior con renovado intereses y fuerza para llamar a su señor.

Apenas dar un paso para acercarse a su señor y poder hablar con él unos magos se cruzaron en su camino. Cuando pudo apartarlos amplió los ojos en pánico.

Su señor no estaba.

>...<

Tom estaba apoyado en una pared muy lejos respirando agitado, había usado un encanto oscuro para invadir la mente de cualquier mago que no tuviera barreras para hacer que se cruzaran entre él y Lucius.

Apretó los ojos peleando por volver a tener el control de su magia donde solo faltaron unos pocos segundos para envolver al rubio y reclamarlo como su seguidor.

Se recriminó por su huida, pero no podía verlos. No podía, aunque deseara demasiado hacer lo que su magia y criatura querían, se lo prometió a sí mismo no podía hacerlo.

Mientras Lucius buscaba por todos lados a su señor, Tom una vez más calmado y en control entró en el primer ascensor que encontró sin glamur que escondiera su rostro, pero mil veces más atento, no volvería a bajar la guardia de ese modo.

Lucius por su parte refunfuñando fue a la reunión del Wizengamot, había estado tan cerca, era él. Estaba 100% de que era Marvolo, ¿Por qué usaría un glamur tan horrendo cuando su solo rostro era suficiente para hechizar a cualquiera?

Murmurando algunos insultos en francés entró en la junta, sabiendo que esta sería una de las cortas podía hablar largo y tendido con Lowell, invitar a Severus y contarles a los dos lo que pasó.

Tom por otro lado, llegó al segundo piso encontrando una recepción con un Auror joven. Rodó los ojos irritado, luego de esa interacción con Lucius lo único que deseaba era volver a Hogwarts y dormir unas horas en compañía de su pequeño león.

-Buenos días -Saludó cortes sin sonar desinteresado.

-¿Qué necesita? -Bramó iracundo.

-Quería preguntarle donde está el Departamento de Educación Mágica -Lo miró con una sonrisa apenada- Me temo que soy nuevo aquí y me he perdido.

El joven Auror estudió al mago frente a él, era un adolescente, bastante atractivo de unos penetrantes ojos gris azulado. Cuando acabó de estudiar su físico, pudo centrarse en sus palabras, tenía un acento Gales lo que hacía que su historia fuera genuina.