Todo comenzó cuando Harry Potter vagando por los pasillos del castillo se encontró en un baño cierto diario de tapa negra. Atraído a el se acerca no siendo muy consciente o cuestionando la ubicación en la que esta, lo unico en su mente es el pequeño...
Harry nervioso llegó a su habitación asomándose por la puerta rogando que sus compañeros de cuarto estuvieran durmiendo, suspiró aliviado de ver que efectivamente todos ellos no daban señales de vida. Se adentró dejando el diario sobre su cama, se apresuró a colocarse su pijama y con una pluma junto con un tintero y dejando una vela encendida dentro cerró las cortinas de su cama con doseles.
El pelinegro dejó escapar un suspiro entrecortado para tomar con sus manos temblorosas el diario sobresaltándose al sentirlo zumbar suavemente, curioso por las propiedades de tan peculiar objeto empezó a examinarlo viendo que no tenía ni una sola palabra escrita en sus hojas, estaba en blanco. Gruñó enojado de que no tuviera palabra alguna, por lo que empezó a revisar las tapas negras.
Solo encontró unos bordes dorados en las puntas del diario en la cara trasera del libro, pero eso se fue de su mente al encontrar tres palabras talladas en dorado en el diario, pasó sus dedos por el nombre escrito en la parte inferior.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
(Créditos)
-Tom Marvolo Riddle -Susurró sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.
Sin saber qué hacer con todas esas sensaciones extrañas que estaba experimentando volvió a abrir el diario sintiéndolo zumbar con un poco más de fuerza siendo cálido en sus manos, se sobresaltó cuando este se movió por sí solo pasando hoja tras hoja hasta detenerse abruptamente en una del medio.
¿Quién eres?
Esas dos palabas en signos de pregunta aparecieron en el diario para luego desvanecerse, ese hecho lo impresionó, abriendo los ojos como platos miró fijamente la hoja. No era posible que un diario de páginas descoloridas le mostrara un texto escrito con una rica caligrafía elegante y tan bien cuidada.
¿Quién eres? -Repitió.
Harry nervioso y sin saber qué hacer con el diario que escribía por su cuenta, pero como su vida nunca es normal contándolo a él mismo siguió adelante. Por eso con su curiosidad tomó la pluma sumergiendo la punta en tinta para acercarla a las hojas y empezar a escribir con su descuidada caligrafía.
Soy Harry Potter -Escribió controlando el temblor de sus manos.
El chico de hermosos ojos Avada se removió en su cama viendo sus palabras desvanecerse en tinta siendo tragada por el diario que emitió otro suave zumbido en sus manos poniéndolo más ansioso y nervioso de lo que ya estaba, también un tanto extrañado de la manera en que reaccionaba solo por un diario que inquietaba hasta su misma magia.
¿Harry Potter?
Sí, ¿Eres Tom Marvolo Riddle?
Sí.
A Harry se le cortó el aire, tenía tantas preguntas que hacerle al diario que ahora emitía un suave calor que lo hacia sentir en casa...protegido. Nunca había sentido algo así en su vida que deseaba que esa sensación continuara mucho más tiempo.
