1.3 Una verdad incómoda

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"Hola mi pequeño Mika:

Esta es la segunda parte de una carta que quizá no te hará bien, hasta llegues a odiarme, pero es necesaria y espero que seas fuerte, porque hice mucho daño y quiero que me perdones de antemano por todo el dolor...

Recuerdas que te dije que me enteré que Derek no solo estaba conmigo sino con alguien más cuando le fui a contar que estaba embarazada, cuando me dijo que me arrancaría al bebé de mis entrañas estaba aterrorizada, en sus ojos se veía que hablaba muy en serio y yo, por primera vez tenía a alguien por quién luchar, ese eras tú mi pequeño bebé, no dejaría que nadie te hiciera daño así que escapé.

Estuve un mes completo deambulando y escondiéndome, intentando buscar un lugar donde Derek no me encontrara, no sabía que hacer, a quien recurrir en busca de ayuda y ahí fue cuando se me vino la imagen de una persona a la cabeza. Stiles Stilinski, el único chico que a esas alturas ya debía ser un hombre, en el cual pudiera confiar y con las habilidades necesarias para escondernos hasta que pudiera averigua dónde ir y qué hacer.

No me costó nada encontrarlo, una sola llamada a un viejo conocido del FBI y me enteré que efectivamente, estaba estudiando en las instalaciones y que tenía un apartamento a 20 minutos del edificio de estudiantes. Una vez tenía la dirección, me fuí en su búsqueda y rogando todo el camino para que se acordara de mí y me pudiera ayudar.

Dos días de viaje me dejaron en su puerta, no te lo voy a negar, estaba sumamente nerviosa, pero también decidida, así que toqué la puerta y un cansado Stiles en pijama me abrió a las 12 de la noche sin dudarlo siquiera... Cuando me vió su cara empalideció de golpe, se notaba un poco mal pero se descompuso como si viera un fantasma y se pasó una mano por el rostro antes de lograr componerse.

Me puse más nerviosa aún y no sabía por qué, incluso comencé a tartamudear un poco antes de armar una oración coherente pero el me detuvo; me preguntó por qué no estaba con Derek, que ya sabía que yo estaba embarazada y tenía que estar con el padr...

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Me puse más nerviosa aún y no sabía por qué, incluso comencé a tartamudear un poco antes de armar una oración coherente pero el me detuvo; me preguntó por qué no estaba con Derek, que ya sabía que yo estaba embarazada y tenía que estar con el padre de mi bebé... La verdad me sorprendió mucho porque no sabía que Derek lo hubiese dicho a la manada cuando a mi me dijo que lo iba a matar y eso mismo le dije a él, lo que me respondió me hizo hundir el estómago y el corazón.

El ya lo sabía y no por Derek, lo sabía por mí, yo se lo había dicho, porque era él la persona a la cual Derek le decía *cariño no es lo que piensas*, en el momento de esa llamada, ellos estaban en una relación hace un año y medio, después de decir esto, me hizo entrar y me explicó su historia con una taza de chocolate.

Ellos dos llevaban un año y medio juntos, siendo novios, ese último año, Stiles se tuvo que trasladar a la academia del FBI y Derek le prometió que lo harían funcionar, que viajaría para verse y que todo estaría bien, solo estarían separados los fines de semana... Pero en el último medio año Stiles comenzó a notar a Derek un poco raro, habían fines de semana en que no iba, no lo dejaba visitar el Loft y las llamadas y los mensajes eran cada vez más escasos. Stiles quería confiar en él y lo intentó, hasta esa llamada, en dónde escuchó de mis labios que yo estaba embarazada, que todas las palabras de amor de Derek eran mentiras, que las veces que el lobo le dijo que era un paranoico, no era más que una excusa para esconder sus infidelidades.

Yo fui la que arruinó esa relación y esa fue parte de mi cruz, sé que Derek también se acostó con otras mujeres, pero Stiles no se merecía eso, si yo hubiera sabido, jamás me habría acostado con Derek, así que asumo parte de mi culpa; pero el mayor traidor de todos, el villano de esta historia es Derek que fue capaz de engañar a un ser tan bueno como Stiles, me engañó a mí y quizá a quien más.

Tuvo el descaro de decirle a Stiles que él era un lobo, que tenía necesidades que cumplir, que no lo tomara a pecho, porque al que quería era a su pecoso.

No sabes el asco que me dió escuchar todo eso, como puede ser tan vil, he conocido muchos lobos, y en ese sentido son tal y como las personas, si aman, no engañan, si engañan, no es parte de una naturaleza mística, es porque eres un cabrón, y eso que los lobos cuidan y protegen mucho a sus parejas, no me hagas reír... Por eso te pido hijo, que tú nunca juegues así con el amor y los sentimientos que una persona te entregue, porque te está dando algo tan valioso que una vez roto, jamás se puede reparar.

Después de todo eso, no pude evitar desconsolarme por ver a un chico de 19 años con el corazón roto, que aún después de dos meses no se había podido reparar, y como yo tenía el descaro de ir en su búsqueda para pedir ayuda, la vergüenza me llegó a cada rincón del cuerpo y quería hacerme más pequeña en el sillón; me puse de rodillas en frente de él y limpié las lágrimas que se le escaparon a pesar de sus esfuerzos y pedí perdón, perdón a la única persona que se lo merecía, a quien más me hice daño con o sin querer, pero que al final había dañado.

Stiles se recompuso en seguida y me tomó de los brazos para volver a sentarme en el sillón, en ese momento me dió otra muestra del inmenso corazón que posee... Me dijo que no tenía que pedir perdón porque yo no sabía y en cuanto me había enterado dije la verdad y lo más importante, había decidido proteger a mi hijo y para él, eso era lo más importante.

Hablamos un rato más y cuando ya pensaba irme me tomó de las manos y me dió una de sus típicas sonrisas de: sonrío aunque esté destrozado por dentro.

Me dijo que no fuera a ninguna parte, que me quedase en casa, que ésta ahora sería mi casa y que Derek jamás me buscaría allí; además tenía protecciones por todo el lugar y no había otro sitio más seguro para nosotros que a su lado.

Sabía que no me equivocaba, que mis instintos eran correctos y correr al lado de este chico era mi mejor alternativa, nuestra mejor alternativa, así que por tí, por cuidarte es que acepté con humildad la mano que me ofrecía, haciéndome una promesa a mi misma, que le cuidaría y le ayudaría en todo lo que estuviese a mi alcance.

Cómo ya era muy tarde me dijo que mejor ir a dormir, me preparé para recostarme en el sillón y me dijo que no fuera tonta, que use su cama, ya en la semana iríamos viendo las cosas necesarias para el otro cuarto que usaría yo; le prometí que esto solo sería temporal, solo hasta que naciera el bebé y encontrase un buen lugar para quedarnos a lo que me respondió solo con una sonrisa y negando con la cabeza; por primera vez en mucho tiempo, sentí como la tensión abandonaba mi cuerpo y me iba relajando, aunque esa sensación de miedo seguía siendo persistente.

Me acomodó en la cama y me dejó todo lo necesario para poder pasar una buena noche, almohadas, mantas, y un vaso con agua al lado de su mesa de noche, la cama era amplia así que me dijo que la disfrute... No sé por qué pero a penas se dió la vuelta para salir de la habitación, nuevamente el terror me invadió así que grité su nombre, se dió la vuelta asustado revisando todo mi cuerpo para asegurarse que estuviera bien...

Con un poco de vergüenza le conté que tenía miedo de quedarme sola y que por favor, por esta noche durmiera conmigo para sentirme más segura. Siendo como es él, que siempre pone a los demás por sobre su comodidad, no dijo nada a la mujer que estaba esperando un hijo del hombre que en ese momento era su novio y se acostó a mi lado, me atrajo a su cuerpo y me abrazo con fuerza para besar mi frente y decirme que descanse, que el estaría allí y que me cuidaría.

Esa fue la primera noche que pasamos con papá... Hasta la próxima carta,

Mamá"

No soy un maldito Hale, soy Stilinski #STEREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora