🐇 Lentos brinquitos 🐇

Prólogo

—Cariño ve a dormir, ya es tarde—. Jungwon asintio y subió a su y habitación esperando el beso de su madre.

Pasados uno minutos, la mayor subió, estuvo acariciando sus mejillas por un largo tiempo.

—Descansa corazón—Besó su frente.

—Mami quédate, no me dejes solo—. Jungwon logró retener sus lágrimas.

—Jungwon ya estás grande, buenas noches.

Jungwon asintió y trato de dormir, rogando que no pasará lo que era casi diario, cayó dormido en cuestión de segundos.

Tenía el sueño muy ligero así que escuchó como la puerta de su habitación era abierta a tan altas horas de la noche.

No otra vez, no.

Intento esconderse entre sus sábanas pero fue un intento en vano.

—No quiero que vayas a gritar bebé—.  Acariciaron su mejilla.

—N-no quiero, por favor n-no—. Jungwon suplicaba y movía su cabeza mientras unas manos se adentraba en su pijama.

—No hagas ruido cariño, te sentirás mejor—. Su padrastro estaba encima de él mientras ahogaba sus sollozos.

—M-me duele, no le diré a m-mami, d-déjame—. Las lágrimas comenzaron a escurrir por sus mejillas mientras el mayor le bajaba sus pantalones.

—No cariño, no te dejaré y tampoco le dirás a mamá—. El mayor besó su frente mientras quitaba sus pantalones.

[...]

—Descansa Jungwon— el mayor acomodó su camisa para luego salir de su habitación.

Jungwon fue hacia su baño para tomar una ducha, mientras lloraba con fuerza, su parte íntima dolía y su trasero, no le gustaba que su padrastro le hiciera eso, pero no podría destrozar la felicidad de su madre.

Se recargó en la pared mientras el agua caía y se resbalaba hasta encontrarse en el piso, abrazando sus rodillas mientras sollozaba, sus mejillas rojas y su ojos igual.

—Estoy sucio—. Jungwon sollozaba sin control.

A tan solo sus 10 años, le habían robado su inocencia, su niñez y su capacidad de ser feliz.

Nunca más podría confiar en nadie más, ni mucho menos ser tocado por alguien.