VIII

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Maratón 1/2

Jungwon había llegado a la escuela pero Heeseung todavía no, recientemente llegaban unos minutos más para estar un rato juntos antes de entrar a clases, pero por alguna razón Heeseung todavía no había llegado.

El maestro aún no llegaba así que sacó su celular para enviarle un mensaje, hace días habían intercambiado número de celulares.

Hee 🌼💗

Oye ¿estás bien?
Visto ✔✔

Si bebé, tengo resfriado y no podré ir, ¿estarás bien?
Visto ✔✔

Espero te mejores Hee, estare bien.
Visto ✔✔

¿Estas seguro? no quiero que te hagan algo.
Visto ✔✔

Estaré bien, solo no me acercaré a nadie.
Visto ✔✔

No, no estoy convencido llegó en 20 minutos.
Visto ✔✔

Nono, quédate estás enfermo.
Enviado ✔

¡Heeseung!
Enviado ✔

—Buenos días muchachos—. Jungwon guardo su celular al escuchar a una maestra.

—Buenos días.

—Como podrán ver, su profesor no vendrá por el día de hoy así que tienen la hora libre—. Jungwon sonrio, ese profe le hartaba de alguna forma—. Asi que pueden ir a la cafetería o al patio.

Jungwon guardo sus cosas y tomó su mochila, iría por primera vez solo a la cafetería.

Heeseung le había dado mucha confianza y recordó sus palabras.

"Jungwon, no se que te paso, tal vez aún no te sientes listo para decirlo pero, debes saber que Heeseung siempre estará aquí para ti, no todas las personas son malas, debes abrirte un poco y conocerlas así podrás saber quiénes son buenos y quiénes son malos, pero recuerda que yo nunca te haré sentir mal, te cuidaré con todas mis fuerzas mientras esté a tu lado."

Estaba tan hundido en sus pensamientos que se asustó al escuchar una voz a su lado.

—Jungwon—. Heeseung le hablo al oido.

—Me asustaste—. Jungwon sonrió— ¿Por qué viniste?

—¿Eh?— Heeseung ladeó la cabeza al ver a Jungwon enojado, nunca lo había visto así.

—Me dijiste que estabas enfermo y viniste.

—Oh eso.

—Si eso Heeseung.

Heeseung rió al ver a Jungwon enojado, muy tierno.

—Sabes que no me gusta dejarte solo—. Heeseung tomó la mano de Jungwon.

—No soy un niño Hee, te enfermaras más— Jungwon llevo sus manos a las mejillas de Heeseung, sintiéndose sonrojado por la acción—. No quiero que pase eso.

Últimamente cuando estaba a lado de Heeseung no podía dejar de tocarlo, su corazón se aceleraba.

Heeseung le gustaba, le gusta mucho.

—No pasará, ya tomé mis medicamentos.

—Esta bien.

—Jungwon—. Llamó Heeseung.

—¿Si?

—Te amo—. Jungwon abrió sus ojitos y se sonrojó mientras su corazón latía con fuerza, sintiéndose pequeño en el lugar que estaba.

—Yo también te amo—. Ambos rieron y bajaron su rostros mientras se tomaban las manos—. El profesor no vino, ¿podemos ir a la cafetería?

—Podemos ir a donde tú quieras.

Estaban construyendo algo lindo sin saber de ello.

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