"Jungwon desarrolló hafefobia a tan temprana edad, teme ser tocado por alguien más.
Heeseung tiene curiosidad del porque su compañero de clase es muy tímido apesar de llevar 2 años juntos en la misma aula".
# Fluff, cliché, temas delicados.
# Adapta...
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Heeseung había preparado el día de ayer unas galletas de chispas con chocolates y había guardado unas pocas para Jungwon, apenas llevaba unas semanas hablando y lo consideraba su mejor amigo y dios.
Tenía unas ganas inmensas de abrazarlo.
Pero respetaba el miedo de Jungwon, cada vez que este se intentaba acercar el menor se alejaba, y sus ojos se tornaban llorosos.
¿Qué le habían hecho a su algodón de azúcar?
Lo sacaron de sus pensamientos cuando vio a Jungwon llegar, venía con su cabeza gacha y sus audífonos puestos.
Se levantó de su lugar rapidamente y tomó la bolsa que estaba decorada y que tanto se había esforzado, incluso pego algunos conejitos y zanahorias, para ir a su lugar.
—Hola Won—. Heeseung se alejó un poco al ver que estaba muy cerca.
—Um...h-hola H-Hee—. El mayor vio como Jungwon temblaba pero no era por el, el estaba lo suficientemente lejos.
Jungwon temia que si al desacerse de su padrastro alguien más remplazaria su lugar y lo dañaría, no quería que lo volvieran a tocar, sin pensar sus lágrimas comenzaron a salir, se sentía débil.
Heeseung notó como Jungwon agachó su mirada y comenzó a hipar, quería abrazarlo realmente quería pero optó por otra cosa.
—Yo hice estás galletas para ti—. Heeseung se agachó y vio su rostro empapado de lágrimas—. Algunas son forma de conejitos, es tu animal favorito.
Sin embargo Jungwon no tomo la bolsa, no sabía de lo que estaba hablando Heeseung, el estaba en sus pensamientos.
—G-gracias Heeseung.
—Jungwon—. Habló con delicadeza.
—¿Mm?— No levantó su rostro, estaba llorando y probablemente su nariz estuviera roja.
—Haremos algo pero no te asustes ¿si?— Heeseung dejo la bolsita aun lado en la mesa.
—¿C-cómo q-que?
Heeseung extendió su mano esperando que Jungwon la tomara el cual negó de inmediato al saber las intenciones del pelinegro.
—No te haré nada Won.
Jungwon con mucho miedo tocó con su dedo la palma de la mano de Heeseung y luego se alejó.
—Te prometí que iríamos como los conejitos bebés, vamos.
Jungwon asintió y colocó su mano sobre la de Heeseung, dispuesto a alejarla por el toque, pero el mayor la apretó un poco evitando que se alejara.
—No te haré daño Wonie, no lo haré—. Heeseung sonrió al sentir que la mano de Jungwon ya no estaba tensa.
Jungwon sonrió un poco al ver que no dolía, le gustaba lo cálido que la mano de Heeseung era y no pudo evitar sonrojarse cuando esté comenzó a acariciar su dorso con su pulgar.
—E-esto no d-duele—. Jungwon levantó su rostro sonriendo un poco.
—Nunca te haría daño Jungwon, nunca te haría daño.
El menor asintio y se animó a tomar la otra mano de Heeseung para entrelzar sus deditos, sintiendo su sonrojo esparcerse por todo su rostro.
Heeseung sonrió cuando Jungwon soltó una de sus manos y miro un anillo que llevaba en su dedo.
Dios, ese tierno chico aceleraba su corazón y ni siquiera sabía la razón.
