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Maratón 1/2

Jungwon dormía plácidamente pero al tenerlo el sueño muy ligero escuchó como su puerta era abierta, pero había decidido pornerle en alto esto, ya era mayor y sabía que esto estaba mal

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Jungwon dormía plácidamente pero al tenerlo el sueño muy ligero escuchó como su puerta era abierta, pero había decidido pornerle en alto esto, ya era mayor y sabía que esto estaba mal.

Vio como la silueta era abierta pero el ya tenía preparado su celular a su lado grabando la conversación.

—Hola pequeño—. Intento besar sus labios pero Jungwon se removió y se alejó—. Ven aquí.

Jungwon negó.

—No quiero que me vuelvas a tocar—. Jungwon intento calmar su miedo, nunca antes había levantado la voz.

—Eso no lo decides tú.

—Oh claro que sí—. Jungwon se pegó a la puerta y la abrio gritando— ¡Mamá!

Salió y con todas su fuerzas cerraba la puerta.

Su madre salió de inmediato, viendo como las mejillas estaban empapadas de lágrimas, llegó y lo abrazo y de la habitación salió su marido.

Jungwon no tenía miedo que su mamá lo tocará, ella nunca le hacía daño, al contrario, lo cuidaba.

—¿Tú qué haces aquí?— La señora Yang abrazo a su hijo acariciando su espalda baja, tratando de calmar sus temblores.

—Y-yo.

—Mamá, el viene todas las noches a mi cuarto y.......me hace cosas que no quiero y me duelen—. La mirada de la señora Yang se encendió y miro al asco de humano que tenía enfrente—. L-lo juro que no estoy m-mintiendo mamá.

Jungwon comenzó a llorar mientras su mamá lo apretaba hacia su pecho, tratando de protegerlo.

—Cariño, el está mintiendo—. La señora Yang negó.

—Le creo a mi hijo, ahora ya se el porque es tan callado y te tiene tanto miedo—. Las lágrimas por la mejillas de la señora Yang comenzaron a caer.

—Cariño yo-

—Lárgate de mi casa, ahora mismo—. La señora Yang beso la cabeza de Jungwon—. No voy a permitir que vuelvas a poner un dedo sobre mi hijo, ya no más.

—Cariño, escúchame, él está mintiendo—. Jungwon negó y enterró su rostro en el cuello de su madre.

—Voy a llamar la policía, vete de aquí idiota, no quiero volver a saber de ti y creeme que pagarás por esto.

El hombre salió de la casa sin tocar nada y sonriendo, no se había arrepentido de nada.

—Cariño lo siento—. La señora Yang beso las mejillas de Jungwon quien tenía un puchero en sus labios—.  Perdóname mi amor, todo esto es mi culpa.

Jungwon negó.

—N-no mami.

—¿Quieres dormir o ver una película?— La señora Yang quería distraer a su hijo, no quería que se mortificara o se sintira mal al verla llorar—. Nunca volverá a pasar esto ¿está bien bebé?

Jungwon había sido valiente, Jungwon se sentía grande.

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