XIII

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Maratón 3/3

Jungwon había caído dormido después de unos cuantos besitos de buenas noches que como buen novio Heeseung le había dado

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Jungwon había caído dormido después de unos cuantos besitos de buenas noches que como buen novio Heeseung le había dado.

Ahora mismo, estaba entre los brazos del mayor, escondiendo su rostro en su cuello, sintiendose tranquilo y protegido.

Cerró sus ojos, y cayó en un profundo sueño sintiéndose flotar en las nubes cuando de pronto escucho el rechinido de la puerta, específicamente el de su cuarto.

Abrió los ojos y notó que su padrastro estaba parado en su puerta, y volteo a su lado pero Heeseung no estaba.

Comenzó a llorar hasta que despertó de la pesadilla y salió corriendo hacia el baño.

Heeseung se despertó aturdido al esuchar el llanto de Jungwon que venía desde el baño.

Se levantó demasiado rápido y tocó con cuidado la puerta para no asustar a su novio.

—¿Bebé?— Llamo con delicadeza y solo escucho sollozos.

—V-vete, estoy sucio—. El llanto de Jungwon incremento al igual que su respiración.

El menor estaba sentado en el retrete mientras rasguñaba sus muñecas, sintiendo el dolor interno disminuir.

Eso lo ayudaba demasiado, el dolor de sus muñecas era menor a lo que sentía, a la gran impotencia que le daba sentirse tan indefenso.

Ni siquiera sintió cuando estás comenzaron a sangran más de lo normal.

—Abre la puerta amor—. Jungwon negó aunque Heeseung no lo vio.

—N-no.

—Si no abres me iré y ya no te daré mimitos—. Jungwon hizo un puchero y calmo su llanto levantándose con cuidado para abrir la puerta.

—¿Ahora sí me darás mimitos?— Heeseung asintio y casi sonrió de no ser que vio las muñecas rojizas de Jungwon y solo quiso llorar.

—J-Jungwon, no a-amor, no hagas e-esto—. Las primeras lágrimas rodaron por las mejillas de Heeseung llevándolo hacia el lavabo para limpiar sus muñecas.

—P-perdon Hee—. El mayor no digo nada y continuó secando sus manos—. ¿Estás enojado?

—Won, no quiero que vuelvas a hacer esto—. Heeseung atrajo a Jungwon y tomó sus muñecas dejando besos en las heridas—. ¿Soñaste algo feo?— El menor asintio.

—Soñe con-

Heeseung negó y lo abrazo por la cintura, mientras que con una mano acariciaba su cabeza besandola levemente a los costados.

—Creo que necesitas ayuda, no quiero volverte a ver qué te dales, ya no—. Jungwon asintió y acaricio con su nariz el cuello de Heeseung.

—Tengo miedo Hee.

—Estare contigo hasta el final.

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