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Los ojos de Félix eran fríos, tan fríos como la mansión que habitaba. Su postura era tan recta, tanto como las columnas de mármol de su jardín, y sus labios...

Sus labios siempre fueron un maldito veneno.

—Así que dime, mi bellísima dama ¿Vas a acabar conmigo hoy?

Felix sabía mi identidad de heroína, yo sabía su identidad como el actual portador del Miraculous de la Polilla.

Estábamos los dos solos, con la punta de Eiffel bajo nuestros pies  ¿Por qué no acabar con él ahora?

Le sonreí y le di la espalda.

—Créeme, cuando sea el día que tenga que acabar contigo, desearás haber muerto antes.— y me abalancé hacia la ciudad.

Había un juego entre los dos, latente, peligroso, intrigante. Mi moral y mis deseos combatían internamente, mientras mi cuerpo solo sentía electricidad recorrer cada vez que evocaba su manía.

Y sí, quizás prologando este juego en el que él también era partícipe no estaba demás.












Honestamente no tengo ni idea de que acabo de hacer. No hice planificación para esto, todo lo escribí sobre la marcha, una canción de Katy Perry y que además no tenía mucho ánimo de escribir Lukloe por el momento.

¿Que será de esto? Ni siquiera yo sé en qué quiero que acabe así que consideremos esto otra NO historia, iré escribiendo conforme se me ocurra cualquier tontería y veamos qué rumbo toma esto.

Infect me // FelinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora