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Decidí ir a la reunión. No me sentía segura con el brazalete así que me lo quite.

Era en una terraza bastante lujosa, la gente que iba ahí parecían ser mandatarios o gente cuyo dinero a penas y se comparaba con la cantidad de estrellas en el cielo.

—Oh, ahí está nuestra invitada.— Cuando regresé a ver de donde provenía la voz me quedé congelada.

Después de todo este tiempo, ahí estaba Félix.

Lucía más delgado, su rostro demacrado por el cansancio y su cabello más corto; sin embargo, eso no quitaba lo elegante y endemoniadamente atractivo que siempre estaba.

¿Qué clase de trampa era esta?

Me aproximé a la mesa y tomé asiento. Félix me saludo casi como si fuera una desconocida.

—Madre ¿Qué hace la señorita Dupain aquí?

—Tu amiga especial y yo nos conocimos el otro día.— dijo con una enorme sonrisa.—Ahora veo porque estás tan fascinado con ella, es realmente bonita.

Él tiro una deliberada sonrisa.

—¿Amiga especial? Ella y yo a penas hemos cruzado la palabra.

—Ay, vamos, mi pequeño Félix.— exageró con ternura.— Sólo admítelo, todos los berrinches que le hiciste a tu abuelo el otro día fueron por ella ¿No es así?— Ella me miraba a los ojos con una maliciosa sonrisa mientras decía todo esto.

Entonces entendí. Amelie estaba haciendo esto a propósito. Ella quería que me enterara que ellos habían lastimado a Félix, me estaba amenazando con ello.

"Complace a mi hijo, déjalo satisfecho o afronta las consecuencias".

Me quedé gélida, no sabía que hacer ante tanta fatalidad.

—Si me disculpas, madre, me tengo que retirar. Yo hacía esto por pasar tiempo contigo pero al parecer ya tienes compañía.— Antes de siquiera poder avanzar Amelie lo detuvo por la muñeca.

—Por favor, hijo, te la estoy dando en charola de plata.— Sus palabras eran repudiables, me daban náuseas.— Para que veas que soy una madre atenta ¿No podrías dejarte disfrutar sólo un momento de este regalo que te estoy ofreciendo?

Pude ver el atisbo de duda en los labios de Félix.

Infect me // FelinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora