Mi pequeña debilidad (sin editar)

Cap 13 Temp 2

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Five se fue con el viejo, y mis hermanos y yo nos fuimos de allí.

Que ganas de darme un baño.

Ya todos estábamos en el ascensor (con Klaus en el suelo) esperando a que llegaramos abajo.

-Ha ido tan bien como cualquier otra reunión familiar -dijo Allison-.

-Me siento TAN violado -dijo Klaus todavía en el suelo-. Necesito un baño de hierbas. No tenías derecho a poseerme.

¿Con quién estará hablando ahora?

-Enhorabuena -le dijo Allison dirigiéndose a Luther.

-¿Por qué? -preguntó él-.

-Es la primera vez que te enfrentas a papá.

-¿Estás bien? -le preguntó Vanya a Diego-.

-Menos mal que ibas a apoyarme. Equipo Cero, y una mierda.

Se abrieron las puertas del ascensor y todos salimos, menos Klaus que se quedó dentro medio muerto. Luther se dio la vuelta para llevárselo de ahí.

Ya saliendo del edificio, vi como Diego se quedaba mirando hacia un coche.

-¿Diego? -me ignoró y se fue hacia el coche-.

Estuvo un buen rato allí, pero me daba miedo ir sola al piso, ya era de noche y pues..estaba oscuro.

-¿Qué haces aquí? -me preguntó Luther-.

-Esperando a Diego para irnos -le respondí-.

-Vamos, creo que va a tardar un poco.

Me fui con Luther por dos razones, una, tengo hambre, dos, tengo frío. Seguro que Diego nos adelantará.

[...]

Abrí la puerta del piso y los tres entramos, Diego, Luther y yo.

Como que huele un poco a muerto, ¿no?

Será mi cuarto, hace días que no lo limpio.

Diego y yo fuimos a la cocina y vimos gotas de sangre.

¿Dónde está Elliott?

-¿¡Elliott?! -empecé a llamarlo-.

Recorrí todas las habitaciones pero no estaba.

Fui a ver si estaba en el salón pero vi a Diego y a Luther mirando a alguien en la silla del dentista.

No..por favor.

Me teletransporte allí y ese fue mi error. Hace tiempo que no veo...bueno...gente muerta y me dieron terribles ganas de vomitar. Me fui al baño y eché todo lo que había comido ese día.

Me quedé un rato en el baño procesando todo lo que vi.

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Narra Five

Después de la charla con Reggie, me dirigí a la localización que me dio La Encargada para poder hacer ese "trabajito".

Entré al lugar y vi que todos estaban vestidos un poco raro, por no decir horripilantes.

Vi a una mujer que suponía que era la ayudante.

-Perdone -le hablé-.

-Ay, qué susto me has dado -me dijo-. Si quieres galletas, las sacamos a las tres.

-Qué ganas, no puedo esperar. ¿Sabe donde se reúne la Sociedad de Soja del Medio Oeste?

Vaya nombre más raro.