Mi pequeña debilidad (sin editar)

Capitulo 37

Último capítulo

Narra Cinco*

Ya había llegado al hotel donde estaba la encargada.

Llegue a la habitación N°12 que estaba medio abierta y cuando me asomé un poco, la loca vieja me habló.

-Cinco, te estaba esperando -me dijo desde adentro-.

Nada más que entre vi a la señora de la tienda de donas como secuestrada con una mesa llena de donas y la encargada sentada en una cama.

-Si que te gustan los donuts -le dije con ironía-.

-Ayúdame -murmuró,...no me acuerda como se llama-.

-Cuanto tiempo -dijo-.

-¿Tres días? -pregunté-.

-Para ti, puede. Pero hace mucho que yo no veo esos adorables pantaloncitos.

Me estoy cansando de esas bromitas.

-Tiempo para sanarte.

-Por suerte para ambos, el tiempo... es lo único de lo que mi organización dispone en abundancia.

-Por cierto, recibí tu mensaje. Bonito envoltorio, pero qué desperdicio de protocolo.

-Ha habido...muchos cambio desde que dejaste la Comisión. Hiciste bastante daño. Casi no quedó ningún maletín -dijo mientras acariciaba mi mejilla-, por no hablar...del personal cualificado al que mataste. Al fin y al cabo, ¿qué es una institución sin...?

-¿Qué quieres? -la corté, no tengo tiempo ni paciencia-.

-SER feliz -mis cojones-. Tener una vida...simple y sin trabas. Hacer el trabajo que me piden mis superiores. Pero que estés aquí...lo complica todo.

-Hoy morirán miles de millones de personas. Puedes cambiarlo.

-Hoy, mañana. No altera el orden del universo. ¿No recuerdas la razón de ser de la Comisión? Lo que debe ser, será. O, como me gusta decir: lo que será, será -dijo eso último en español-.

(Aclaró que cuando ponga la letra en cursiva es que hablan en otro idioma :))

-No vuela en ningún idioma. ¿Qué quieres de mí?

-Quiero darte a elegir. Todo el mundo morirá esta noche, pero, a diferencia del resto, tu tienes una salida. Puedes abandonar a tu familia, pasar el apocalipsis directamente , ausentarte unas décadas, preguntándote si volveré a ofrecerte un trabajo. O puedes quedarte aquí, con tu familia...y tener una muerte horrible. Mientras los sopesas, que sepas que tus hermanos luchan por su vida sin ti.

-Me has traído para apártame.

-Ha sido un placer conocerte, Cinco. Ah, y dale saludos de mi parte a mi hija.

Y me fui...

¿Como sabía que ya sabía que ___ es su hija?

[....]

Narra rayis*

Ya habíamos llegado al auditorio, donde ya se escuchaba el violín y música, ya había empezado.