06 | Bienvenida lobuna a La Push

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Unas semanas pasaron y nos acoplamos perfectamente al clan Cullen

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Unas semanas pasaron y nos acoplamos perfectamente al clan Cullen.

Clarissa se pasaba el día trabajando en el consultorio con Carlisle y luego visitando La Push. Al final la convencí de que fuera sola, y le gustó tanto que se olvidó de insistir en que la acompañara. Al parecer había sido bien recibida como amiga de Jacob, y el resto de su manada la apreciaba. Eso me dejaba tranquila. Si no la quisieran ahí y fueran groseros con ella, quizá me habría saltado un par de cláusulas del tratado.

Por otro lado, yo seguí entrenando con Emmett. Mi resistencia física mejoró en gran mayoría, ya podía darle batalla al más fuerte del clan e incluso salir victoriosa sin que me dejara ganar. Eran mis momentos favoritos, me hacían sentir más viva que nunca. Pronto saldría a cazar con ellos.

Mi relación con las chicas Cullen-Hale también pasó a un nuevo nivel de confianza. Alice tenía razón cuando dijo que sería mi segunda mejor amiga, porque se sentía como tal. Sin embargo, con Rosalie me podía pasar el día entero hablando de todo un poco y nunca aburrirme. Teníamos una personalidad similar, así como Alice y Clarissa. Bella y Nessie alegraban el día cuando visitaban la casa, Jasper seguía con sus clases de historia, Esme y Carlisle eran las figuras paternas que no recordaba tener y Edward era como un confidente.

Era el único que conocía exactamente las cosas por las que pasé en el búnker, porque las había visto. Cada ciertos días entraba en mi mente buscando mi verdadera identidad, cosa difícil ya que había un montón de recuerdos recientes de mi tortura que siempre lo dejaban pasmado. Naturalmente, no le gustaba la idea de entrar en mi cabeza, pero Carlisle estaba convencido de que era nuestro método más factible hasta ahora. El doctor Cullen había sugerido otra manera de saber, mediante la hipnosis, pero aún no lo intentábamos. Y no estaba segura de querer intentarlo.

En cuanto a mí, a nivel mágico, todo seguía casi igual. Mi vampirismo estaba controlado con las bolsas de sangre humana que Carlisle me obsequió y que cuidaba con mucho esmero, agradeciendo profundamente que mis ojos no cambiaran de color. Mi parte lobuna seguía dormida, como siempre, ya que mi vida no estaba en riesgo. Y el lado de bruja... Bueno, ese era el más complicado.

Carlisle y Esme se habían autoasignado la tarea de investigar al respecto con los libros del primero, de tal manera que supimos que el poder con el fuego que manifesté en el búnker se llamaba pirokinesis. Intenté usarlo de nuevo, pero no obtuve excelentes resultados. Encendí un pedazo de leña que casi incendió toda la casa, así que no volví a intentarlo. No estando con gente alrededor, al menos, y mucho menos en un bosque. Lejos de eso, no manifesté nada más. Me pregunté muchas veces qué clase de bruja era, porque una normal podría lanzar hechizos o conjurar cosas, pero yo no sabía nada de nada. Y lo que leía de los libros no funcionaba cuando lo ponía en práctica. Estaba realmente oxidada.

Hoy había salido sola al pueblo. Tarde o temprano tendríamos que mudarnos y yo aún no terminaba de conocer Forks. Además, quería estrenar los documentos que Carlisle nos otorgó días atrás. Legalmente mi nombre era Genevieve Hale, según la credencial en mi bolsillo, y sentía la infantil necesidad de hacérselo saber a las personas.

BLOOD QUEEN | tvd • twilight • toDonde viven las historias. Descúbrelo ahora