14 | Uno de los dos tiene que morir

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Entendí que si quería recordar algo en específico, tenía que buscar un desencadenante del recuerdo

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Entendí que si quería recordar algo en específico, tenía que buscar un desencadenante del recuerdo. ¿Cómo lo supe? Pues porque a penas puse un pie fuera de la casa Salvatore, a mi mente vino la razón del por qué Valerie Tulle me odiaba.

«—Queremos que vengas con nosotros.

No pude soportar la manera en que Stefan me miraba, con esperanza pura. Desvié mis ojos hacia mis zapatillas embadurnadas de lodo.

—No lo sé, Stefan.

—¿No sabes qué?

—Si quiero irme.

—¿Y por qué querrías quedarte? —como no respondí, Stefan puso las manos en mis mejillas y me obligó a mirarlo—. Genie, no quiero un futuro lastimero para ti, y eso es lo que tendrás si te quedas. Estarás sola. Mamá murió, papá nunca está en casa y Damon no se despega de Katherine. Lo mejor es que vengas conmigo. Te prometo que te cuidaré y me aseguraré de que seas feliz.

—Pero ya soy feliz —repliqué apresurada—. No tengo una vida muy emocionante pero es tranquila y buena. Y no estaré sola. Tengo a los Ancestros.

Stefan torció el gesto. A él no le agradaban los Ancestros y siempre me lo hacía saber con sus expresiones faciales.

—Ellos no van a cuidarte como yo.

—¿Y cómo lo harás tú, Stefan? —negué con la cabeza—. Tienes dieciséis años, con suerte puedes mantenerte vivo.

—Conseguiré un trabajo.

—¿Y luego qué? ¿Nos mantienes a las dos, proporcionándonos comida, techo, calzado y vestimenta? ¿Y si Valerie queda encinta? ¿Qué harás con tantas bocas por alimentar? Tengo catorce años, hermano, no puedo trabajar.

—Yo... —se echó hacia atrás, desconcertado con mi retahíla de preguntas—. Trabajaré el doble, el triple si es necesario, solucionaré eso cuando llegue el momento. ¿Por qué me pones tantas trabas, Genevieve? ¿Acaso no quieres acompañarme?

Solté el aire que me oprimía el pecho con un suspiro. Apreté sus manos entre las mías antes de llevar una a su mejilla. Incliné el torso y besé su frente durante unos segundos.

—Hermano, nada me haría más feliz que conocer el mundo a tu lado.

La alegría que mis palabras trajeron a su rostro no se comparaban ni con todo el lujo que el apellido Salvatore acarreaba, o con todo el poder que los Ancestros me otorgaban. Stefan era mi debilidad y estaba dispuesta a renunciar a todo con tal de hacerlo permanentemente dichoso.

Sin embargo, no podía hacerlo. Los Ancestros jamás me lo permitirían, ni hablar de mi padre. Me buscaría en los confines del mundo y forzaría mi mano para completar el propósito de mi creación.

BLOOD QUEEN | tvd • twilight • toDonde viven las historias. Descúbrelo ahora