20 | Tú me rompiste

274 49 2
                                    

Al día siguiente de la encantadora velada con mis hermanos, decidí quedarme en Whitmore para visitar a Clarissa en su habitación universitaria

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al día siguiente de la encantadora velada con mis hermanos, decidí quedarme en Whitmore para visitar a Clarissa en su habitación universitaria. Fue fácil pedir la información usando la compulsión, por lo que esperé a que terminara sus clases husmeando por su pequeño cuarto doble, cuya otra cama estaba ocupada por las pertenencias de Caroline. Bonnie y Elena dormían juntas en otra habitación.

Cuando la puerta se abrió y mi humana entró, dio un respingo sorprendido antes de lanzarse a mis brazos.

—¡Gen! Qué gusto verte —se alejó para tirar su mochila a la cama—. Estaba pensando en llamarte, pero no sabía si estarías despierta. Stefan dijo que salieron de juerga, ¿cómo la pasaste?

—Muy bien —asentí con una sonrisa, recordando los eventos ocurridos—. Hice las paces con ellos.

—Me alegro muchísimo, Gen, ya era hora de que entendieran que son mejores juntos que separados —estiró los brazos con gesto perezoso—. Me muero de hambre. Invítame a comer y seguimos charlando, quiero que me cuentes lo de la hipnosis.

Dicho y hecho, la llevé a comer a un restaurante italiano. Ella comió tres platillos diferentes mientras me platicaba sobre lo ocurrido el último día de su universidad, mencionando a Alaric como uno de sus profesores y lo contenta que estaba de que Caroline fuera su compañera de cuarto. Después me hizo contarle la hipnosis, y me divertí con cada una de sus reacciones. Solo a ella le había hablado de lo mucho que odiaba a Klaus Mikaelson, que era el único con el que me rehusaba a estar casada, y el que resultó ser mi marido.

Al final tuve que dejarla en la universidad para su siguiente clase por la tarde. Volvería a casa en Mystic Falls el fin de semana. Por mi parte, me acerqué al punto de encuentro con los Salvatore, pues con ellos llegué y con ellos me iría. El camino de regreso al pueblo me quedé dormida en el asiento de atrás y desperté cuando llegamos a la mansión familiar. No me apetecía estar en mi casa si no había nadie más, por lo que decidí quedarme a comer con mis hermanos.

Un par de horas después de dedicarnos a no hacer nada, la puerta de la entrada sonó con un par de golpes.

—Yo no abro —dije desde mi posición sentada en el banquillo del piano, tocando piezas al azar para quitarme el aburrimiento de no tener un enemigo mortal que me quisiera matar en ese mismo instante.

Damon fue hacia la puerta tras resoplar. Al volver, traía consigo una carta.

—Es una invitación a una cena —leyó con el ceño fruncido, aunque después una sonrisa malévola curvó sus labios—. De mamá.

—¿Qué? —las notas desafinadas sonaron cuando dejé caer las manos sobre las teclas, sorprendida—. ¿Nos invitó a una fiesta, a pesar de todo lo que ha pasado?

—Nos invitó a Stefan y a mí, sí —aclaró dándosela a Stefan—. A ti no. No menciona tu nombre.

Rodé los ojos ante su tono burlón y regresé la atención al piano.

BLOOD QUEEN | tvd • twilight • toDonde viven las historias. Descúbrelo ahora