—¿Puedes recordarme por qué estamos comiendo pastel de calabaza a una semana de navidad? — Jungwon rodó los ojos mientras picaba con su tenedor un trozo de pastel y lo llevaba a su boca despreocupadamente. Jay definitivamente tenía memoria a corto plazo.
—Te lo dije... Nuestra segunda cita, no me gustó el pastel de calabaza que pedí... ¿No recuerdas? — Yang enumeró, tratando de ser obvio para que su novio pudiera recordar. Jay abrió la boca, dejando escapar un pequeño jadeo, probablemente indignado por no poder recordar aquel momento. El menor no se molestó por eso.
—Lo siento, estaba demasiado embobado contigo para siquiera recordar eso— confesó el mayor, ocultando la vergüenza de decir aquello mientras bebía una cantidad considerable del café de máquina que había preparado Jungwon para él. Yang solo rio.
—Te vas en tres días, ¿verdad? — Jungwon no solía ser tan tierno como otros chicos al expresar su tristeza. Había visto a Sunoo incontables veces poner un puchero cuando las cosas iban mal, y de hecho se veía bastante lindo. Un día mientras estaba frente al espejo empañado después de una ducha, quiso probar hacer uno y llegó a la conclusión de que nunca en su vida volvería a hacerlo. Pero ahora, a diferencia de aquel día, su labio inferior titubeó naturalmente por unos instantes, sin embargo, Jay logró captarlo.
—Solo serán dos semanas. — Jay sonrió con cariño sin mostrar sus dientes y bajó del taburete alto de la isla en la cocina del menor para abrazarlo por la espalda. Jungwon se mantuvo en su lugar. —No es tanto tiempo como lo parece.
—¿Pero qué haré todo el tiempo que no estés? — Yang inclinó su cabeza hacia atrás, su coronilla chocando con el pecho del mayor. La mano de Jay se colocó debajo de la barbilla del otro, acariciándolo como si fuera un felino. —Sunoo estará castigado por probablemente toda su vida y Sunghoon prácticamente vive para Heeseung estos días.
Park encontró tierna la molestia de su novio, pero no podía hacer nada para animarlo completamente. Cada navidad solía pasarla en casa de sus abuelos y esta no sería la excepción. Le hubiera gustado llevarse a Jungwon con él, pero estaría seguro que su abuela se infartaría si ve que su nueva pareja es un chico y no le gustaría presentarlo como su amigo. Definitivamente era un no.
—Pero puedes visitar a Sunoo, su mamá se lo permitió a ti y a Sunghoon por encontrarlo.
—¿Para escuchar todo el día sus disculpas? — se quejó el menor —No me malinterpretes, realmente lo quiero y aprecio que este muy arrepentido, pero eso fue hace casi un mes.
—Dale tiempo. No fue fácil para nosotros, pero tampoco lo fue para él— Jungwon cerró sus ojos, encontrando la paz en las reconfortantes caricias y en las palabras del mayor. Todavía estaba sorprendido que, a pesar de la apariencia afilada y penetrante, su novio conservaba la calma mucho mejor que él. Tal vez había pasado poco tiempo desde que se conocían y también desde que eran una pareja oficial, pero Jungwon se sentía completamente en las nubes estando alrededor de él.
—¿En qué piensas? — Jay preguntó cuando vio la diminuta sonrisa del menor asomarse de sus labios. —¿En mí, Won?
—Cállate— sus risas salieron a flote. El mayor estaba en lo cierto, pero no iba a hacérselo saber. —Estaba pensando en ir a visitar a Sunghoon para contarle sobre nosotros.
—¿Crees que se sorprenda?
—Tal vez, aunque no lo creo— Jungwon alzó sus hombros. Sunghoon podía ser una caja de sorpresas cuando había noticias buenas.
—O tal vez estará celoso— supuso el mayor en broma —. No puedo creer que te tuvo oculto tanto tiempo de mí.
—Tú eres el que suena celoso— Yang rio, abriendo sus ojos para ver al mayor. —Él me estaba protegiendo de ya sabes... todo lo que sucedió cuando estaban en octavo.
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𖥔 ִ ۫ ˑ halloween ! heehoon ִˑ
Novela Juvenilh̶e̶e̶h̶o̶o̶n̶ | La problemática de Sunghoon va más allá de los límites que pueda imaginar. No entiende en qué momento su vida cambio de ser tan simple a tener que correr a los brazos de un completo extraño (no tan extraño) cuando trata de huir de...