Doble

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Sunghoon se aseguró de colocar correctamente los guantes de látex en sus manos. Habían salido del conducto del desagüe y ahora estaban en las criptas, ajustando los últimos detalles de su apariencia para no ser captados por alguna cámara vecina.

—¿Estás listo? — preguntó el mayor y Sunghoon asintió con un suspiro —Te ayudaré a salir.

Park observó las acciones del mayor con la ayuda de la poca luz que llegaba desde el exterior. Heeseung entrelazó los dedos de sus manos, formando una cuenca y los bajo hasta la altura de sus rodillas. Sunghoon comprendió lo que quería hacer el mayor después de unos segundos. Una mueca se formó en sus labios cuando apoyó su pie en las manos del otro, afortunadamente ambos tenían guantes puestos, de lo contrario, Sunghoon no creía que la sensación mojada por toda el agua del drenaje fuera algo lindo de experimentar. Después de estar bien sujeto a los bordes del hoyo hacia la salida, se impulsó y Heeseung le facilitó el trabajo al elevarlo, quedando sobre las hojas y ramas secas del bosque. Una vez que él estuvo fuera, Sunghoon extendió sus manos hacia Heeseung y lo jaló para que fuera más sencillo salir.

—¿Dijiste que no había cámaras en el patio trasero? — murmuró Lee en pregunta, Sunghoon elevó su vista para encontrar la luna en su cuarto menguante iluminarlos. Él no recordaba que en su infancia hubiera alguna vigilancia y no creía que eso se hubiera solucionado años después, más aún cuando no había nadie a quién cuidar. Negó. —Sígueme.

Sunghoon tomó varias respiraciones profundas antes de tomar el mismo camino que Lee tomó hace unos segundos, llegando a su lado. La noche era aterradora por sí sola y eso ya tenía sus sentidos alerta, se sentía intimidado al punto que creía que los árboles se doblaban sobre ellos para observarlos de cerca. Sus dedos cubiertos y polvosos fueron por debajo de la manga de su suéter y pellizcó su piel varias veces para intentar distraerse de la sensación abrumadora. Instintivamente, Sunghoon se acercó más a Heeseung mientras sus pisadas seguían siendo cuidadosas aun cuando eran rápidas.

Nada de esto estaría pasando si no hubieras aceptado la invitación a la primera fiesta, pensó.

Y por más que se arrepintiera y quisiera volver el tiempo atrás para frenar cualquier problemática, ya era demasiado tarde. ¿Por qué Shim no podía dejarlo libre?

Llegaron a la parte trasera de la casa de Jake más rápido de lo que le hubiera gustado. El verde pasto en el que una vez rodó mientras reía con sus dos mejores amigos ahora se fundía con la naturaleza seca del bosque. Todas las luces del interior estaban apagadas, confirmando su teoría de que el castaño seguía teniendo sus mismos hábitos que cuando solían ser adolescentes.

Los dedos de Heeseung sujetándose torno a su muñeca lo distrajo de la evaluación memorística que tenía hace unos segundos. La otra mano del más alto tomó su hombro y lo empujó suavemente para que estuviera frente a frente. Los negros y grandes orbes de Lee encandilaron los suyos como una especie de bucle.

—Sunghoon... — comenzó Heeseung con la voz por encima de un susurro —No quiero que hagas preguntas a partir de ahora, todo esto es confuso para ti y para mí también lo es, por eso te lo pido... No hagas preguntas de nada de lo que veas, ¿entendido?

La mente de Sunghoon envió señales demasiado claras de que saliera corriendo en ese mismo instante. Claro que confiaba en Heeseung, en verdad lo hacía, pero sus palabras anteriores le habían helado la sangre en un instante. ¿Por qué le pedía eso? ¿A caso él tenía que ver con la desaparición de Sunoo? Si era así, ¿por qué no decirles a las autoridades en lugar de venir a allanar una casa?

—Tus ojos son bonitos, Hoon. No tienes que verme de esa manera— la voz de Lee era amarga, lastimada. Sunghoon quería huir ahora, pero sus piernas no se movían, ninguna parte de su cuerpo parecía responder mas que su ceño que se arrugaba con horror cada vez más. —Confía en mí.

𖥔 ִ  ۫   ˑ  halloween    !   heehoon  ִˑDonde viven las historias. Descúbrelo ahora