𖥔 ִ ۫ ˑ halloween ! heehoon ִˑ

Avellana

—Él nos envió un mensaje por el teléfono de otro amigo, iremos a reunirnos con ellos. — Jungwon dio un pequeño codazo en las costillas de Heeseung, quien asintió rápidamente al darse cuenta que había dicho que Sunghoon estaba casi desaparecido frente a su propia madre.

—Claro, ¡los veré después! — la mujer de linda sonrisa se despidió con un movimiento de cabeza y cerró la puerta frente a ellos. Inmediatamente Heeseung los dejó atrás cuando empezó a correr a toda prisa en dirección a donde se encontraba Sunghoon. Ni siquiera se dieron cuenta de cuán lejos había llegado en cuestión de segundos.

—¡Espera! — Jungwon gritó mientras corría detrás del mayor con Jay a su par. Los pasos veloces del más alto cesaron paulatinamente y los miró con insistencia, esperando a que estuvieran más cerca de él.

—¿Cómo sabes que está en el bosque? — Yang preguntó con la respiración acelerada, una mano se posó en su pecho ardiendo por la falta de oxígeno y por el esfuerzo que había realizado para alcanzarlo.

Heeseung también tenía la respiración intranquila, la mascarilla no ayudaba nada en eso. Pero más que parecer que sus palabras eran tardadas por la obstaculización del fluir del aire en su sistema, parecía más que vacilaba si hablar o no.

—Le puse un collar, tiene un rastreador. — Heeseung miró de nuevo su teléfono, el pequeño punto azul en el mapa se movía cada vez más hacía dentro del bosque. Si acaso, aún podían llegar a tiempo antes de que llegara a las profundidades de este. Sus pies comenzaron a moverse por impulso, alejándose nuevamente de los menores progresivamente. No podía esperar más para llegar hasta el pelinegro.

—¡¿Le pusiste un rastreador?!— el más bajo gritó exasperado cuando vio que Lee volvía a apartarse con rapidez de ellos. Su respiración anteriormente ansiosa se mezcló con la rabia que sentía en su interior. ¿Cómo era posible que Sunghoon hubiera dejado que el chico desconocido se acercara tanto a él como para ponerle un rastreador? Definitivamente algo en Heeseung y Park estaba muy mal para él.

Estaba a punto de gritar de nuevo para inculpar al mayor de lo que estuviera sucediendo cuando Jay lo sostuvo por los hombros y lo sacudió bruscamente.

—¡Dios! Deja de estar a la defensiva, — Jungwon observó cómo el contrario lo miraba con el ceño fruncido, notablemente agitado —probablemente Sunghoon está en peligro, ¡no puedes ser tan insolente!

Era la primera vez que Jay le gritaba y no pudo evitar que sus ojos se cristalizaran, pero sabía que su novio estaba en lo correcto. Todo este tiempo siempre estuvo cuestionando en cosas insignificantes a Sunghoon en lugar de preocuparse por su integridad. Él había estropeado todo desde el inicio, desde el momento en el que lo culpó sin ninguna explicación y cuando siguió haciéndolo después. Su antigua pareja había pasado por muchas cosas en tan poco tiempo y la única persona que había estado totalmente para él estaba haciendo lo correcto en este momento en lugar de sus amigos más cercanos que eran ellos. Heeseung solo estaba protegiendo a Park... Y él también había cuestionado su relación y acciones.

—Sé que estás estresado, pero no puedes hacer eso todo el tiempo...— Jay bajó su tono de voz a uno suave y reconfortante. Su mano fue a parar en los cabellos negros del menor, acariciando estos en busca de calmarlo. —Tendrás el tiempo suficiente para disculparte con Hoon sólo si llegamos antes de que algo malo ocurra.

Yang limpió sus lágrimas con la manga de sus ropas con indelicadeza. Sin pensarlo más, enroscó su mano en la muñeca del mayor y comenzó a correr en la misma dirección que Heeseung había marcado antes.

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—¿Estás bien? — Ni-ki regresaba de la cocina con un par de botellas con contenido transparente y burbujeante. Colocó el par sobre la mesa baja frente al sofá y enganchó el destapador de botellas en uno de los bordes del tapón corona, impulsando este hacia arriba para abrirla con el sonido refrescante característico. Extendió la botella a la persona sentada en su sofá y realizó las mismas acciones con el objeto restante.