23. JIMIN

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[The family Jewels, Marina]

La mañana en que Jimin volvió a casa, estaba nublada.

El estado climático podía compararse a como se sentía el mismo. Su rostro estaba ceniciento producto del desvelo, tenía los parpados caídos y grandes ojeras. Si era sincero consigo mismo, nunca esperó volver, no pensó que sus padres lo querrían de vuelta. Pero ahí estaba y no sabía si estaba listo para enfrentarse a ellos.

Había pasado toda su adolescencia peleando contra ellos que no dejó espacio para nada más. Cuando era más joven, Jimin se consolaba creyendo que sus padres lo querían a su manera, pero ahora que era adulto, comprendía mejor que ellos, en realidad, no sabía querer, ni siquiera entre ellos.

Jimin podría haber pasado toda su vida viviendo como un traidor a su familia, no le preocupaba, había sobrevivido bien, cuidando niños, logrando su carrera, ellos ya no formaban parte de su vida, aunque la pequeña voz en su cabeza le siguiera repitiendo que ellos eran su familia.

En silencio se subió en el asiento de copiloto, Jihyun lo saludo desde el asiento del conductor, su rostro también estaba pálido y parecía casi tan temeroso como Jimin. Algo había pasado para que sus padres los quisieran a los dos juntos y no saben si eso sería bueno o malo.

Jimin le tenía miedo a muchas cosas, pero si le dieran a elegir a que le tenía más miedo diría que a su padre. Con puños de hierro y palabras que daña solo sabía lastimar. Su madre tampoco era mejor, la indiferencia con la que creció por parte de ella lo había lastimado más que los golpes de su padre, y mientras sobrepasaban por los extensos paisajes, pensó en todo lo que podría salir mal al llegar a la que alguna vez fue su casa.

Bajo el cielo nublado y mientras caían pequeñas de lluvia, comenzaron el tortuoso viaje por carretera.

En ella había fragmentos de pesadillas. Veía a su padre encerrándolo en el sótano o a su madre cuando a hurtadillas le lleva algo de comer para que no muriera de inanición, aunque en aquel entonces no le hubiera importado hacerlo. No porque ella estuviera preocupada, sino porque no sabría qué hacer con un cadáver,

Paso gran parte del viaje viendo los extensos valles pintados de verde mientras pensaba en el tiempo que había trascurrido entre el incidente y el presente. Entre las noches de llanto y los días de entrenamiento, se sentían como una eternidad.

Se sorprendió a sí mismo descubriendo que no echaba de menos su casa y si hubiera sido mucho más valiente se hubiera ido desde hacía tiempo. Amaba vivir con Taehyung, visitar los fines de semana a la familia Kim y pasar sus días trabajando en el orfanato, no envidiaba la vida del antiguo Jimin que creció en una casa gigante lleno de fantasmas que lo asustaban por la noche.

Cuando llegaron al hogar de sus padres, el sol casi se había ocultado en el cielo.

En silencio, como se subió, bajó del auto, manteniéndose sereno, como alguien que espera una muerte anunciada. Si alguien lo hubiera visto mejor sabría que tenía terror grabado en sus ojos grises.

La casa era hermosa, moderna y con colores neutros. Con un gran porche con cientos de autos de diferentes modelos y marcas. Toda ella estaba iluminada con luz artificial.

La infraestructura tenía dos pisos con unas enormes escaleras de ambos lados, una piscina en el centro en la cual el agua llegaba dando la sensación de que era un río, tenía un enorme jardín con árboles alrededor. Estaba pintada de color blanco hueso con cuatro balcones, además de enormes ventanales que se verían hermosos si no estuvieran cubiertos de gruesas cortinas.

Era una hermosa casa, si tan solo dentro hubiera una hermosa familia le hubiera sido fácil crecer en ella. Esa casa gigante con portes de palacio tenía todas las comodidades de un hogar, pero sin familia, sin lo que realmente lo convertiría en un hogar.

Florecer | KOOKMIN |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora