Jungkook había comprendido la noción de familia a una edad tardía. Hasta que Dami lo obligó a realizar entrenamiento cognitivo, Jungkook muy bien podía ignorar las necesidades de su familia con facilidad, incluso si habían dolido las palabras y el abandono de su madre, Jungkook nunca supo cómo funcionaba su familia. Sabía que su padre lo quería, que era importante para Seokjin, pero nunca logró manejar esos sentimientos tardíos, y ni siquiera se preocupó por ellos.
Hasta que volvió a ver a su madre y sintió que su mundo se fragmentaba ante sus ojos si ellos, su familia, no hubiera estado a su lado, quizás lo habría hecho.
Eran los primeros días fríos, diciembre estaba a la mitad, en el horizonte se vislumbra el cumpleaños de Taehyung y la vida continuaba después de todo. A Jungkook le parecía inclusive como aquellos meses de soledad e incertidumbre se desdibujaban a su alrededor, Jimin sonreía más a manudo, Jihyun se desenvolvía menos cohibido y Taehyung vivía con una sonrisa suave en su rostro cada vez que lo veía, todo era diferente y al mismo tiempo continuaba igual. Algo maravilloso.
Entre los cambios, su relación con Jimin se mantenía estable y más fuerte que nunca, pero entre cuando su mente sobre pensada, Jungkook se encontraba descubriendo que él y Jimin nunca habían tenido una cita real. Sí, para Jungkook, aquellos días donde paseaba con Jimin contaban como una cita, era muy consiente que no significaban lo mismo para Jimin.
Así que con la mente despierta y horas de desvelo, Jungkook planeó una cita. Debía ser memorable y única, algo que Jimin pudiera recordar por mucho tiempo. Algo que fuera solo de ellos.
—Tiene que ser perfecto —dijo caminando en círculos. Desde el sillón, su padre y Seokjin lo miraron.
No podía culparlos por mostrarse aburridos, Jungkook llevaba toda la mañana poniéndolos al tanto de su elaborado plan.
—Lo será —dijo su padre con apoyo.
Jungkook suspiró. Sonaba una tontería y sabía que se veía como un maniático, pero no encontraba otra forma de externar toda la ansiedad que le corrompía el cuerpo.
El sábado por la mañana, sin que su padre, quien era una persona llena de paciencia, pareciera cansado de sus constantes preocupaciones. Decidió que Dami era la mejor persona para consolarlo, ella nunca le decía que hacer o como sentirse solo le permitía hablar sin interrumpirlo ni menospreciar sus preocupaciones.
Llegó al hospital muy temprano, el cielo apenas estaba iluminándose con los primeros rayos del sol, pero todo el sitio ya estaba en movimiento. El olor a desinfectante y antiséptico lo hizo arrugar la nariz mientras trataba de caminar sin pisar las rayas, algo terrible sucedería sin por equivocación Jungkook las pisaba. Quizás el mundo explotaría.
La puerta de Dami estaba abierta y Jungkook no perdió el tiempo en entrar. La encontró sepultada en expedientes, pero aún encontró fuerza en sonreírle, Jungkook sonrió a su vez y procedió a contarle todo.
Dami lo escuchó con atención. Y cuando terminó se quedó en silencio.
—¿Crees que le gustara? —preguntó con ansiedad. Dami sonrió.
—Lo hará —le contestó con gran seguridad.
Jungkook quería sentirse igual seguro que ella. Cada parte de su plan era perfecto, él se había asegurado de eso, no sabía de donde venía toda la inseguridad que amenazaba con destrozarlo.
—¿Cómo sabes? —inquirió a la defensiva. ¿Cómo ella que apenas conocía la complejidad de su historia, que no conocía a Jimin como Jungkook, estaba segura de algo tan trascendental como eso?
Ella se inclinó sobre su escritorio, como cuando le causaba gran curiosidad.
—Jungkook, ¿Por qué estás tan preocupado? Han salido antes.
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Florecer | KOOKMIN |
FanfictionKOOKMIN | Érase hace una vez un chico que no miraba a los ojos. Que la gente no veía y tampoco escuchaba Érase una vez un chico que amaba la historia y hablaba de ella. Que era gentil y la gente siempre lastimaba. Érase una vez un chico que anhela...