El primer verano de los Snape con la pequeña Lily se desvaneció demasiado rápido.
Albus celebró su sexto cumpleaños y Severus y Harriet le organizaron una pequeña fiesta a la que asistieron los Malfoys y otras personas.
El otoño no tardó en llegar y un martes frío, Harriet se levantó pensativa antes del amanecer para empezar a preparar el té matutino de su marido.
Sus ojos se entrecerraron cuando notó que la cama estaba vacía a su lado.
Otra vez no.
Enfadada, Harriet tomó el chal que estaba en el respaldo de una silla cercana y se dirigió a la cocina. Olfateó mientras empezaba a hervir el agua. Severus la prefería negra, sin crema ni azúcar, Harriet lo sabía bien.
La omega pelirroja se envolvió con el chal y se estremeció con el frío de la madrugada mientras bostezaba.
Un pequeño y silencioso gemido la llamó suavemente y rompió el silencio.
Harriet parpadeó, salió de la cocina y se dirigió a la guardería.
La omega se asomó a la puerta de la habitación de Lily y, cuando lo hizo, se cruzó de brazos con un fuerte suspiro.
Tal y como había sospechado.
Por mucho que Harriet quisiera sonreír al verla, no pudo.
Esto sí que se estaba convirtiendo en un problema.
—Severus —gritó Harriet con firmeza.
Desde su asiento en la mecedora, Severus se despertó sobresaltado. Parpadeó mientras miraba a su alrededor sin comprender. Tenía el cuerpo rígido y dolorido por haber estado sujeto durante toda la noche por el hechizo que había lanzado para mantener a Lily acurrucada contra él.
Severus vio que Harriet estaba de pie en la puerta de la guardería y que la pequeña Lily estaba tumbada en sus brazos, mirándole mientras se llevaba un puño regordete a su pequeña boca.
—¡Severus! No puedo creer que lo hayas hecho otra vez! —gritó Harriet a su compañero.
—Ella me necesitaba, mi amor. No podía dejarla sola —Contestó Severus mientras se levantaba lánguidamente y se acercaba a entregarle el bebé a Harriet.
—¡Al final vas a tener que dejarla luchar por ella! —Harriet se rió mientras tomaba a su hija. —Va a tener que llorarlo, Sev. No puedes sostenerla mientras duerme por el resto de su vida—.
Severus entrecerró los ojos ante Harriet.
¿Acaso su esposa creía que él no lo sabía?
¿Qué tiene de malo que consuele a Lily?
Su hija dormía mejor cuando la tenían en brazos.
Lily era sólo un bebé. El hecho de que Severus acudiera a socorrerla obedientemente a su primer llanto y la sostuviera durante toda la noche, casi todas las noches, desde el día en que había nacido no podía ser algo malo, ¿verdad?
No, claro que no.
—Yo no te digo cómo criar a nuestros hijos —Severus contraatacó con su voz suave y baja.
—Eso es porque hago un trabajo brillante —replicó Harriet con arrogancia mientras recostaba a Lily contra su pecho y dejaba que su hija tomara el desayuno.
Severus miró a Harriet y se rió de la mejilla que le puso. Sintió que su irritación se desvanecía y que su corazón se ablandaba al observar a su omega y a su bebé.
Con un suave ronroneo, Severus se inclinó y besó suavemente los labios de Harriet mientras le susurraba: —¿Sinceramente crees que te excedes tan bien en la crianza de mis cachorros que no necesitas más instrucciones al respecto?—.
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The Purple Blankets: A Snarry Tale (Traducción)
FanfictionSeverus Snape está muy ansioso por ayudar a su omega a prepararse para su próximo celo. ¿Estará Harriet tan ansiosa como él por intentar tener otro bebé? ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Esta obra no es mía, es traducida con el permiso de Mermaid886 en Ao3