A pesar de que le temblaban los miembros y le latía la cabeza, Harriet consiguió aparecerse en casa.
En cuanto apareció en el salón, pálida y agarrándose el costado, los ojos de Hermione se abrieron de par en par, preocupada por su amiga.
—¡Harriet! ¡Dios!... ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? —jadeó Hermione, poniéndose rápidamente en pie con Lily en brazos para correr hacia la dolorida omega.
—Estoy......tengo algunos.....problemas, Hermione —Harriet suspiró mientras se hundía en el sofá.
Albus parpadeó hacia Harriet desde donde estaba sentado jugando con Scorpius y preguntó preocupado: —...¿Mamá?—.
—Juega con Scorpius, cariño —Harriet asintió a su hijo, forzando una agradable sonrisa en su bello rostro, tratando de ocultar el brillo del sudor que cubría su piel.
—Tenemos que llevarte a la cama —Dijo Hermione con el ceño fruncido. Con suavidad, la Gryffindor de pelo castaño presionó su mano sobre el dorso de la frente de Harriet y el calor que irradiaba de su carne. —¡Estás ardiendo! ¿Te sientes mal? ¿Te duele la garganta? ¿Escalofríos?—.
—No es ese tipo de fiebre, Hermione —susurró Harriet.
Hermione frunció el ceño por un momento y luego miró a Harriet sorprendida.
—¡Harriet! —exclamó Hermione.
—¿Qué? —preguntó Harriet mientras fruncía el ceño de Hermione.
¿Acaso Hermione sabía algo que ella no sabía?
Harriet tenía que admitir que estaba un poco sorprendida de que, siendo otra omega, Hermione no pudiera detectar su verdadero tema. Normalmente, un omega no tenía problemas para percibir cuando otro estaba en celo.
—¿No estás ....en nada? —preguntó Hermione a Harriet con incredulidad.
Harriet lanzó a Hermione una mirada de total confusión mientras parpadeaba: —No...¿Perdón? ¿Qué es lo que se supone que estoy "en"?—.
Hermione se dio la vuelta y miró a sus hijos pequeños que jugaban juntos mientras se aclaraba la garganta y hablaba: —Albus, voy a llevar a tu mamá arriba, ¿de acuerdo? Volveré en un momento. ¿Scorpius? ¿Estás escuchando? Ustedes dos no deben salir de esta habitación, ¿entendido?—.
—De acuerdo —Albus estuvo de acuerdo.
—De acuerdo, madre —Scorpius llamó a Hermione, demasiado fascinado por los bloques con los que estaba jugando como para mirar hacia ellos.
—Vamos Harriet, vámonos —Dijo Hermione en voz baja a su amiga mientras la ayudaba a levantarse.
Harriet se agarró temblorosamente a Hermione y la siguió escaleras arriba, con cuidado de no gemir demasiado fuerte y no asustar a la pequeña Lily.
En cuanto llegaron a su dormitorio, Harriet empezó a rebuscar y a montar su nido. Mientras Harriet se afanaba, Hermione observaba preocupada desde la puerta, con Lily en brazos.
—¡No puedo creer lo descuidada que has sido, Harriet! —reprendió Hermione.
—No sé de qué estás hablando, Hermione —Harriet resopló, temblando en el frío de la habitación mientras se quitaba la ropa con la que había visitado a Severus y se ponía uno de sus camisones.
Si Harriet no podía tener a su compañero allí con ella, al menos podía olerlo.
Eso era mejor que nada.
—¡Píldoras, Harriet! —Hermione jadeó. En sus brazos, Lily empezó a gemir. Hermione miró a la niña y la hizo rebotar con mucha ternura mientras Harriet se acomodaba. —Puedes comprarlas en cualquiera de las tiendas de salud del callejón Diagon, o a un sanador directamente. Yo tomo uno todos los días. Me ayudan mucho. No he pasado un celo desde que nació Scorpius—.
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The Purple Blankets: A Snarry Tale (Traducción)
FanfictionSeverus Snape está muy ansioso por ayudar a su omega a prepararse para su próximo celo. ¿Estará Harriet tan ansiosa como él por intentar tener otro bebé? ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Esta obra no es mía, es traducida con el permiso de Mermaid886 en Ao3