Capítulo 16: Ver el doble

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Severus sostuvo a Harriet en su regazo mientras le prodigaba largos y lánguidos besos hasta que Lily gimió desde su cuna para anunciar que se había despertado de su siesta.

Harriet rompió su cariñoso abrazo demasiado repentinamente para el gusto de su alfa.

—....No he terminado —Severus declaró en un tono bajo y de advertencia mientras veía a Harriet levantarse de él.

—Albus llegará en breve y Lily está despierta, tengo que ir a verla. Los bebés no duermen todo el día, Sev —Harriet respondió con una risita mientras se levantaba y le daba un último beso a Severus. Mientras apretaba sus labios contra los de él, susurró tímidamente: —Sólo falta una o dos horas para la cena. Ambos estarán en la cama poco después—.

Harriet se apartó, pero Severus no parpadeó mientras miraba fijamente sus ojos verdes. Su respuesta fue pronunciada con la misma suavidad e impecabilidad que la voz de una pantera si le hablara a su presa: —...Estaré esperando—.

Harriet devolvió la mirada a Severus durante un momento antes de darse la vuelta y dirigirse a la guardería para atender a su bebé que lloraba.

Cuando Harriet entró en la habitación y levantó a la pequeña Lily en sus brazos, no pudo evitar la sonrisa que le curvó los labios ni la espiral de acalorada anticipación que se asentó en el centro de su vientre, que su cariñoso marido había vuelto a llenar recientemente.

~~•~~

Harriet y Severus no dijeron nada sobre la noticia a Albus mientras la familia compartía la cena esa noche.

Severus ayudó a Harriet a poner la mesa. Charló con su esposa y su hijo mientras comían. Una suave sonrisa se dibujó en sus labios mientras escuchaba a Lily balbucear desde su trona mientras observaba a su madre, su padre y su hermano.

—¿Crees que hablará pronto? —Preguntó Albus a sus padres mientras miraba a Lily con curiosidad.

—Puede que tarde unos meses más, cariño —Harriet respondió a su hijo: —Pero si sigues leyéndole como hasta ahora, estoy segura de que estará lista antes de eso—.

—Siempre le leeré, mamá, es mi hermana pequeña —Dijo Albus obedientemente.

Severus y Harriet intercambiaron una mirada silenciosa de orgullo mutuo por el buen corazón de su hijo.

—Eras un poco mayor cuando dijiste tus primeras palabras —Severus le dijo a Albus: —Pero cuando finalmente hablaste, lo hiciste con fluidez. Tu madre y yo estábamos muy orgullosos—.

Albus sonrió ante la aprobación de su padre y presionó: —¿Mamá y tú siguen estando orgullosos de mí?—.

—Por supuesto que lo estamos —Contestó Severus con el ceño ofendido mientras Harriet sonreía cálidamente a Albus. —Y tu hermana también lo estará, cuando sea lo suficientemente mayor para saber lo que significa—.

—No puedo esperar hasta que ella pueda jugar conmigo —Dijo Albus con un suspiro, —Es solitario a veces, estar afuera solo cuando Scorpius no está aquí o yo no estoy en su casa—.

Harriet volvió a mirar a Severus y éste le devolvió la mirada. Sus ojos negros parpadearon hacia su vientre plano y una sonrisa cómplice torció los labios. El simple movimiento hizo que Harriet se inquietara en su asiento.

Vio el placer en la cara de su alfa, junto con el orgullo.

Harriet estaba tan ansiosa por llevar a los niños a la cama como Severus.

Tardarían algunos años, pero Albus Snape pronto tendría varios compañeritos de juegos que lo protegerían de la soledad.

Una vez terminada la cena, Severus dejó que Harriet arropara a Albus y acostara a Lily mientras él sacaba su varita para limpiar la cocina y guardar las sobras.

The Purple Blankets: A Snarry Tale (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora