Sueños [Creek]

(I) Amargo

A la mañana siguiente Kenny despertó con Stan al lado suyo, ambos se encontraban cara a cara y al ver el rostro dormido del azabache no pudo evitar sonreír antes de besar su frente, Stan soltó una pequeña risa antes abrazarlo.

— Buenos días — Dijo Stan, su voz estando ronca del karaoke de la noche anterior.

— Buenos días. — Kenny se volvió a rescostar, cerrando sus ojos y disfrutando del abrazo — Sueñas bastante bien para haber tomado hasta el culo.

Stan soltó una pequeña risa mientras jugaba con su cabello, Kenny cerró sus ojos, disfrutando del momento.

— Mi cuerpo está un poco acostumbrado, tengo una horrible resaca ahora, pero podría ser peor.

— Si quieres te traigo el desayuno — El rubio alzó la vista, notando la mirada curiosa del azabache — Así descansas ¿No?

— No es necesario — Dijo el azabache besando su frente y logrando que una sonrisa apareciera en sus labios. — Solo necesito una pastilla para el dolor y ya estamos.

Kenny asintió, pero ninguno se quizo mover de la cama, estaban demasiado cómodos, hasta que el celular de Kenny comenzó a sonar, logrando llamar la atención de ambos.

— Es mi mamá — Dijo mirando su celular antes de contestar — ¿Hola?

Kenny mantenía su sonrisa al estar en los brazos de Stan, pero mientras escuchaba a su madre su sonrisa desapareció, su corazón comenzó a latir acelerado antes de levantarse y comenzar a buscar su ropa.

— Llegaré en la tarde — Dijo antes de colgar él teléfono y buscar su chaqueta.

— ¿Ocurre algo? — Dijo Stan al verlo tan alterado, Kenny solo negó con la cabeza antes de asentir y suspirar.

— Es Tweek — Dijo, sus manos temblorosas mientras guardaba el resto de su ropa en la maleta — Está en el hospital.

— ¿Es muy grave?

— No lo sé — Kenny se detuvo al ver como sus manos temblaban — Le pasaba mucho de niño, se enfermaba y estaba un tiempo, pero una vez... Es complicado — Dijo al sentir su garganta oprimida — Pero es peligroso.

— ¿Quieres que te acompañe?

— No es necesario, tomaré un bus o algo — Dijo mirando su billetera y suspirando — Ustedes aún pueden quedarse, les quedan tres días de diversión.

— Tan divertido no va a ser, vamos, no hay problema si nos vamos antes.

Se fueron ese mismo día después de desayunar, habían llegado en la camioneta que les prestó el tío de Stan, y con esa misma volvían a sus hogares.

Para sorpresa de Kenny tanto Cartman como Butters también eran de South Park, nunca los había visto porque los dos vivían en una zona más alejada, pero aún así era un pueblo pequeño, así que se preguntó cómo nunca había pasado.

Durante el viaje, la tensión se podía cortar con un hilo, Kenny iba atrás y en medio de Cartman y Kyle, ninguno hablaba y parecían entre molestos y avergonzados por lo que pasó anoche, ninguno parecía querer hablarle al otro pero de vez en cuando se lanzaban miradas bastantes indiscretas.