Capítulo 5: Orfanáto

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¡Déjalos en paz! ¡Alejate! ¡Vete ya de aquí!, Ahora ese recuerdo vivía en mi, hasta en mis sueños. No se despegába de mi memoria ni por un instante.
- ¿Evalunna? E... ¿Evalunna? ¿Así te llamas? ¡Despierta! Es solo un sueño. - oí decir a alguien mientras habría mis ojos. Al parecer era una doctora... bueno, al menos eso parecía.

- ¿Quién eres? - le dije a la mujer que veía ante mis ojos.

- Hola, soy la Doctora & psicóloga Patricia Apónte. Te haré unas preguntas, solo contesta sin timidez, estoy aqui para ayudarte. No tengas miedo. - me dijo con su miráda fijamente en la mia.

- Eh... Vale. - le dije en un tóno confuso.

- ¿Que pasó ayer en tu casa? - preguntó.

- .... No lo recuerdo.- le dije a la Doctora mirándo hacia el techo.

-Mira, ¿sabes? Sólo quiero ayudarte. No le diré a nadie. Esto es entre nosotras mi cielo. - me dijo en un tóno de amabilidad y confianza.
Al ver que no se tratába de nada que me fuera a afectar decidí contarle todo a la Doctora, con lujo de detalles.
- Wow, todo lo que me has dicho es muy fuerte para una niña de tu edad... Necesitas mucha ayuda cielo, esto te a afectado muchisimo. - dijo la Doctora. Yo sólo ascentí con la cabeza mientras se me formaba un nudo en la garganta poco a poco.

- ¿Tienes más familia en el país? - preguntó.

- No, sólo a mi abuela. Ella vive muy lejos de aqui, tiene 90 años y sufre una triste enfermedad.- le dije mirándo hacia el suelo discretamente.

- Oh... - dijo en un tóno sorprendido.

-¿Qué enfermedad dices que tu abuelita tiene?

- Altzhaimer - le dije.

-Oh, que mal... ¿Me permites un momento? - dijo curiosamente.

- Claro... - respondí.
La doctora se fué a su escritorio y agarró su teléfono rápidamente.
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- ¿Hola, Hablo con el Dr. Michael?
- Em... si, ¿con quién hablo?
- Es la Dra. Patricia.
- ¡Hola Patty! ¿Qué hay de nuevo?
- Tengo una paciente la cual perdió a sus seres allegádos y no tiene más familiares en la ciudad. ¿Que hacemos en estos casos?
- Bueno, en estos casos la mejor desición es... darle terápia a la niña como por un mes y luego ponerla en un orfanato, no hay muchas opciónes en estos casos así.
- Oh, muy bien...Gracias por la información.
- No hay de qué.
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Escuché toda la conversación de la Doctora. ¿Era esto cierto? ¿Hiba a ir a un Orfanáto? ¿Porqué Dios, porque pasó todo esto? Decía en mi mente.

- Bueno Evalunna... Te quería dec... -La interrumpí.

- Ya sé lo que van a hacer conmigo... -dije en una voz triste.

- Oh, Evalunna, no hubiese querído que te enteraras así... -dijo muy apenadamente.

- ¿Y que hay con mi abuela? -le dije en un tóno frio y con una mirada temerosa.

- Bueno... quisiéramos que te quedaras con tu abuelita pero, de acuerdo a su edad y su enfermedad, me temo que no te podrás quedar con ella. Lo lamento mucho cielo...-dijo en una voz apagada.

Luego de eso no le volví a dirigir ni una sola palabra, estába muy molesta y frustrada. ¡No quería ir a un orfánato! De tan solo pensar que en un mes iba a vivir allí me daba mucha tristeza y coraje. ¿Porque Dios no me escucha? decía en mi mente a cada segundo, cada minuto , cada hora que pasaba. Estaba sumergida en llanto y tristeza, cosa que ninguna niña debería estar pasando... pero así era este asunto.

- ¡Eva! van a comezar tus terapias! - oí gritar a la Doctora Patricia. No me quedó opción que ir, y si... así estuve durante un mes... eran muy aburridas, la verdad estuve un mes internada en la clínica, pero no me ayudo mucho... la verdad todas las cosas que me hablaba, todos los consejos que me decía, me daban igual, eran en vano...

Bueno, ¡han terminado tus terapias! Espero que te hayan servido de algo, Ahora... ¡Vamos a tu nuevo hogar! Se que te va a encantar. ¡Es el mejor orfanato de la ciudad! Es muy bueno, se que te va a encantar. -dijo la doctora Patty.

En mi mente solo tratába de ser positiva, pero...¡estába muy asustada! No sabría como me tratarían, que amistades tendría.... ¿me rechazarían? O.. ¿todo lo opuesto? Varias preguntas rodaban por mi mente a cada minuto... sólo trataría de ser lo más feliz que pudiera, aunque no sabría si pudiera lograr ser feliz con el vacío que dejaron mis padres en mi, pero bueno... debía intentarlo.

-Bueno, ¡ya llegamos! espero que las terapias te hayan ayudado. ¡Solo se muy feliz! ¡Esa es tu meta desde ahora Eva! Dios te bendiga. -así me dijo la doctora y se fué en su automóvil hasta apartarse de mi vista. Allí estába yo, en la entrada de el orfánato, con mis maletas entrando esperando que todo saldría bien, con la ayuda de Dios.
Dí un suspiro y me decidí a tocar el timbre. Luego de varios segundos alguien habre la puerta...
-Hola, ¿tu eres Evalunna? - preguntó una mujer de aproximadamente 39 años con su cabello oscuro y un semblante bastante serio.

- Si, soy yo. - contesté en un tóno tímido.

- ¿Nadie viene contigo? ¿Donde está la Doctora Patty?
¿Se fué? - preguntó mirandome hacía mis ojos color verde azulado.

- Así es, solo me dejó en la entrada. - le dije mirandola a los ojos.

- ¡Oh! - exclamó con una sonrisa confusa y entrelazando sus dedos.

-Bueno pues, ¡adelante! Bienvenida a tu nuevo hogar. - dijo aún con esa sonrisa misteriosa claváda en su rostro.

- Gracias...- exclamé , tomé mis maletas y decidí entrar.

- Bueno, por aquí está el comedor... - me dijo extendiendo la cortina que dividía en el pasillo con el comedor para que tuviera una mejor vista.
¿Qué? ¿Ese era el comedor? ¡Era espantoso! ¡La comida que estában comiendo las niñas era espantosa! ¿Eso era comida de verdad?

-Bueno, estas son las habitaciónes, ¿Muy bonitas no? -dijo con su sonrisa agobiadora.

Eran unas camas muy pequeñas con sabanas blancas. Habían terroríficas estatuas por todo el lugar, habían hoyos en las paredes y habían niñas limpiando todo el sitio. Sus caras reflejaban tristeza, me conmovió mucho esa escena.
Luego, la mujer me siguió mostrando todo el orfánato hasta llegar a un cuarto súper espantoso donde había correas, látigos y demás, parecían cosas para golpear, pero no estába segura...

- ¿Para qué son? - pregunté preocupada.

- Para las que desobedecen o hacen cosas indebidas. Así que ya sabe como comportarse señorita. - me dijo muy seriamente.

Bueno, creo que ya te enseñé todo el orfanato... ve a la cafetería, es hora de comer.

- Vale. - le dije en un tono un poco asustadizo y me fuí a comer.
Oh Dios por favor, no me dejes ni por un momento. - repetía en mi mente cada vez que me acordaba. Hoy había sido un día agitado.

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¡Este es solo el comienzo de esta historia!
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Nos vemos en el otro cap. Jaja
¡Besitos! Dlb!

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