Capítulo 8: Golpes e ideas.

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¿Porqué a mi? ¿Porqué a mi? Hay tantas adolescentes en este orfanáto y tenía que ser yo... ¿¿Porqué?? -me preguntába a cada segundo. ¡Desde que vivo en este lugar he vivido un infierno! ¡¡Porqué a mi!! -Me decía a mi misma llorando desconsoladamente.

– ¡OH POR DIOS, Eva! ¿Que te pasó? — gritó Fer muy sorprendida mientras me tratába de levantar de el suelo.

–No es nada, no te preocupes. —le dije a Fer la cual me miró con una cara de "no te creo".

– Fue Abigail, ¿no es cierto? — preguntó mirandome seriamente y a la vez poniendo sus hombros en los mios.

Asentí con la cabeza baja.

– ¡CUANDO LA VEA VA A VER! —dijo Fer, estába muy molesta, se le veía en su mirada.

-No no no, dejemos las cosas como estan, luego va y se pone peor.

Fer solo suspiró enfurecida.

- Mejor no hablo más, si no me pongo más molesta de lo que estoy en este momento. —suspiró. — Ven aqui, vamos a la habitación. — exclamó mientras me ayudaba a caminar.

– Okey, quedate aqui un momento, no tardo, iré a buscar la caja de primeros auxilios. — dijo casi corriendo para llegar lo más pronto posible a donde mi.

Mientras eso estúve pensando, pensando en lo mucho que anhelaba salir de este horrible lugar. ¿Cuándo llegará este momento? ¿Cuándo seré libre? Me preguntaba. ¿Esta infelicidad algun día terminará? ¿Este vacio que hay en mi corazón ... ¿Algún día alguien podrá llenarlo? Todas mis heridas del pasado... ¿Algún día sanarán por completo? Me preguntába a cada segundo que pasaba drásticamente.

– ¡Aqui estoy! Ven, sientate. —dijo extendiéndome la silla.

Me senté mientras ella echaba desinfectantes en un paño para desinfectar y limpiar todas mis heridas y golpes.

– ¡FERNADA LIZ VELAZQUEZ! —grité cuando puso el desinfectante en mi pierna.

- Lo siento. - dijo al ver mi reacción tan exageráda.

- Mira, quiero que me perdónes, estuvo muy mal lo que dije hoy en la mañana. - dije muy preocupada.

- No me pidas perdón a mi... - dijo en un tóno dulce.

yo solo callé por unos segundos.

- Ok...- dije mirando hacia el techo dicimuladamente.

- Bien, como nueva. - dijo en señal de que había terminado de curar mis heridas.

-Gracias Fer. - le dije.

- No hay de qué . - dijo en un tóno feliz.

- Ahora pon esta bolsa de hielos en tu abdomen. - dijo extendiéndome la bolsa con hielos para que los pusiera en mí abdomen.

- Gracias. - dije con una sonrisa.

- Bueno, hoy nos tocába limpiar los baños de la segunda planta pero ... Evalunna, ¡No puedes así! es mejor que te quédes descansando... - dijo Fer preocupada.

- Tienes razón. - dije afirmándo con mi cabeza.

- Bueno, te veré al rato. - dijo Fer.

- ¡Ok! - dije tratándo de sonreir.

- ¡Adiós! - dijo y a la misma vez despidiéndose con la mano hasta irse.

Bueno, descansaré haber si recupero un poco de fuerzas. - me decia a mi misma.

Estuve unos 15 minutos en tratár de dormirme lo cual lo logré. Luego de estar como una hora dormida me desperté ya que escuché unos pasos que venian hacia la habitación. ¿De quién serán? me preguntaba aún con mis ojos cerrados. Luego, siento que me aguántan el cuello muy fuerte.

Al final de rodillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora