Capítulo 1: Una familia feliz.

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– ¡Emma, Laura, Adrián y Evalunna! ¡Vengan a cenar! —decía mi mamá casi gritando.
– ¡Ya vamos! —contestamos mis hermanos y yo.
Bajamos corriendo las escaleras a ver quien llegaba primero a la mesa. Luego nos sentamos a comer. Estabamos muy felices en ese momento, sin preocupaciones. Mi mamá nos miraba con una cara de felicidad, se le notaba que estaba muy contenta hoy, eran pocas las veces que nos miraba así, ya que siempre estaba preocupada o llorando. Nunca supe porque se ponía así de la nada, pero debía aprovechar al máximo cuando estaba de buen humor. Luego de un tiempo llegó mi papá del trabajo, traía consigo a la abuela, la cual la queríamos muchísimo mis hermanos y yo. Papá y la abuela nos saludaron a todos con besos y abrazos. Se notaba que no era un día muy común, era raro que mi papá estuviera en la casa y mi mamá no estuviese llorando. La verdad me alegraba que estuvieramos así, unidos y felices, deseaba que así fuera siempre. Luego de comer estabamos conversando como familia, haciendo chistes, riendo... en fin. De pronto sonó el celular de mi padre, el solo se fue lejos de nosotros para contestar su llamada "importante". Estuvo muchísimo tiempo hablando.
Cuando terminó de hablar estaba muy desesperado, su cara reflejaba mucha ansiedad y tristeza. Yo no sabía el porque.

–Vengo pronto, ire a llevar a la abuela a su casa. — dijo mientras ayudaba a la abuela a levantarse de la silla.

Luego, cuando llevó a la abuela a su casa llegó más triste y molesto de lo que estaba. ¿Que le habrá pasado? me preguntaba. Sabía que algo no andaba bien.

–Niños, es hora de dormir, a la cama todos. Tengo que hablar con su madre de algo importante, así que a dormir. No olviden sepillar sus dientes. —dijo muy seriamente. Mis hermanos y yo solo obedecimos a el mandato y nos fuimos a nuestras habitaciones. Yo trataba de dormir pero no podía, sabía que algo andaba mal con mi papá. Yo tenía ocho años, pero comprendía muchas cosas que quizás una niña de mi edad no comprendería, era de mente inteligente y capacitada en cierto modo. Esa noche decidí escuchar lo que mis padres hablaban, no podía con la intriga. El sentimiento de el saber que estaba pasando me mataba.
–¡Sophia, ya lo hecho está hecho! ¡No puedo hacer nada!¡Ellos no lo quieren comprender! ¿Que podemos hacer? ¡Estoy desesperado! —le decía mi padre a mi mamá en un tono desesperatívo e inquietuoso.
–¡Todo esto es nuestra culpa! ¿Que vamos a hacer? ¡Nos van a matar a todos! —le decía mi madre a mi papá mientras lloraba desesperadamente.
–¡Sophia, ya no hay vuelta atrás! ¡Tenemos que conseguir ese dinero! Si no... sabes lo que nos espera. —le decía mi papá en un tono de angustia y desesperación.
¿De que dinero hablaban? ¿Quienes nos iban a matar? ¿Que estaba pasando? me preguntaba a cada instante.
Mi hermana Emma, se despertó y me vio junto a la puerta escuchando.
–¡Evalunna! ¿Que haces despierta? ¡Acuestate! ¡Deja de estar escuchando los problemas de nuestros padres! —exclamó mientras me miraba con su cara soñolienta.
–¡Me acostaré en un segundo! Solo quiero saber algo.
–Bueno... ya no digo nada mas, sigue de averiguada. —dijo en un tono de burla y siguió durmiendo. Luego, mis padres dejaron de hablar y se fueron a su habitación suponía, pues no los escuche más. Así que decidí hacerle caso a mi hermana e irme a dormir. Sin duda tenía que ahorrar fuerzas para descubrir lo que estaba pasando en mi familia "feliz".

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¡Foto de Evalunna en multimedia! ¿Que les pareció el primer capítulo?
¡Espero que les haya gustado!

Al final de rodillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora