Cap. 4 Mis reglas

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Valentina

Me gusto pasar la tarde con Juls, tenía tiempo que no me sentía bien, Juls es una buena amiga, sé que debo mantener esta fachada dura delante de los demás y así evitar ser herida o que mi padre los hiera, delante de mi mejor amiga esa fachada no la puedo tener, ella es tan transparente, ella hace que con su mirada atraviese mis pensamientos, a veces siento que desnuda mi corazón y puede saber exactamente como me siento, desde hace tanto tiempo, ya hemos crecido pero aún siento la misma necesidad de tenerla cerca de mí. Creo que me pase en ciertas cosas, me desconozco, como es posible que yo le haya dicho eso a Juls. No puedo dejar de sonreír ante tal hecho, es como si esa complicidad que tenemos comenzara a traspasar ciertas barreras. Aún estoy recostada, en la puerta de la casa, pensando en Juls. Voy a hacer mis tareas para poder ir a su casa. Ilusiones que se vieron opacadas por una llamada de mi padre, de no contestar se me forma un lío.

Valentina: ¡Aló!

León: ¿Se puede saber qué hace mi hija escapada de la escuela?

Valentina: Hola, hija ¿cómo estás? Oh bien papá y ¿tú cómo estás?

León: ¿Tú crees que te puedes burlar de tu padre?

Valentina: No papá, solo son saludos que se enseñan en la escuela.

León: ¿Estás jugando conmigo VALENTINA?

Mejor hice silencio ante sus gritos, ya se cómo se pone

Valentina: Disculpa papá, solo me salte una clase.

León: Se cualquier información tuya en este maldito país, hagas lo que hagas lo sabre, es una falta de respeto que de tu escuela me llamen el primer día de escuela, porque te volaste las clases.

Valentina: Solo fue una y no volverá a ocurrir.

León: Ninguna hija mía, llevara el apellido Carvajal por el piso. Más te vale que tus notas se mantengan o la ilusión de vivir en casa de tu madre se verá afectada

Valentina: No volverá a ocurrir te lo prometo.

León: Ten en cuenta que tengo ojos en toda la ciudad.

Valentina: Si papá.

Y esa fue la conversación de padre e hija del día. ¡Neta! Solo me salte una clase, una sola, debo cuidarme en la escuela, a casa de mi padre no quiero volver.

Mi sonrisa se esfumo y regreso el caparazón que ya traía de casa del respetadísimo León Carvajal.

Me fui a mi habitación, debía adecuar este lugar a mis gustos, aquí si podía hacerlo, Lucia es más comprensiva, pero por los momentos haría la tarea. No tenía amigos aún, así que mañana debería buscar los apuntes de la clase que falte.

Me di una ducha, el baño esta fuera de mi habitación, en casa de León el baño es del tamaño de esta habitación, pero no cambiaría nada de esta casa. Está paz es maravillosa, me di una ducha fría porque creo que no hay agua caliente, pero para algo me sirvió la ducha fría para bajar la calentura que traía por causa de la llamada de León. Me cambié y me puse algo cómodo, me encerré en mi habitación a hacer las tareas y puse música para relajarme un poco, muchos me preguntan; ¿Cómo puedes hacer tareas y escuchar música a la vez? Me relaja y me ayuda a tener mejor comprensión, es una locura, pero sí.

Después de estudiar me puse a inspeccionar la casa, no era muy grande, pero me encantaba estar en casa con mamá. Me detuve a ver la cocina, ya era la hora de ir a cenar, pero es mejor que me quede en casa y no le busque más problemas a Juls, me encantaría, pero mejor no me hago ilusiones, mi papá no es de los que quiere que me junte con los de esa clase, yo no tengo problemas con eso, me gustaría poder quitar mi apellido y ser una chica normal. Tener a mi padre encima todo el tiempo es horrible.

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