Capítulo 2

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Con forme crecías inventabas cosas y Tony te enseñó su tecnología, por lo que a los 10 te hiciste unos tenis cohete, aunque a todos les dio miedo, funcionaron a la perfección.

--Pequeña valkiria... ¿qué hiciste esta vez? -Te pregunta papá Bruce-.

--¡Mira papá! ¡Le puse unos propulsores a mis tenis y estoy segura que funcionan!

--Está bien... con cuidado... ¿hiciste las pruebas necesarias?

--Sip. Tres veces cada una.

--Ok... confío en ti mi pequeña valkiria. Vuela y si caes aquí estaré para ti.

--Bien... uno... dos... ¡tres!

Activas el mecanismo y funciona justo como los habías previsto. Logras levantarte del suelo y con unas pequeñas muñequeras logras controlarlo.

--Con cuidado... ¡lo lograste!

Bajas despacio para no caer y en cuanto lo haces abrazas a papá.

--¡Lo logré!

--¡Lo lograste!

--Ahora sí puedo decirle al tío Thor que soy una valkiria.

--Si. Ve a enseñárselos, debe estar en la cocina.

--Sii. ¡Ya vengo!

Se los fuiste a mostrar al tío Thor. Llegaste literalmente volando con los propulsores.

--¡Tío Thor! ¡Mira lo que hice!

--Wow, ¡pequeña valkiria! ¿Lo hiciste tú sola?

--Siii.

Tenías tu propio cuarto y cuando fuiste mayor, te dejaron ayudar en las misiones.

Tus cumpleaños siempre eran increíbles, te daban regalos impresionantes, una vez Thor te llevó un caballito de madera asgardiano y le habían puesto alas (de papel) para que pareciera un Pegaso y lo tienes en tu cuarto junto con tu peluche de Pegaso.

Había algunos posters de películas y canciones en tu pared.

Los Vengadores te habían acogido como una verdadera familia, y ya te sentías parte de ella.

De vez en cuando hacían reuniones que más bien eran fiestas, no excesivamente grandes, en realidad, casi siempre terminaban jugando juegos de mesa y retándose entre ellos para hacerte reír.

Eran la mejor familia que habrías podido desear.

Casi siempre, en las noches papá Bruce te contaba cuentos de valikirias o animalitos que tenían una enseñanza de por medio y que te dejaban sueños de lo más extraños y divertidos.

Los querías mucho y estabas segura de que podías dar lo que fuera para que ellos estuvieran bien, incluso a esa pequeña edad.

Aunque para Nueva York ya tenías edad para ir, decidieron que aún no era tiempo de una misión tan grande, (aunque trataste de convencerlos, fue un no absoluto).

Clint y Nat dijeron que te iban a llevar a un lugar seguro, te llevaron a la casa de Clint, tenía un hijo que era menor que tú, un niño pequeño, aunque no tanto y una bebé más bien pintando a niña pequeña y te hicieron prometer que sólo dirías que fuiste a una casa de seguridad.

Cuando ibas, eras como la hija adoptiva de Laura, a pesar de tu edad te quería mucho, era joven, igual que Clint.

Ya te habían llevado antes, cuando estabas más pequeña, no recordabas mucho, pero sí como era la casa y que Laura te trataba como su hija, tal vez fue esa la razón por la que quisieron tener hijos.

Thor les había contado (por petición de todos) como les había ido contigo en el día y que te gustaron tanto las valkirias que así te puso y durante los días, eras una niña pequeña y les pedías a todos que a menos que te fueran a llamar por tu nombre, te dijeran valkiria.

Aunque la mayoría te decía pequeña valkiria. Incluso Laura te decía así.

Hasta papá lo hacía, y aunque tú no lo supiste, él le pidió a Thor que le dijera más sobre las valkirias y consiguió un libro de mitología nórdica, porque en las noches siempre pedías un cuento, y esos eran tus favoritos.

Y ese era tu nombre clave en las misiones secretas. Valkiria.

Conforme fuiste creciendo, fuiste mejorando el mecanismo de los propulsores en los tenis y así cada que cambiabas de zapatos.

Junto con algunos aparatos extras que te podían ayudar durante las misiones, por el momento un boceto de muñequeras escudo y un par de planes para mejorar las armas.

Incluso a veces te metías en el laboratorio con papá o con el señor Stark y escuchabas lo que decían y si podías, sugerías algunas cosas que podían mejorar o detalles que habían pasado por alto.

Se les había ocurrido llamarte "pequeña genio" porque aprendías muy rápido y los ayudabas con los mecanismos del equipo.

Tony te había propuesto hacer un traje como el suyo, pero no querías algo tan elaborado, tal vez uno como el de Nat con tus converse y las mejoras en las que estabas trabajando.

Y entonces, te dejaron ayudar en Sokovia.






No lo vi venir - Pietro MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora