Angel With A Shotgun || ʰʸᵘⁿʲⁱⁿ ᵃⁿᵈ ˢᵘⁿᵒᵒ

XXIV: Londres

Nota: se recomienda leer este capítulo con la playlist de Zephyr de fondo juasjuas

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El cansancio había vencido a Zephyr de un momento a otro y comenzaba a quedarse dormido con una mano rodeando la cintura de Anthony y la otra debajo de su cabeza, quizá la posición no era del todo cómoda, pero Zephyr moría de sueño.

Zephyr se sentía tan agotado física y mentalmente que solo en cuestión de minutos se había quedado profundamente dormido en brazos de Anthony, ni squiera se pudo detener a pensar que era la primera vez que dormía así, un recuerdo significativo, aunque un tanto amargo por el contexto.

Cuando el menor despertó, varias horas después, se dio cuenta de dos cosas. La primera: Anthony se veía muy guapo con el cabello desordenado y dormido con los labios entreabiertos y la segunda: el atardecer en la ciudad se veía muy lindo. Al estar todavía en los brazos del mayor solo pudo acurrucarse un poco más y disfrutar de su compañía, tratando de alejar todos esos pensamientos catastróficos y concentrarse solamente en la presencia de Anthony.

Quizá pasaron unos dos minutos cuando sintió a Anthony removerse y estirarse un poco, se alejó de él para darle espacio y que pudiera estirarse mejor, pero al instante Anthony abrió los ojos y lo miró frunciendo el ceño.

—¿Por qué te alejas? —balbuceó Anthony—.

Zephyr rió ligeramente y casi podía jurar que Anthony tenía un puchero en los labios. Si Jae, Lyrem o Mike lo vieran así seguramente le harían burla hasta el día de su muerte, Zephyr jamás se imaginó ver a Anthony en ese estado, jamás imaginó ver a uno de los hombres más peligrosos, del país incluso, acostado a su lado y haciendo un puchero por que se había alejado, pero seguramente era porque aún seguía adormilado.

—Para que puedas estirarte mejor.

Sin decir nada más, Anthony abrazó a Zephyr con fuerza, pero sin lastimarlo, solo quería tenerlo cerca y hacerlo sentir mejor, quizá con su compañía olvidaría a ratos la situación por la que estaban atravesando. Luego de ese pequeño abrazo, Zephyr terminó sobre Anthony, lo miró un poco antes de besarle suavemente y acomodarse sobre su pecho, buscando su mano para entrelazar sus dedos.

—¿Quieres salir a caminar? —dijo Anthony mientras le acariciaba el cabello—.

—¿Ahora? Esta oscureciendo.

—La ciudad es tan grande que está activa las 24 horas.

En ese momento, Zephyr recordó la lista de medicamentos que Anthony debía tomar debido a sus heridas, lo miró con el entrecejo fruncido y se quedó quieto.

—Iremos hasta que tomes todas las medicinas que te dijo el doctor... No creas que ya lo olvidé.

—Olvidé la receta en el departamento de Bristol... —ni siquiera pudo terminar lo que iba a decir, pues la mirada de Zephyr sobre él, lo detuvo—.

La expresión de Zephyr no hizo más que mantenerse, suspiró y miró a Anthony apretando los labios. Si había algo a lo que Anthony le tenía miedo, era a los ojos de Zephyr cuando relajaba la cara y mantenia esa mirada tan penetrante sobre él, era lo único que lo hacía ceder sin chistar. De los dos, Zephyr era quien tenía la mirada menos amable.

—...Pero le voy a decir a Jae que me mande una foto ahora mismo para ir a comprarlas...

Fue así como Anthony convenció a Zephyr, quien se levantó con cuidado, no sin antes dejar un suave beso sobre los labios del mayor, complacido por lograr su cometido. Fue hasta el baño, se lavó la cara, arregló su cabello y tomó sus cosas para poder salir.