XIII: Efecto domino

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Zephyr alistó en una mochila unas cuantas cosas que pensó que probablemente podría necesitar, tales como: dinero, llaves, su celular y una sudadera, esa sudadera azul con letras amarillas que cargaba a todos lados. En su cama dejó un montón de almohadas simulando un cuerpo dormido, por si sus padres llegaban a entrar.
Unos minutos después escuchó en el silencio de la noche, un auto estacionándose frente a su casa, ni siquiera tuvo que asomarse para saber de quién se trataba. Corrió el último cierre de la mochila y se la colocó en la espalda.
Si fuera por él, jamás haría algo como esto, pero Anthony lo tenía a su merced.

Se dirigió hasta la ventana y con cuidado la abrió, salió por ella y volvió a cerrarla. Anthony estaba justo al pie de la ventana esperándolo, Zeohyr lo miró un poco inseguro, pero Anthony solo le devolvía la mirada con una sonrisa burlona en sus labios.

-No te quedes ahí parado, ayúdame -le dijo a Anthony de una forma que no se escuchara tanto-.

Anthony alzó los brazos, como esperando que le cayera algo del cielo, por su parte, Zephyr rodó los ojos, a veces le desesperaba el sarcasmo de Anthony. Zephyr casi sentía el tic en su ojo izquierdo al ver como Anthony solo se quedaba ahí.

El pelinegro tiró la mochila al pasto, como si con eso pudiera calcular el golpe que se daría si se llegara a caer, o a tirar, cosa que estaba considerando, ya que no tenía idea de cómo Anthony bajaba por ahí.

-Solo agachate y alcanza la rama del árbol con tu mano -dijo Anthony señalando una rama que sólo él veía, porque para Zephyr todas eran iguales-.

Sonaba fácil, pero Zephyr no era muy ágil y tampoco entendía de cuál de todas las ramas a su vista estaba hablando. Todo sería más fácil si se hubiera espcapado por la puerte de enfrente, pero no, Zephyr tenía miedo de ser descubierto.

-Anthony, en verdad estas loco, no voy a bajar -espetó Zephyr-.

El rubio estuvo a punto de responderle, pero los ladridos de un perro y luego una luz en la casa de enfrente interrumpieron lo que sea que el mayor estuviera a punto de decir.

Rapidamente Zephyr abrió la ventana y volvió a adentrarse en su habitación, metiendose rapidamente bajó las cobijas y haciendo como que estaba dormido, no pasaron ni 10 minutos cuando sus padres prendieron la luz del corredor, aunque luego de eso volvió a apagarse y todo volvió a estar en calma otra vez.

Durante el tiempo que estuvo debajo delas cobijas pudo escuchar su corazón en los oídos, sus latidos eran tan acelerados al igual que su respiración que si alguien llegaba a entrar, se daría cuenta de que no estaba dormido, ni siquiera era un ritmo normal para decir que se había sobresaltado por los ladridos. Pasados unos 5 minutos Zephyr volvió a salir de su cama con extremo cuidado y se asomó en la ventana, primero buscó su mochila, la cual se supondría que estaba tirada en el suelo, pero no, no había rastro de ella y cuando alzó la vista se dio cuenta que tampoco había rastro de Anthony, el auto ya no estaba.

-Ay maldita sea... -se susurró a sí mismo-.

Su intención era solamente pegar levemente su frente en el cristal, pero no calculó la fuerza y terminó golpeándose de verdad, se separó mientras masajeaba su frente y se quejaba por el dolor, definitivamente nada estaba saliendo bien, ahora no sabía cómo explicarle a sus padres que había perdido su celular y una sudadera, cuando antes de irse a dormir, lo habían visto con ellos, confiaba en que Anthony se había llevado la mochila y mañana temprano se la devolvería, pero si no, tendría que comprar otro; Zephyr tenía el dinero suficiente para vivir sin trabajar el resto de su vida... suponiendo que muriera pasado mañana, entonces perder ese celular, no era opción.

No le quedó de otra más que irse a dormir, eso sí, con el miedo de todos los días, a que quién fuera que lo estuviera persiguiendo lo fuera a encontrar y esta vez, con la preocupación de qué había sido de sus cosas y qué pasaría si alguien encontraba su teléfono con el número y las conversaciones con Anthony.

Angel With A Shotgun || ʰʸᵘⁿʲⁱⁿ ᵃⁿᵈ ˢᵘⁿᵒᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora