Zephyr es un imán para los problemas y Anthony es un problema en toda la extensión de la palabra.
◌Cambio de nombres
◌Temática de mafia
◌En proceso, actualización lenta
-Capítulos largos-
Inicio: 26/09/2021
Fin:
Prohibida su copia y/o adaptación.
El sonido de las olas y el color del cielo que poco a poco iba dejando de ser azul para pasar a algunos tonos naranjas, rojos y hasta púrpuras le hacían pensar a Zephyr que probablemente sería su lugar favorito para visitar cuando tuviera tiempo libre, fuera mayor y tuviera un auto.
Anthony se sorprendió mirando a Zephyr de la misma forma en la que él admiraba el mar, si bien era cierto que le parecía atractivo, pensó que no era para tanto y de inmediato miró hacia otro lado.
Cuando llegaron, Zephyr se había quitado los zapatos, junto con los calcetines y se había metido a jugar al agua, es por ello que ahora estaba con el pantalón enrollado hasta las rodillas y los pies secándose a la intemperie.
La compañía de Anthony le daba una sensación de calidez, incluso el solo tenerlo a su lado le daba la impresión de que Anthony emanaba calor, cosa que le provocaba ganas de abrazarse a él, aunque si lo hacía, Anthony lo miraría raro.
—Jamás había venido a esta parte del puerto —dijo el menor saliendo de su ensoñación—.
—Probablemente vengamos muy seguido... es un lugar muy tranquilo, a veces paso mis tardes aquí —le contestó Anthony—.
Anthony tenía razón, el lugar era tranquilo, a pesar de que había un pueblo pesquero no muy lejos de ahí.
El sol cada vez se escondía más en el horizonte, ahora era Zephyr quien miraba a Anthony con estupor, pensó que su cabello y sus rasgos se veían realmente bonitos, a diferencia de Anthony, Zephyr no dejó de verlo en ningún momento, y sus pensamientos solo iban y venían en "que guapo es", Zephyr sabía perfectamente que en sus pensamientos él era libre y Anthony no podía saber lo que pasaba por mentente; y tal vez si Anthony pudiera saberlo, Zephyr moriría de la pena.
El mayor sacó su celular y miró la hora, ya eran casi las 7 de la tarde y sabía que en cualquier momento la madre de Zephyr comenzría a preguntar por él, podría darle la excusa de que aún no terminaba un trabajo de la escuela, se quedó jugando videojuegos con los chicos o cualquier otra cosa, pero mentir tan seguido comenzaba a pasarle factura, se sentía mal cada que debía mentirle a sus padres y lo peor era que las mentiras cada vez se hacían más grandes.
—Si alguna vez quieres volver, dímelo y te traeré... por ahora es hora de irnos —Anthony habló con un tono calmado y sin prisa, sin ningún atisbo de sarcasmo o ironía, cosa que a Zephyr le pareció de lo más extraño, pero sabía que debía acostumbrarse a ello, ya que probablemente Anthony comenzaba a mostrarse como realmente era en presencia de Zeph—.
El menor acomodó su pantalón, volvió a ponerse los caletines y luego los zapatos, al momento de bajar de la cajuela del auto automáticamente extrañó la sensación de poder tocar la arena con los pies desnudos, una sensación verdaderamente hermosa e indescriptible, pero sabía que había una próxima vez y ahora sabiendo la ubicación del lugar podría ir tiempo después. En el futuro quizá acamparía aquí.
Zephyr estaba a punto de subir al auto cuando corrió de nuevo hasta la orilla del mar para sacar su teléfono y tomar varias fotos del cielo, algo que realmente disfrutaba hacer, Anthony lo miró a lo lejos con una sonrisa, quiso hacer lo mismo que el menor, pero a diferencia de él, Anthony le tomó una foto a Zephyr.
—Listo, vámonos... —dijo Zephyr guardando el teléfono y girandose—.
Anthony imitó su acción guardando el teléfono en su bolsillo y disimulando la sonrisa que se había formado en sus labios mientras admiraba a Zephyr a lo lejos.
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