Mi más grande fortuna (Mina y Tú)

Capítulo 4

Narra ____.

En cuanto respondí, me tiró el café encima, por suerte estaba frío— ¿Qué rayos te pasa?, ¡Pudiste haberme lastimado!— le reclamé.

— Entonces agradece que la cafetera no está funcionando, pero aunque no fuera así, no me habría importado en lo más mínimo

— ¡¿Quién te crees que eres?!

— Eso mismo te pregunto, ¡¿Quién te crees tú?!

— Pues creo que no sabes quién soy

— Y no me importa saberlo, con lo que veo es más que suficiente, una niña mimada y sin valores

— Y tú debes ser una pobre mesera sin saber lo que es el respeto

— ¿Me hablas de respeto luego de haber tratado mal a mi amiga?

— ¿Y tú me hablas de valores cuando me tiraste el café encima?, Veo que a ti nadie te ha enseñado a respetar

— A mí me enseñaron que el respeto se gana y por lo que puedo notar, a ti te falta mucho por aprender

Me acerqué a ella hasta tenerla lo suficientemente cerca como para intimidarla, pero eso no pasó, por el contrario, solo logré que ella también se acercara.

— Como si tú pudieras enseñarme— dije entre dientes.

— A veces se aprenden cosas de quienes menos esperas

— Sí claro, seguramente aprenderé a preparar un buen café

— No me molestaría enseñarte, pero la verdad creo que eres demasiado inútil como para hacer bien algo que es tan simple

Cerré mi puño con fuerza, esta chica sonaba igual que mi padre.

— Deberías callarte ahora o juro que haré que cierren este lugar— me tomó de la camisa con fuerza.

— ¡Mina, ya basta!— una chica de ojos grandes apareció, seguida por una chica más alta y una de cabello naranja.

La chica de ojos grandes se puso en medio de nosotras, poniendo su mano en mi pecho para alejarme.

— Mina cálmate y tú...— me miró— Haz el favor de retirarte

Miré por última vez a la chica y salí del lugar.

Narra Mina.

— Vuelvan al trabajo— Jihyo miró a Sana y Tzuyu, y estas obedecieron— Tu y yo vamos a hablar muy seriamente Minari, ahora limpia eso— señaló al café derramado en el piso.

Suspiré, ya sabía lo que me esperaba al final del día pero al menos había valido la pena, terminé de limpiar y seguí con mi trabajo.

Al final todas nos encontrábamos en la cocina, lavando, secando y acomodando platos, tazas, vasos y cubiertos.

— No estuvo bien lo que hiciste y lo sabes, ¿Verdad?— comentó Jihyo.

— Mina hizo lo correcto, esa chica se lo merecía, si no hubiera sido grosera con Chae habría sido diferente— defendió Tzuyu.

— Entonces tu lógica es que cada que alguien sea grosero, le debemos hacer daño

— Mira, si no lo hacen por la buenas, tal vez por las malas aprendan— Jihyo le dio un zape— ¡Ouch!

— No es correcto, lo único que haces es rebajarte al nivel de esa persona al actuar igual que ella— dijo Chae.

— Chae tiene razón, Mina— dijo Sana— Realmente, actuaste igual que esa chica, tal vez peor

— Entiendo, es sólo que no me gusta que traten mal a las personas, en especial si se trata de ustedes

— Justamente eso te hace mejor persona, pero la manera en que las defiendas lo cambia todo

— De acuerdo

Terminamos de hacer nuestro trabajo y finalmente nos despedimos para ir cada quien a casa, caminé a la parada para abordar el autobús y puse algo de música mientras esperaba a que este llegara.

Narrador Omnisciente.

Después de que ____ se fuera de la cafetería, empezó a caminar sin rumbo alguno, estaba cansada pero sobre todo hambrienta.

Cualquiera que la viera en esos momentos no creería que era hija de una familia multimillonaria.

Había comenzado a llover, primero como una llovizna pero conforme siguió lloviendo, se convirtió en un aguacero y poco a poco su ropa y cabello fueron mojándose.

Pero ella siguió caminando por un rato más hasta que se detuvo para ver a su alrededor. Era imposible distinguir algo, no sólo por la lluvia, sino porque justo en ese momento su cabeza empezó a dar demasiadas vueltas, lo que la hizo caer y golpearse, viendo finalmente como todo se volvía negro.

Sólo podía reaccionar ante muy pocas cosas.

Logró sentir como alguien la levantó y la ayudó a caminar, después pudo visualizar como entraba a lo que parecía un ascensor ahora con dos personas sujetándola de que cada lado.

— Llamaré a un doctor

— Se lo agradezco mucho señor Lee— escuchó la voz de una chica.

Lo último que logró ver fue la silueta de alguien frente a ella y escuchar su voz nuevamente— No te duermas, trata de estar conciente— iba a responder pero nuevamente todo se había vuelto oscuro.

Por su mente pasaron demasiados recuerdos, desde esa noche del baile de graduación, la discusión que había tenido con su padre antes y después de llegar a Corea y el rostro de aquella chica de la cafetería.

— No hay nada de que preocuparse señorita, afortunadamente el golpe no fue tan grave, así que su amiga estará bien, solo necesita descansar— escucharon el gruñir del estómago de la chica— Y comer algo, es muy probable que esa fuera la causa de su desmayo

— De acuerdo, yo me encargaré de eso