Narradora Omniscienteciente.
Con el tiempo las cosas para ____ fueron mejorando, se esforzaba y dedicaba su mayor empeño en el trabajo. Hacía que valiera la pena y la señorita Kim no lo pasaba por alto, podía notarlo en el excelente desempeño que la chica demostraba en todo momento.
Pero no sólo las cosas iban bien para ____, también para las demás en la cafetería. Las cosas iban cambiando bastante y lo mejor es que eran para bien.
Aunque, ojalá Mina pudiera decir lo mismo.
Últimamente discutía demasiado con Nayeon, se daba cuenta de que las cosas no eran como había pensado que serían. Se habían vuelto peor.
Ya no la acompañaba al hospital ni la iba a dejar, ni pasaba por ella al trabajo. Lo verdaderamente horrible era lo que la pobre japonesa sentía por dentro y que no podía decir.
Las palabras que había estado callando, la agotaban emocional y físicamente. Le impedían poner atención y concentrarse en lo que debía hacer. No la dejaban dormir, o comer siquiera y sobre todo, la asfixiaban en un llanto difícil de controlar.
— Fue una larga semana, ¿no crees?— le dijo Rosé a la ojiverde.
— La verdad ni siquiera lo he sentido así y eso que apenas llevó un mes y medio trabajando aquí
— ¿Tan pronto?, sí que pasó muy rápido el tiempo, te acostumbraste muy fácil
— Eso creo, aunque admito que no ha sido tan complicado como imaginé que sería
— Es muy bueno que lo veas de esa forma— salieron de la agencia y se quedaron paradas— ¿____?— la nombrada la miró— Quería saber si te gustaría que fuéramos a comer algo, ya sabes, es viernes y es muy temprano para volver a casa
— No es mala idea, aunque tenía pensado ir a un lugar, necesitaba entregar algo
— Puedo llevarte, no sería ningún problema para mí
— ¿Tienes auto?— la rubia asintió. Tan pronto como la ojiverde aceptó, ambas se dirigieron al auto de Rosé. No era un auto tan costoso como el que ____ tenía pero podría decirse que en esos momentos ella lo veía como un lujo— Es lindo
— Gracias— sonrió— Sujétate muy bien Jauregui
— ¡¿Qué?!
Narra Mina.
— Minari, ¿te encuentras bien?, te noto algo fatigada e incluso un poco demacrada— miré a Jihyo.
— Estoy bien, sólo he tenido algunos problemas para dormir— dejé escapar un bostezo.
— Deberías irte a casa
— No es necesario, sí puedo trabajar
— Hazme caso, nosotras podemos encargarnos de lo demás, ve a casa y descansa lo más que puedas— Jihyo me quitó el delantal y lo guardó en mi mochila.
— Bien— tomé mis cosas— Nos vemos mañana— me despedí de todas y salí hacia la parada de autobús.
No voy a mentir, lo cierto es que estoy en verdad muy cansada y hambrienta, pero no tengo ánimos ni ganas de hacerlo.
Apoyé mi cabeza en la ventanilla y esperé despierta hasta llegar a la parada en que debía bajar.
Cuando por fin llegué, empecé a recorrer mi acostumbrado camino directo al edificio, en esos momentos vi un auto plateado, era muy bonito.
— Hasta luego señorita— dijo el señor Lee a una chica que iba saliendo, curiosamente, su aroma me pareció muy familiar pero era imposible que se tratara de ella.
— Buenas noches señor Lee— saludé.
— Buenas noches señorita Myoui
Entré al ascensor, hasta finalmente llegar a mi departamento.
Narra ___.
Iba saliendo del edificio después de devolver la copia de la llave del departamento de Mina, cuando escuché una voz que inmediatamente me hizo cerrar el puño con fuerza.
— ¿Qué haces aquí ____?— Nayeon se quedó parada mirándome. Iba a seguir con mi acción de ignorarla y subir al auto. Pero nuevamente volvió a hablar— ¿Viniste a ver mi novia?
— No vine a ver nadie, lo que haga aquí no es de tu incumbencia Nayeon, deja de joderme y ocúpate de tus propios asuntos
Se acercó hasta tomarme por el saco— Escúchame, no sabes con quién te estás metiendo, te aseguro que me ocuparé de ti, tarde o temprano haré que te arrepientas de haberme conocido— la empujé.
— Pues entonces te estaré esperando, y veremos quién de las dos se arrepiente más— su rostro estaba completamente rojo, no sabía si en algún momento ella podría dar el primer golpe pero lo que sí sabía es que no iba a quedarme de brazos cruzados.
Sin embargo, nunca sucedió nada. Afortunada o desafortunadamente, Rosé bajó del auto y se paró junto a mí— ____, ¿todo en orden?— me miró y luego a Nayeon.
— Todo está bien, vámonos
Miré una última vez a Nayeon y nos fuimos de ahí a un restaurante, no podía concentrarme en nada, estaba tan enojada y llena de dolor por dentro que no entendía lo que pasaba en mi entorno.
— ¿____?— miré a Rosé— ¿Segura que te encuentras bien?, te traje a comer y ni siquiera has tocado tu comida
— Lo siento, es sólo que no puedo dejar de pensar
— ¿En la chica del edificio?— asentí— ¿Quién es ella?
— No es nadie importante— bebí un poco de café.
— ¿Es tu novia o algo?— reí.
— No, no, no, ni estando loca andaría con alguien como ella
— ¿Entonces?
— Oye, no lo digo de forma irrespetuosa, pero hablo en serio al decirte que no es alguien importante de conocer
— De acuerdo— bajó la cabeza.
Cuando llegué a casa, me sentía realmente mal, no debí dejar que mis pensamientos y emociones arruinaran el salir a comer con Rosé. Pero ya encontraría la forma de compensárselo.
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Mi más grande fortuna (Mina y Tú)
Fanfiction¿Te imaginas viajar a un país que no conoces y no tener una propia forma de volver? Pues eso es exactamente lo que _____ Jauregui vivirá en esta historia. Todo comenzará con un viaje de una chica ojiverde, a quien Myoui Mina describió como una "niña...