Captain Puffy era una persona sabia. Solía conocer un poco de todo gracias a sus múltiples viajes por altamar y era bastante buena persona (aunque le encantase burlarse de Skeppy todo el tiempo). Y aún cuando la gema iba a consultarle algo y ella no tenía una respuesta, siempre era buena escuchando.
Así que en el instante en que Skeppy se presentó a las afueras de su establecimiento de comida rápida, buscándola con la mirada y hallándola detrás de un mostrador charlando con un cliente que se había quedado allí más de la cuenta, sintió que su corazón comenzaba a tranquilizarse un poco, teniendo el mismo efecto calmante que su familia le había ofrecido más temprano en la mañana.
McPuffy's estaba casi vacío, y uno de sus únicos clientes estaba charlando animadamente con Captain Puffy, distrayendo a la mujer de sus deberes. Aunque eso daba igual: no había fila alguna tan temprano en la mañana para obtener alimentos.
Unas horas más, cuando la gente tuviese que almorzar… sería otra historia.
—¡Hey, chicos! —saludó alegremente mientras cruzaba las grandes puertas de McPuffy's. La chica de melena blanca y unos rasgos que la destacaban inconfundiblemente como una híbrida de oveja levantó la mirada al instante, interrumpiendo su conversación con su amigo. Skeppy pudo reconocer a ese tercero como Dream, uno de los humanos que habitaban el pueblo.
—¡Hey, Skeppy! —saludaron ambos al unísono.
—¡Feliz cumpleaños! —completó Puffy con un asentimiento y una sonrisa radiante.
Dream soltó un silbido apreciativo.
—¿Dieciocho ya? Tenemos que ir a beber para celebrar —dijo a modo de broma. Porque no era un secreto que Skeppy ya había bebido un par de veces antes de cumplir la mayoría de edad, además que se sabía que Dream no bebía ni una gota de alcohol.
—Deberíamos, sí —declaró Skeppy con una sonrisa—. Gracias, Puffy —añadió mientras giraba su rostro hacia ella. Avanzó y trató de ignorar el flujo extraño de pensamientos que no entendía en su cerebro. Quizás en poco tiempo podría comenzar a darles significado.
O eso esperaba.
—Tengo una pregunta gigante para ti —dijo en tono firme mientras alcanzaba a los otros dos en la caja registradora con su atención fijamente en la chica. Puffy se echó para atrás, enderezando la espalda y murmurando un «Me pregunto qué será ahora», mientras Dream sólo atinó a ajustar la máscara que siempre llevaba puesta para ocultar su rostro y mirar ligeramente para otro lado, sabiendo que el tema no iba con él, pero queriendo enterarse de todas formas.
Skeppy no tenía ningún problema con ello. Entre más cabezas hubiese para darle una solución a su problema, estaba bien. Además, confiaba en Dream bastante. Sabía que él no era el tipo de personas que iba a contarle todos sus secretos al mundo entero.
—Hay un problema con mi alma gemela —farfulló Skeppy apenas encontró unas palabras más o menos correctas entre el barullo de su mente, inclinándose sobre la barra y soltando un bufido. La chica arqueó una ceja y le miró con suficiencia.
—¿Un problema con ella? Lo lamento mucho por quien sea que sea tu alma gemela —dijo con un tono burlesco. Dream soltó el inicio de una risa—. ¿No llevas, como, unas cuantas horas teniendo 18? Y ya dices que hay algo mal con ella…
—¡Espera, espera! —La gema detuvo la retahíla de pensamientos que Puffy estaba soltando y suspiró dramáticamente antes de asentir dos veces—. Más bien, creo que yo estoy roto.
—Eso suena más creíble…
Skeppy gruñó, entre divertido y enfadado, para finalmente mirar al suelo, encontrando las palabras.
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Mente en blanco [Skephalo]
FanfictionEn un mundo donde puedes escuchar los pensamientos de tu alma gemela cuando cumples los 18 años a excepción de su nombre y su ubicación, Skeppy está emocionado por escuchar la voz de su otra mitad. Sin embargo, cuando la fecha llega... las cosas no...