Mente en blanco [Skephalo]

Once

Definitivamente el tiempo no se medía igual en el Nether que en el supramundo.

Y no, no se refería a que fuese más rápido o más lento, no. Se refería a sus sistemas de medida. Allí no usaban segundos, minutos u horas, no... usaban un sistema más complicado.

Para Skeppy era bastante obvio que eso iba a ser de esa manera. En el Nether no tenían sol ni luna. No existía el concepto de los días y las noches. Ni siquiera tenían un cielo, sólo un techo de una piedra roja llamada netherrack que era ocasionalmente interrumpido por cascadas de lava que caían desde lo más alto hasta el suelo.

Por eso mismo, Skeppy no fue capaz de decir cuánto tiempo pasó desde su llegada hasta que comenzó a tener avances en sus conocimientos prácticos del Nether.

Los conceptos de tiempo que Techno le entregó eran confusos y no encajaban con los de los libros. Más bien, no estaban en ningún libro.

Un ciclo parecía ser similar a una hora, pero aquello que llamaba fase eran 66 ciclos, lo que Skeppy creyó percibir como poco más de tres días, aunque podría estar completamente mal. Y luego los lapsos... eran 6 fases, pero para cuando pasó un lapso, Skeppy ya ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba vivo.

Sólo sabía que, unas cuantas fases después (a saber cuántos días serían esos), estaba haciendo sus primeros progresos.

Techno no le llevó de la mano en su camino al Nether, y aunque tenía la posibilidad de quedarse todo el día dentro de la vivienda de madera carmesí, no tenía ganas de dejar que eso sucediese. Quería explorar, revisar el entorno y usar sus conocimientos, incluso aunque lo que estaba en los libros realmente tenía siglos de antigüedad y muchas cosas ya no eran como solían ser. Y, por supuesto, muchas cosas ni siquiera habían estado escritas en los libros en un primer lugar.

Se perdió por días (¿una fase?) dando vueltas por el sitio, maravillado por las cosas que iba encontrando. El cuarzo y el oro incrustado en las paredes, los grandes y vastos lagos de lava, los hongos marrones y rojos creciendo libremente por el suelo, la netherrack siempre llenando su campo de visión...

De más está decir que casi murió en un par de ocasiones por ataques de ghasts. ¡Pero sobrevivió! Y regresó sano y salvo (o algo parecido) a la casa de Technoblade. Este último se sorprendió por verlo de vuelta allí, pero no comentó nada al respecto.

Y pronto comenzó a volverse una rutina. Ir y volver al cabo de cierto lapso de tiempo a la casa de Techno después de haber explorado los alrededores (e incluso un poco más lejos) fue su día a día.

Al piglin no le importaba. El bastardo de diamantes siempre tenía buena suerte para volver en una pieza e incluso traía recursos de sus viajes, lo cual significaba cosas gratis, y él amaba las cosas gratis, cómo no.

Techno ocasionalmente soltaba consejos muy útiles. Cosas básicas del tipo «¿Cómo montar correctamente un lavagante?» o «¿Cuál es la mejor forma para escalar hasta una fortaleza?», pero también cosas más específicas.

«La ruta hacia el valle de arena de almas al sur está bloqueada por un montón de netherrack y lava, no pases por allí, usa otro camino», «No te acerques al bosque distorsionado al lado del bastión, se ha visto a un demonio Wither rondando por el área. La gran mayoría son hostiles y no le tomaría más de cinco minutos liquidarte» o demás datos que Skeppy guardaba recelosamente en su mente. Cada una de esas palabras fue valiosa para él.

Sus avances con el idioma, por otro lado, fueron lentos, pero seguros. Si bien se había quitado una gran traba que tenían todos los nuevos hablantes con la pronunciación de la lengua debido a que la escuchaba todo el tiempo en su cabeza, no quitaba ni de lejos que fuese un idioma extremadamente complicado.

Comenzó a poder descifrar algunas palabras escritas al cabo de mucho esfuerzo, y batalló durante días para poder decir su primera palabra en Infernal, la cual fue «Hola»... bueno, casi. La pronunció tan mal que incluso recibió una corrección a través de su conexión, ¡pero el intento estaba allí! ¡Lo que importaba era eso!

Avanzar lento, pero avanzar... incluso aunque sentía que el tiempo se le estaba yendo de las manos.

[×°×°×°×°]

Recostado contra la suave pero firme superficie de un hongo distorsionado gigante, su mente estaba increíblemente atenta. El demonio Wither escuchaba con cuidado cómo era que su alma gemela tiraba con dificultad de las palabras en un idioma que él podía comprender, en su idioma.

Eran palabras bastante sencillas y con una mal, cosas con las que probablemente ni siquiera podrían tener alguna conversación coherente, pero ese avance le hacía sentir un retortijón agradable en sus entrañas.

No sabía que la gente del supramundo podía aprender su lengua en esa dimensión. Por mucho tiempo pensó que no era posible, pero al parecer sí que podían. Quizás, después de las eras, aún seguían recordando su idioma.

Para el demonio, por el contrario, las cosas eran complicadas. Había gente en el Nether que hablaba lenguas del supramundo... ¡pero ellos no tenían una lengua universal! ¡Hablaban mil cosas, como inglés, español, japonés, ruso, alemán, italiano, francés, chino y miles de idiomas más que el demonio ni siquiera podía recordar! Primero tendría que encontrar el idioma que su alma gemela estaba hablando y luego alguien que hablase con fluidez ese mismo idioma para que pudiese enseñarle... Si no fuese lo suficientemente difícil, lo haría, pero el ser un demonio Wither complicaba las cosas. Muchas razas le tenían miedo y muchas otras incluso eran hostiles en su contra.

Suspiró.

«⋮𝙹ꖎᔑ» escuchó resonar en su mente. Sonrió, reconociendo lo que su alma gemela intentaba decir.

«⍑𝙹ꖎᔑ» pensó de vuelta.

Notas:

Skeppy pensó un «Jola», mientras que Bad respondió con la palabra correcta, «Hola».

Ahora... datos curiosos que no lo son tanto: Un ciclo, la «hora» del Nether, dura 69 minutos nuestros. Una fase, el «día» del Nether, 66 ciclos, es alrededor de unos tres días y cuatro horas nuestras. Y un lapso, la «semana» del Nether, son 6 fases, casi 19 de nuestros días. 69, 66 y 6, yep, me divertí con los números¿

The4Demons