23. Juicio

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"El señor Esteban Stoll me secuestro dos meses atrás. A mi hermano, y a mí. Anteriormente a eso me pidió que buscara en una caja en la habitación de mis padres donde yo nunca había entrado después del asesinato. Encontré papeles; una cuenta de caja de ahorro a mi nombre para mí, nunca lo use, jamás utilice ese dinero. En esas cajas están los papeles de esa empresa llamada Aller, si es que esa casa se hace pasar por una empresa, porque en realidad es un lugar de tortura.

Él era un viejo amigo de mi padre. En realidad no lo era, porque él nunca me hubiera obligado a vender mi cuerpo a tantos hombres, y consumir pastillas, y también drogar a un menor con enfermedad mental. Ahora mismo mi hermano esta entre la vida y la muerte.

El señor Charlie Adler conocía a mis padres, y quiero limpiar su imagen. Sé que Esteban estuvo dando declaraciones en contra del señor Adler.

El señor Adler fue quien me rescato de esa casa, también su hijo Michael y Victor. El malo de la historia es el que está sentado en esa silla siendo acusado por ser un traficante de drogas, por haber mandado a sus hombres asesinar a mis padres: yo sé dónde estaban metidos mis padres, y sé que estaba mal, pero yo nunca lo quise saber y tampoco pensé que sería muy cruel lo que ellos hacían. No hasta que lo viví en carne propia, y también tuvo que pagar mi hermano.

Señor juez espero que pueda hacer algo con este hombre. Me llevo engañada, me drogo, y desperté en un sótano sin saber dónde estaba, o al menos pensaba que seguía estando en Londres. Pero no... en realidad estuve en Rusia, en una ciudad que no conozco más que su nombre.

Piense en esas joven mujeres que siguieron entrando a obligadas por ese hombre. Engañadas, no quiero saber lo que les decía para que ellas aceptaran en ir y sin saber dónde terminarían. Hay mucho material en ese lugar, grabaciones de mis padres y quiero obtenerlos, y poder guardarlos o destruirlos. Admito que me duele lo que ellos hacían, pero ahora no hay otra manera de pensar.

Quiero que este hombre caiga preso. No por mí solamente, por esas mujeres que tuvieron que vivir años encerradas en ese lugar sin ver un rostro familiar que puedan consolarlas, y que la protejan. También por mi hermano que fue torturado, drogado mientras yo no estaba presente, y estaba en un cuarto con hombres desconocidos entregando mi cuerpo a obligación del señor... en realidad, de ese monstruo.

No quise asistir a la audiencia. No estoy preparada para ese acto de presencia, no cuando hay cosas que todavía no puedo lidiar... tengo a mi hermano internado, en un estado de coma... así que sepa entender señor juez que si pudiera estar, tampoco estaría ahí. Porque no podría ver la cara de ese hombre.

Muchas gracias.

Ashley Bardot.

La carta fue recibida a la audiencia. Victor me pregunto muchas veces si estaba segura de esto, de no mandar la carta y en realidad ir a la audiencia, pero no, una parte de mí no quiere enfrentar esa situación ni menos ver a Esteban. No puedo lidiar con lo mío, y tampoco puedo lidiar en ir, en pararme enfrente de ese juez y declarar. Me rompería, entraría en llanto, y me cuesta hacerme la fuerte.

El señor Adler se encargó que en mi casa tuviera hombres cuidando la zona. Hasta que todo se tranquilice, que Esteban este en la cárcel no significa que estemos tranquilos, porque hasta todo el vecindario entro en pánico cuando supieron de mi secuestro. Pase de ser la invisible, y ahora todos me conocen.

Decidí que Emanuel pueda estar en su habitación pero al cuidado de una enfermera, y trajeron todo los instrumentos que necesita un enfermero. Nadie sabe lo que pasara con él, ni ellos mismo saben, hay que esperar lo que él decida pero por ahora se mantiene ahí en su cama. Durmiendo y se escucha el pitido en el pasillo de la máquina que al menos su corazón sigue latiendo en su pecho.

Sin Control [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora