16 (parte 1)

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Effy pov

— Señorita Effy — la puerta de mi habitación es tocada nuevamente —¿Se encuentra bien?—

Pero que jodidas ganas de meterse en mi vida.

Ignoro nuevamente los llamados de la señora Luz en la puerta y bajo la cadena del agua, me había atrevido a comer una estúpida ensalada de frutas para desayunar luego marearme.

— Esto no... — miro las prendas de vestir por toda mi habitación, los primero tres conjuntos eran un fiasco, ya me encontraba sudando frío.

— Su madre ha llegado, la espera en la sala de estar — me dice nuevamente para luego marcharse.

Tomo una respiración profunda y siento lágrimas venir a mis ojos.

— No llores, no llores, no llores — me repito mientras me visto mirando el reflejo en el espejo, media oscuras, un vestido azul con una manga, un Jersey con tonos grises  y botas.

Muerdo mis uñas mirando mi imagen en el vidrio.

— ¿Por qué no puedes verte linda solo una vez? — susurro con algo de desperdicio.

El vestido dejaba al descubierto la piel flácida de mis muslos, lo odiaba tanto.

“¿Por qué te molestas?"

“Por él"

Mis ojo están rojos otra vez pero ya no podría volver a cambiar mi vestimenta, era demasiado tarde caía las 4:00

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Mis ojo están rojos otra vez pero ya no podría volver a cambiar mi vestimenta, era demasiado tarde caía las 4:00.

— Me ha llamado la secretaria del señor West — apenas bajo las escaleras la voz de mi madre me acusa, está de espaldas leyendo unos documentos.

— Me he sentido mal y no he podido asistir al instituto, ni a la cita...—

—Pero vamos a ver... ¿Qué tú piensas que el dinero llueve del cielo Elizabeth? — se da la vuelta y me ve, entonces sonríe con burla mirándome de arriba abajo —¿Vas a salir así? —

— Vete a la mierda, mamá — gruño echando mi mochila al hombro, salgo dando un portazo.

Todo era un maldito chiste, me había vestido así, dios ¿Para qué? ¿Para que Eliot me viera?

(...)

— Gracias — dije borde — No pases por mi, saldré con unos amigos.—

— Pero señorita, su madre...—

Cierro la puerta antes de seguir escuchando lo que el chófer tiene para decir, respiro profundamente caminando hacia el edificio y subiendo en el ascensor, el jersey ocultaba las vendas que mi psicólogo había puesto en mis herida la madrugada anterior.

— Señorita Stone — la secretaria me saluda cortésmente pero hago una mueca y sigo de largo hasta la oficina — El señor Eliot ha dicho que no quiere que lo moleste ¡señorita! —

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