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Eliot

—Sr. Eliot — me habla la recepcionista mientras espero en el pasillo, la miro —El chofer de la chica le ha traído esto — me tiende una bolsa con lo que parce ropa y asiento —Y también he aplazado sus citas de hoy —le agradezco y ella además me trae dos café calientes.

Podía escuchar los sollozos de Effy al otro lado de la puerta, se me encogió el corazón solo con haberla tenido en mis brazos minutos atrás.
Tomo una bocana de aire y suspiro antes de tocar, inmediatamente deja de llorar, abro la puerta lentamente y me adentro al consultorio, dejo su ropa a su lado en el sofá, me siento al frente de ella y le tiendo el café.

—Si no quieres hablar esta bien... —le hablo en un tono calmado, ella alza la mirada y esos lindos ojos azules me miran con tristeza, su mano tiembla cuando toma el café y veo marcas en su brazo, marcas rojas de una mano. —Eff...—

—Yo no quería que me vieras así...—susurra tapándose, la miro sin decir nada. —Yo... No entiendo porque todos me odian sin razón — continua —Nisiquiera he-he sido grosera, yo solo estaba yendome — suspira.

—Si alguien te molesta debes decirlo en dirección —le aconsejo.

—¿Estás loco? Soy la maldita chica nueva —espeta incrédula ante mi. —No lo entenderías, tú vida es demasiado perfecta — susurró eso ultimo.

—Lenguaje —le regaño y ella rueda los ojos. -
—¿Qué te pasó en el brazo? —pregunto bebiendo de mi café.

—No te importa —responde borde —¿Por qué no me haces un favor? —me dice secandose las lágrimas —Escribe en el jodido expediente que estoy bien y podré largarme —me mira.

—No me hables así, Elizabeth —le digo serio y de la nada sonríe. Sé lo que está haciendo, desvía el tema para no mencionar los moretones en su brazo. —Comportate y no tendrás que verme tan seguido —es lo único que digo.

—Claro, es tan fácil para ti, no tienes a todos intentando controlar tu vida —espeta en ese tono nuevamente.

—¿Quién quiere controlar tu vida? —le pregunto tomando el lápiz, ella rueda los ojos.

—¿Todo lo tienes que escribir en tu estúpida agenda? —

—Eres mi paciente, tengo que hacer el seguimiento de lo que sientes —digo y ella rueda los ojos.

—Tú, mis padres, C... —se detiene y dejó de escribir para mirarla.

—Yo no controlo tu vida —menciono —Tus padres solo quieren ayudarte y Cook —me detengo, aprieto el lápiz en mi mano —No entiendo porqué quiere controlarte. —

—No dije que Cook me controlará dije que...—

—¿Es tu novio él? —la interrumpo, ella está apunto de decir algo pero continuo hablando —Fue él quien te hizo eso en el brazo ¿No? —

—No es mi novio —me mira —Y eso solo fue un accidente de anoche —se detiene —Anoche cuando nos encontramos ¿Recuerdas? Con tu novia —alza las cejas y me río.

—Effy, estamos aquí para hablar de ti —respondo —Necesitas saber que si lo que te hizo fue solo un accidente, cuando lo haga a propósito será mucho peor —menciono bajo. —¿Quieres hablar de tu primer día? —cuestiono al ver que se queda en silencio.

Me cuenta lo sucedido y al escuchar la descripción se de cuales chicas habla; Madison y Sara, dos adolescentes que se entretenían molestando a los de grados menores.

—Puedo hablar con el director sobre lo sucedido... —le propongo y ella niega rápidamente —Si no las paramos ahora, no dejarán de meterse contigo hasta la graduación — le digo haciendo una mueca.

Ella saca su cuaderno de dibujos mientras hablo.
—Estoy segura que no volverán a meterse conmigo —dice tranquila, eso me confunde y al mismo tiempo me alivia que Effy sea una chica valiente.

Me muestra el último dibujo y de inmediato leo "Cook" suelto un suspiro y ella mira a otro lado. —Tú sabes que eso no está bien —digo refiriéndome a su relación con él.

—Es complicado... —susurra.

—No vuelvas a dejar que te ponga una mano encima ¿De acuerdo? —le digo sabiendo que es más un deseo mío qué otra cosa.

—(...) Si quieres cámbiate de ropa —le digo levantándome mirando mi reloj —Comeremos algo y te llevaré a casa, muero de hambre — no sé de dónde saqué tanta valentía.

—Pero...—

—Muero de hambre —repito tomando mi chaqueta y guardando todo en el maletín — ¿Podrías acompañarme? Por favor —le pido amablemente, ella aprieta los labios y asiente, salgo del consultorio para esperarla afuera.

***

—Es demasiado —susurra mirando su plato, frunzo el ceño. Es solo un sándwich y papas.

—No tienes que comerlo todo —digo tomando el sándwich y ella me mira curiosa de lado —Me comeré lo que no quieras, tranquila —

Se mantiene en silencio por un largo rato y sé lo que sucede, suspiro y ella cierra los ojos como si estuviera lamentándose.

—Yo daré el primer mordisco ¿Vale? —propongo a lo que ella asiente mirándome, muero el emparedado, mastico, digiero, tomo la soda y bebo un poco. —¿Lo hice bien? —rueda los ojos y luego de un largo suspiro toma el emparedado entre sus manos y lo come.

Luego de un rato ella come tranquilamente y eso me alivia, una de mis manos se mancha de salsa y me excuso para ir al servicio de baño.

Me era muy extraño estar tan relajado y me supongo por unos segundos que es por el hecho de estar con Effy mientras lavo mis manos y refresco mi rostro.

—Esto es bueno...—me digo a mi mismos mientras seco mis manos con papel. —En un futuro tal vez...—sacudí mi cabeza apartando esos pensamientos.

Salgo del servicio de baño y miro hacia la mesa y veo a la chica rubia Sara sentada en la mesa y a un chico al lado de Effy. No la dejan salir.

—Casi le rompes la nariz —dice Sara y Effy solo mira su plato —¿Otra vez te vas a quedar callada, rata? —le dice, estoy caminando hacia ellos.

—Me gustan cuando no hacen ruido... -Stephen otro de esos chicos problemáticos del instituto pone su mano en un mechón de cabello de Effy y eso me hierve la sangre.

—Muchachos —toso falsamente y el chico se aleja de ella. —Me parece que están molestando a la señorita Stone —

—No, no, de hecho estábamos hablando ¿Verdad...? —le sonríe falsamente a Effy, ni siquiera conoce su nombre.

—No —levanta la mirada y Sara deja de sonreír —Están molestándome y quiero que se vayan — espeta fría.

—La escucharon —me mantengo serio, ellos se levantan, se van, me siento en mi lugar y sé que me están mirando mientras salen por la puerta. —Señorita, la cuenta por favor —le sonrió y miro a Effy. —¿Estás bien?—

—Si, solo vámonos y llévame a casa, por favor — intenta sonreír, toma sus cosas, pago y la sigo.

Obsession ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora