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Effy. 

Mi rostro aun dolia como el infierno, aquella sensacion de ardor por los moretones era aun mas dolorosa que aquella navaja que siempre abria mi piel haciendome sentir -culpable, la mirada de Eliot estaba llena de preocupacion. 

No lo hagas, Eff... No te atrevas a ser mas patetica de lo que ya eres.

Algo pasaba con él, cada vez que me tocaba de esa manera tan dulce, cada vez que las huellas de sus dedos rozaban mi piel palida haciendo que temblara ¿Qué era eso? ¿Por qué tenia tanto miedo de mi o de tocarme? Eliot suspiro apretando sus ojos y pasando la palma de su mano por su rostro depues de mirarme, como debatiendose si mismo.

Frunci el ceño viendolo salir de la gran habitacion dejando la puerta entre abierta, detestaba ese asqueroso sentimiento que me asechaba cuando hacia aquello, cuando me abnadonaba sin decir nada.

- Eres un cobarde...- murmuré dejando las palabras vacias desaparecer entre un suspiro. 

La fina tela de su almhoada tocó el lado izquiero de mi rostro lastimando mi pomulo y ahogué un grito sintiendo aquel ardor, mis ojos se llenaron de lagrimas, otra jodida oportunidad para llorar. Llorar nunca se sentia tan axficiante como cuando yo lo provocaba para liberarme

***

Sentia mi estomago retorser por el hambre, el cuerpo de Eliot descansaba sobre mi, usando mi estomago como almohada, se aferraba a mi. No noté en en que momento llego hasta mi, sonrei vagamente viendo como su cabello estaba desordenado, aparté su brazo suavemente obligandolo a apartarse ¿Dónde estaba mi telefono?

El frio de la madera bajo mis pies me hizo querer volver a la cama junto aquel hombre que a veces parecia desearme mas de lo que debia, por alguna razon el frio departamento de Eliot se sentia mas acojedor que la enorme y vacia casa en la que yo vivia.

Abrí el refrigerador tomando todo lo que encontraba y dejandolo en la mesa, no tenia mucho para comer, realmente no queria hacerlo, pero estaba muriendo de hambre. Me senté en el suelo, abriendo un frazco con mermelada y huntandolo en el pan de sanwchis mientras encendia el telfeno que a duras penas funcionaba.

Embuti mi boca llenadola de la comida ¿Realmente sabia tan bien o solo ere mi estomago que aceptaria cualquier cosa que no fuese solo agua?

No habia mensajes de Cook, ni una llamada o indicio de arrepentimiento de haberme tocado de aquella forma tan violenta. 

- Se habrá hartado de mi - murmuré con la boca llena y apagé la pantalla, el espejo negro hizo que notara mi reflejo, ahogué un jadeo al ver mi rostro algo hinchado y moreteado. 

Maldito imbecil. 

Mis ojos se llenaron de lagrimas esta vez de ira, limpié el resto de mermelada de mi rostro y deje todo donde de estaba. 

- ¿Estas bien? - su pregunta e inesperada presencia hizo que me asustara.

Desesperadamente quise verme presentable y no como el jodido desastre que era - Casi me matas del susto - dije cuando pude hablar. Se mantuvo en silencio solo mirandome y rodé los ojos, otra vez analizandome - Estoy de maravilla ¿No lo ves? - dije levantandome y lavando mis manos bajo su mirada. 

- Siempre desapareces - dice cuando estoy apunto de pasar a su lado y me detengo algo confundida.

- No entiendo -

- No vuelvas a hacerlo - habla sin explicarme un poco, ni siquiera me mira hasta que vuelve a hablar - No vuelvas a desaparecer e irte con el -

Esto era jodidamente ridiculo, no queria acercarme a Cook nunca mas, pero era la prohibicion tan autoritaria de Eliot que me hacer enojar y querer hacer lo contrario solo para cabrearlo.

Obsession ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora