VI. 𝐋𝐎𝐂𝐎 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐗𝐎

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IZAWA'S POV

Diablos, Himeko nos dejó MUERTOS a los cuatro. Nos hizo recorrer cada centímetro cuadrado de la casa. Estamos despeinados y sudados, deseando tener a esa pequeña entre brazos y amarrarla a una silla hasta que se quede quieta...

La estamos viendo: está sentada en el patio, de espaldas a la casa. Es nuestra oportunidad.

─Ahí estás, criatura del demonio─ susurra Kisugi, con una cara de psicópata que notarías de aquí a la Antártida más o menos.

─Ya no tiene escapatoria─ dice Takasugi.

─Bien, piedra papel o tijera para ver quién la agarra─ digo. Hacemos piedra papel o tijera, pero todos quedamos empatados. Creo que lo hicimos como diez veces (parecemos las Fuerzas Especiales Ginyu, de Dragon Ball Z), hasta que yo fui el único que sacó tijera y los otros piedra. Suspiro frustrado.

─Buena suerte con Usain Bolt dos punto cero─ se ríe Taki.

─No es gracioso─ le digo y observo a Himeko con atención. Parezco un león asechando a una gacela. 

Sin más, corro hacia ella y logro agarrarla.

─¡Ja, ¿te creíste más rápida que yo, atrevida?!

Pero ella tiene una cara larga que nunca le había visto.

─¿Qué te pasa, pequeña?─ pregunto, suavizando el tono de voz. Kisugi y los otros se acercan.

─Extraño a mamá y papá─ dice. Aún tiene la cara un poco roja por el alcohol.

─Oh, ¿sólo es eso? Tranquila, mañana en la mañana los vas a ver. Sólo vas a estar aquí una noche─ sonrío, y dejo de envolverla con mis brazos─. Para que no te sientas así vamos a tener mucha diversión los cinco jun...

Se me escapa. Himeko se va corriendo a la casa, riendo.

─...

─Bien hecho, pelos largos─ me dice Taki, sarcásticamente.

─Tanto que nos costó agarrarla y la dejas ir así como si nada─ añade Takasugi.

─¿Y ahora qué vamos a hacer?

─... Ella se me escapó. La tenía en mis brazos ¡Y SE ME ESCAPÓ!─ grito furioso, y corro inmediatamente a la casa.


Finalmente se durmió. A la una de la mañana pero se durmió. Taki, Takasugi y Kisugi duermen en unos colchones y Himeko duerme conmigo en mi cama. No la voy a soltar esta vez: la tengo envuelta en mis brazos.

Entonces siento que me habla.

─T-tío Mamoru...

Medio adormecido, me despierto.

─¿Qué?

─Quiero... quiero ir al baño.

─No, no. No te me vas a escapar esta vez, ¿oíste? Que no tengo ganas de perseguirte.

─P-pero es que...

─Duerme de una vez, Himeko, mañana vas al baño...

Grave error acabas de cometer, Mamoru Izawa.

Creo que era porque estaba entre dormido y despierto, pero no me percaté el momento exacto en el que sentí la cama totalmente mojada...

─Pe-pero...

─¿Podrían dejar de...?─ Kisugi se despierta y ve lo que pasó─Ay, Izawa...

─Himeko se...

Se hizo encima. No terminen la frase, por favor, ya lo sé.

─Jeje, creo que ya me hice─ ríe ella, tan inocente.

─¡HIMEKOOOOOOOO!


WAKABAYASHI'S POV

Tsubasa y yo seguimos despiertos. Muy sudados y con la cara roja. Con esa descripción debieron haber entendido a qué me refiero.

─Lo hiciste de maravilla, Genzo─ me dice, agitado por la experiencia previa.

─¿Ah, sí? Yo sentí que debía haberte dado más duro.

─¡¿Qué?!

─Jaja, era broma─ hice un ademán con la mano.

─Menos mal, porque casi me revientas las entrañas.

─Nuuu.

─¿Sabes algo? Recuerdo cuando volviste en la final contra el Toho de hace siete años, yo tenía el hombro vendado. Hubiera sido genial no haber tenido casi toda la parte de arriba del cuerpo vendada, así hubieras visto mi sensual cuerpo en su totalidad─ levanta las cejas, en gesto libidinoso.

─Estúpidas vendas. Cuando vea a los gemelos Tachibana les voy a quitar el único diente que tienen por haberte hecho eso─ cierro el puño.

─Ya, no te pongas violento─ ríe.

─En fin, me alegra ver que ahora estás como nuevo y cada vez más sexy─ reparto besos en su abdomen. Él pegó un gemido al momento de sentir mis labios sobre su piel.

─M-me estás calentando, Genzo─ dice. Su cara se calienta cada vez más.

Al momento de llegar a su pecho, lo besé, acompañado de unos cuantos besos húmedos en su cuello que lo dejó loco: jadeaba con cada roce de mis labios. Se me antojó probar sus pezones, y lo hice, a uno lo lamía y al otro lo agarraba entre mis dedos. Tsubasa empezó a gemir cada vez más.

─Wa-wakabayashi, siéntate en la cama─ dice.

─Como ordene, señor─ obedezco y me siento al borde de la cama, abriendo mis piernas. Tsubasa se agacha frente a mí y mete mi miembro en su boca. Juro que esta es una de mis partes favoritas del delicioso.

─O-oh, Tsubasa─ gimo─, sí que tienes hambre.

Puedo ver en sus ojos la lujuria que lo invade. Pasó de ser un niño inocente que corría a todo pulmón tras su balón a un hombre que cada noche pide que se la meta...

Digo, es un loco de sexo.

Cuando me vine en su garganta, me pidió:

─Hazlo de nuevo.

─¿De nuevo? Bueno, parece que alguien no quiere caminar.

─Nooo, que no podré volver a jugar fútbol─ dice, se pone de espalda y abre su entrada con sus dedos para que inserte mi miembro ahí.

Lo tomo de la cintura y lo meto. Se queja un poco del dolor, y yo empiezo a embestirlo suavemente. 

─D-dios, tu amiguito está enorme, y me encanta─ dice, sonriendo con esa cara de lascivia que siempre pone cuando hacemos esto.

─Y tu interior está calentito, lo que a mí también me excita─ le respondo, embistiendo más fuerte y rápido.

Los gemidos de Tsubasa son cada vez más fuertes y frecuentes. Yo también gimo un poco, ya que siento que estoy por eyacular dentro de él.

─T-tsubasa, me voy a...

Y lo hice: me vine dentro de él, salpicándolo de semen. Tsubasa sacó la lengua, eso quiere decir que le encantó.

─Uff─ me paso la mano por debajo del mentón, quitándome el sudor.

Este loco de sexo logró dormirse a pocos minutos de terminar el delicioso.

Dios, esto le da el toque a nuestras noches.

Pero no saben lo que son casi todas las mañanas...

𝗠𝗜 𝗠𝗘𝗗𝗜𝗢 𝗕𝗔𝗟𝗢́𝗡 𝟯 ❱ Capitán Tsubasa ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora